Tras superar de forma más que magistral con su mejor partido del campeonato a la Grecia de un gris Antetokounmpo, España afronta la fase más importante del campeonato con la semifinal que jugará hoy sábado a las 17h (por Marca TV) ante Letonia. Los bálticos se deshicieron en un igualado partido de una correosa Montenegro gracias, sobretodo, a la exhibición de un Kaspars Vecvagars que rompió el partido desde su imprevisibilidad y talento. El joven combo guard será la gran amenaza de los de Sito Alonso en la lucha por asegurar medalla el próximo domingo. 

Letonia es un talentoso EQUIPO. Esta es la primera palabra que debemos apreciar para conocer mejor al cuadro báltico. Entrenada por un jovencísimo Arturs Stalbergs (de tan sólo 29 años), Letonia es la viva imagen del descaro, la agresividad ofensiva y el inexistente miedo a perder. Mucha de esas virtudes vienen provocadas por el carácter vivo y emergente de su líder, director y hombre referencia, Kaspars Vecvagars ('93). Imprevisible e impredecible, con ese toque anárquico que tienen las grandes estrellas… y un primer paso y una fuerza en carrera demoledora. Este es Vecvagars, un producto letón que, casualmente, ha sido formado en una de las grandes canteras de su país vecino, Lituania, el Zalgiris Kaunas. Quizás, casualmente, es su tiro exterior una de las facetas que debe seguir trabajando con más ahínco (aunque está promediando en este campeonato un más que decente 35% en triples). Más anotador que director, Vecvagars es un jugador que asumirá una gran cantidad de opciones ofensivas que aún no acaba de ejecutar con el rigor y selección necesarias (es, actualmente, el jugador que más pérdidas comete del torneo, con 4 de media). Dotado de un portentoso tronco inferior, su capacidad de salto le hace un jugador muy difícil de taponar en penetración. Una auténtica fuerza de la naturaleza que España deberá tener bien vigilada. Sus 19 puntos de promedio (segundo máximo anotador del campeonato tras Dani Díez), suficiente aval.

Pero en Vecvagars no empieza y acaba todo el peligro exterior de Letonia. Como buen equipo báltico, una de sus principales armas es su facilidad para lanzar y anotar desde el exterior. Ahí es dónde aparecen, principalmente, las milimétricas muñecas de Ingus Jahovics ('93) y Janis Berzins ('93). Dos exteriores muy similares, de gran capacidad ofensiva y con una facilidad pasmosa para crearse su propio tiro. De hecho, más de 30 de los puntos que promedia esta anotadora Letonia (80.6 de media) vienen de esta pareja terrorífica de ametralladoras. Sin embargo, tan sólo Berzins (con sus 2.01 metros) es una amenaza también física que puede hacer daño en el rebote y en penetración. Un alero alto de gran muñeca

Defensivamente, Letonia no es, para nada, de los mejores equipos del campeonato, ya que encaja un promedio de más de 73 puntos por encuentro. Sus victorias han venido por grandes exhibiciones anotadoras (como el 88-81 ante Italia) y no por partidos en los que supieran cerrar bien su propio aro. Es un equipo que sufre especialmente en la defensa del 1×1 y al que le cuesta mucho llegar con solvencia a la segunda ayuda defensiva. Diríamos, por englobarlo de alguna forma, que es un cuadro bastante pobre tácticamente en defensa. Un hecho que contrasta claramente con otra de las grandes virtudes de este combinado letón: su control del rebote.

Y es que el poder interior de Letonia es suficiente como para temerle. Sin claras referencias físicas (sus dos titulares miden 2.02 y 2.03), pero de una agudeza y vivacidad en la zona única, Ojars Silins ('93) y Andrejs Grazulis ('93) son los dos interiores de más minutos y relevancia del cuadro báltico, capaces de promediar entre ellos únicamente la friolera de 19.1 rebotes por encuentro, siendo los dos mejores reboteadores del campeonato a estas alturas. Grazulis, además, es el mejor reboteador ofensivo del torneo, con 4.3 capturas… con su 2.03. Un trabajador nato bajo aros. De suficiente técnica ofensiva (su radio de acción no supera los 3-4 metros) pero capaz de dotar de enorme vitalidad el trabajo defensivo en la pintura de Letonia. Sin embargo, su rudeza ofensiva contrasta con su facilidad para moverse sobre el parquet. Capaz de defender por cuerpo y fuerza a interiores más altos y potentes, y, a la vez, a interiores de mucha movilidad y tiro exterior, Grazulis es el pegamento necesario que necesita una serie de piezas de tanto talento. 

Y es que Ojars Silins, aparte de destaparse como un excelente jugador en capturas bajo aros, está siendo de los mejores cuatros del campeonato. Ofensivamente muy completo y dotado con un peligrosísimo tiro de tres puntos, su regularidad anotadora ha elevado el juego de Letonia hasta el nivel actual, pudiendo competir de tú a tú con las principales favoritas para llevarse el gran premio de Tallinn, el preciado oro. De físico engañoso, está siendo, además de los mejores taponadores del campeonato (muchos de ellos llegando por detrás en ayuda defensiva sobre Grazulis o un exterior). Viendo su gran facilidad para aportar en ambos lados de la pista, no es de extrañar descubrir que es el jugador que más minutos ha disputado hasta este momento (con una media de 37.3)

Precisamente, la capacidad de sus componentes por no cargarse en exceso de faltas (muchas veces por una concesión excesiva de opciones ofensivas a su rival en defensa), hace que Stalbergs no tenga que mover demasiado el banquillo en su rotación, reduciendo sus efectivos a tan sólo nueve hombres en los partidos más importantes e igualados (como en cuartos ante Montenegro) y exprimiendo al máximo a su quinteto titular, superando los treinta minutos en pista. Lógicamente, el salto de calidad entre sus cinco hombres referencia y el banquillo es más que notable). Stalbergs da pequeños descansos a su línea exterior dando entrada al alero Roberts Krumins ('93), quién participa en el juego con un rol mucho menor ofensivamente y ayuda defensivamente el equipo desde sus 2.00 de altura, o al escolta Toms Leimanis ('94). Y en la zona, Peteris Rekis ('93) y los centímetros de Ilja Gromovs ('93) (su jugador más alto, con 2.07m), son sus principales alternativas. Dos guerreros de enorme trabajo sucio.