Si Moncho Monsalve consiguiera que creyeran en él o el seleccionador que le relevara se hiciera con la fórmula para que a los mejores baloncestistas cariocas les azotara el patriotismo, no me extrañaría que Brasil tomara en los próximos años el relevo de los éxitos de la vieja selección Argentina de Ginóbili, Oberto, Prigioni y un largo etc.

Europa hizo a los albicelestes más competitivos. Llegaron los más ambiciosos y fuertes para derramar su talento por nuestro viejo continente haciéndose gigantes gracias a los retos que le ofrecían día a día ligas más competitivas que la de su patria. Con los brasileños se está repitiendo el acierto.

Arrojé la comparativa porque ahora el puente entre una fértil hornada de talentos brasileños tiene una localización más concreta que en los tiempos en los que Sergio Scariolo desestimaba el fichaje de un joven Manu Ginóbili por asegurar el tiro con un jugador internacional de calidad contrastada como Lucio Angulo. El lugar es Málaga. No cabe duda de que Ramón García, director de cantera de Unicaja, y su equipo tienen buenas conexiones en el país donde se dibuja el Amazonas.

Entre tanta chavalería, los Portland Trail Blazers ya han ordenado visitar en más de una y de dos las instalaciones del vinculado del club cajista, el Clínicas Rincón que juega en la exigente LEB Oro y preside el peculiar y divertido Manolo Ricón. Allí compiten, seguramente, las torres gemelas de mayor futuro de Europa. El binomio Vítor Faverani (2.11/88/alapívot) y Paulao Prestes (2.10/88/pívot). Al primero lo vi debutar con los sub20 con 15 años. Siendo un niño ya podía jugarle con el cuerpo a todo el que se le cruzara en esa categoría. Tiene un tiro tan natural como Jorge Garbajosa. Los scouts lo comparan con Pau, ahí yo establecería más diferencias por la desigual envergadura y altura entre ambos, no obstante Faverani tiene más talento. Su situación no es fácil pero ya asombra, entrena con el Unicaja y juega la Oro. Un hombre de difícil cumplido como Marcus Haislip no tuvo reparo en decir que es el jugador con mayor talento con el que ha jugado.

En cambio, estoy totalmente de acuerdo con la comparación que apuntan los chivatos de los Blazers: Paulao frente a Marc Gasol. De hecho, el pasado verano, viéndole jugar en la liga andaluza lo comentaba con mis compañeros. El joven paulista es todo esfuerzo y entrega aunque aún está lejos del concurso defensivo de ‘Big Marc’. Veo a Prestes y veo Marc cuando domina la LEB Oro siendo condición determinante para los 9 jugadores que comparten batalla con él en un lado u otro del campo. Un gran cuerpo tiñe la zona con el color verde de su camiseta. Al igual que Marc no es un gran atleta pero soporta los 2, e incluso, 3contra1 cuando recibe y anota o saca el pase. Sus espaldas de pívot, sus buenas y grandes manos, como levanta el balón y el hambre por el juego.

Faverani llegará dónde él quiera llegar y Paulao llegará donde sus rodillas y el trabajo le permitan llegar. Ambos tienen un futuro impresionante.

No recuerdo autor ni título pero sí el estribillo de una canción que decía algo así como “dejemos que el mundo gire y nos cuente el tiempo”.