Estamos cerca del próximo Europeo de Suecia y en el banquillo nacional Moncho López ha perdido la etiqueta de técnico interino con un buen trabajo…
No sé si he hecho un gran trabajo más bien hemos hecho el trabajo correcto. La clasificación para el campeonato de Europa estaba encaminada y nosotros lo que hemos hecho ha sido aprovechar el trabajo anterior. Lo que me transmiten desde la Federación es que están muy contentos y que deseaban que mantuviese el cargo al frente de la selección junto con Joan Creus, entonces supongo que estamos donde ellos quieren que estemos.
Joan Creus, todo un histórico y tu segundo ¿Qué te aporta desde la banda?
Me ayuda muchísimo a nivel técnico porque es un buen entrenador, quizás como su trayectoria como jugador ha sido tan espectacular y brillante a veces nos cuesta concebir a Joan como un buen entrenador. Además, por su experiencia vital y profesional aporta puntos de vista que son siempre muy importantes, ya no sólo a nivel táctico sino aspectos de convivencia, grupo o relaciones con los jugadores. La verdad es que es un ayudante idóneo.
Moncho López ha llegado a la selección tras entrenar a un equipo pequeño (Gijón) y ser ayudante en la misma, no obstante has cogido las riendas con una seguridad pasmosa.
Yo creo que el baloncesto es igual en muchos aspectos sin importar en la categoría en que estés. Yo conocí al baloncesto profesional de mi etapa de LEB, luego de estar en ACB con Gijón y me he dado cuenta que entrenar a una selección tiene muchísimas virtudes, incluso, en este caso, me he encontrado que entreno a un equipo muy competitivo. En ACB tenía a un equipo que aún jugando bien, a veces perdíamos los partidos, es decir, aún jugando al 200% se perdía. Quizás, además, lo que me hace que yo también me sienta confiado es el respaldo que toda la estructura federativa me da. La organización de la Federación es muy buena, esto es algo que estoy viviendo. Hace poco hablé con Luis Scola, que me aprecia mucho, y me decía Moncho, no es sólo que entrenes a la selección española sino que estás en una de las federaciones más organizadas, Argentina es un gran equipo pero los jugadores hablamos, y todos sabemos que la organización de la selección española es la mejor.
Indicas que sientes que te dan total respaldo, sin embargo estuviste en una situación temporal al frente de tu actual puesto.
Sí, y yo lo tenía muy claro. Tuve una oferta de trabajo cuando estábamos en Indianápolis y no era para que fuera seleccionador, era para incorporarme a su gabinete técnico. Querían crear a una figura determinada que fuera un entrenador permanente en la Federación, y querían que fuera yo. Una vez surge la posibilidad de entrenar a la selección absoluta, es decir, me informan de que una de mis responsabilidades, a parte de la selección júnior y otros trabajos que estaba haciendo, es llevar a la selección absoluta. Lo hice por las circunstancias, y yo no las olvido, además, es que hay que reconocerlas y es que Javier Imbroda se va al Real Madrid. Entonces ha llegado un momento en que ellos quieren que mantenga esa responsabilidad. A mi no me afectó en su momento ser interino como tampoco ahora me creo nada porque siga en este cargo. Es un poco lo que te decía en el inicio de la conversación:¡soy la ostia porque soy seleccionador! No, las circunstancias me han permitido llegar hasta aquí pero también es cierto que una vez ellos deciden que tanto Joan como yo seamos los entrenadores tenemos su respaldo, porque no notamos dudas en nuestro entorno.
¿Esa filosofía del día a día que llevas a prueba sobre ti mismo es la misma que quieres infundir entre tus jugadores?
Sí. Se pueden hacer planteamientos a largo plazo pero nunca sabes lo que te va a suceder de aquí a pocos días, entonces, como equipo estás trabajando de cara a un campeonato de Europa y casi toda la preparación va encaminada a tu primer partido: que si sabes cuál es, si sabes cómo va a ese equipo. El siguiente partido lo prepararás en a penas 24 horas. Mi trabajo en la Federación también es de esta manera. Yo no estoy trabajando con ánimo de a ferrarme a un cargo, ni con ánimo de quedar bien. Estoy trabajando con retos a corto plazo: hay que preparar una selección júnior, jugar un torneo en París en Semana Santa, en ese momento nos centramos en la categoría júnior, la selección cadete tiene un campeonato de Europa en verano, vamos a hacer un seguimiento de bases porque el entrenador cadete dice que necesita directores de juego y etc, y este es el trabajo.
Centrándonos en Suecia, todo el mundo tiene grabado en sus retinas los adversarios que acompañan a España en el ya apodado Grupo de la muerte…
Es un grupo difícil pero yo pienso que si estuviésemos encuadrados en otro grupo y tuviésemos a Lituania, Croacia, Grecia o Alemania estaríamos diciendo lo mismo. Hay una obviedad, tenemos al campeón de Europa y del mundo, y el campeonato de Europa es la cita internacional de mayor dificultad porque hay doce equipos que pueden ganar y luego Serbia y Montenegro que está un poquito por encima de nosotros, pero podemos ganarnos unos a otros. Hay que afrontarlo con esa mentalidad, que es complicado pero que podemos clasificarnos. Sabemos que Serbia y Montenegro está preocupada porque nosotros estamos en su grupo. Eso nos tiene que elevar la autoestima y dar confianza. Además, pienso que el sorteo nos ha dado un calendario digamos que progresivo, y eso también puede facilitarnos las cosas.
Con el precedente del pasado mundial en que España derrotó a Yugoslavia parece que vencer a Serbia y Montenegro no parece misión imposible…
En Indianápolis jugamos muy bien, además fue uno de los peores partidos del campeonato por su parte, entonces lo que yo creo es que un equipo de su potencial hace una preparación de menos a más. En teoría hay más posibilidades de vencerles en los inicios del campeonato que a medida que va avanzando y son circunstancias similares a Suecia; cuando nos enfrentemos será su tercer partido. Vamos a ver si somos capaces de mantener el mismo nivel de Indianápolis, pero la verdad es que ellos parecen superiores.