
Rocoso, trabado, sin soluciones. Podría ser una descripción de los primeros minutos del duelo entre Barça y Fenerbahce, o bien la de la semana que vivieron Pesic y Obradovic. Cada uno con sus motivos, pero ambos en el ojo de la tormenta que, en el caso de los turcos, es mucho más intensa de lo que se podían imaginar.
Pívtos lastimando la zona y exteriores desaparecidos. Así se podría describir gran parte del juego de Fenerbache en el Palau. Lauvergne y Duverioglu lastimaron constantemente la pintura y consiguieron lo que pocos hasta ahora en la liga, empequeñecer a Davies en defensa (18-13 min. 7).
En encuentro que no contó con la presencia de Nando De Colo, todos esperábamos que fueran Sloukas, Datome y compañía quienes se encargaran de suplirlo, todos, menos ellos. A pesar de algunas buenas acciones del italiano en el úlitmo período, Rolands Smits primero y Abrines luego se encargaron de anular por completo a una de las grandes piezas de Obradovic.
Con Sloukas ni eso. No vino, aunque se lo esperaba. Hanga se encargó de neutralizar por completo a un jugador que es el reflejo perfecto a la situación del conjunto turco. Los gestos lo delatan, está completamente perdido e influenciado por el contexto de su equipo. Si bien debería ser él quien tirara del carro, está siendo uno de los más perjudicados por el mal momento de los turcos (35-24 min. 15).
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El Barça logró facilmente ponerse por delante en el marcador y a partir de aquí todo cambió. Cuando lograron controlar a los pívots de Fener, con Tomic en pista, los de Pesic cambiaron la cara y la dinámica. Delaney fue el encargado de mover los hilos de un equipo que hoy lució mucho más rodado que en los últimos encuentros. A pesar de ello, Hanga demostró que no se olvida de atacar, a pesar de estar desgastado por la defensa personal a Sloukas (54-34 min. 23).
El encargado de poner su nombre en las portadas, una vez más, fue Cory Higgins. El norteamericano ha convivido toda su vida con grandes estrellas en sus equipos, por lo que no tiene problema en dar un paso al lado cuando es otro el que está enchufado, ni en resurgir cuando su equipo lo llama a gritos
Primero fue ante Zalgiris, luego Betis y, tras el bache del Real Madrid, hoy volvió a demostrar que es de los mejores de Europa en esto del baloncesto. Un tipo tranquilo, que no se inmuta ante nada. Quizás lo que lo hace especial es su mirada asesina de la que hay que desconfiar siempre (71-50 min. 33).
¡CORY HIGGINS! Lanzando triples como si fueran tiros libres @FCBBasket #EuroligaDAZN pic.twitter.com/iyzeyZOfFP
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El que no tuvo su gran noche hoy fue Mirotic, aunque tampoco fue necesaria para conseguir una victoria importantísima. El abrazo final con Abrines muestra que su prioridad no es ser la estrella, sino formar un equipo ganador, y para eso necesita una versión de Abrines como la que se vió hoy. Con confianza, acertado y, sobre todo, divirtiéndose en la cancha (89-63 min. 40)
¡APUNTA Y DISPARA @alexabrines! ¡TRIPLAZO después del precioso movimiento de Nikola Mirotic! @FCBBasket #EuroligaDAZN pic.twitter.com/QgE4DibjFU
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Con un Sloukas anulado, un Datome -casi- inexistente, un Vesely que no acaba de recuperar su nivel y un Obradovic de cabeza baja, el Barça tuvo las cosas mucho más fáciles de lo que se esperaba. La pista del Barça debe ser un fuerte, y tanto jugadores como aficionados lo tienen claro. El Palau Blaugrana es quizás una de las únicas canchas que disfrutan más con una buena defensa que con un triple y hoy disfrutaron como niños.
Una de las notas positivas, si no la que más, es recuperar esa defensa que tan buenos resultados le dio a Pesic, pero sin coartar el ataque. Arrollando desde el rebote y con robos importantes, el Barça volvió a parecerse al de antes. Pesic lo tiene claro, recuperar la defensa es recuperar la identidad.

A veces nos olvidamos de lo bueno que es Higgins:
En los últimos partido del Barça. exceptuando el bache en el Wizink Center, Cory Higgins está a un nivel arrollador. Más allá de su excelsa capacidad en el uno contra uno y en el dos contra dos, está dando una exhibición desde la línea de tres. Hoy no fue la excepción y es que mientras no brilló Mirotic, fue el bueno de Cory el que se encargó de cargar con el peso del ataque. A veces nos olvidamos de lo buenos que es Higgins, pero él ya se puso en modo arrollador para recordárnoslo.
El Fenerbahce está desahuciado:
Ver un partido del equipo de Obradovic es aburrido. Sí, así como se lee. Algo que hace uno años parecía una utopía, hoy es una realidad. El maestro Zeljko se permite incluso sentarse por momento, con los brazos cruzados, sin poder creer lo que está viendo. A pesar de no tener la plantilla que tuvo otros años, y de no contar con De Colo para el partido de hoy, el equipo que tiene, nombre a nombre, da para más de lo que está haciendo. Sin embargo, los gestos los delatan. Los jugadores etán cabizbajos, con las caras largas y sin encontrar soluciones. Por mucho nombre que tenga, hoy el Fenerbahce es un equipo que está desahuciado.
Recuperar la defensa es recuperar la identidad:
Claro está que la principal asignatura del conjunto culé para esta temporada era aceitar todo lo posible una ofensiva con nombres de peso. Lograr que Mirotic y Davies se entiendan, que Higgins entre en dinámica, recuperar al bueno de Abrines y lograr que Delaney se acople al grupo. Sin embargo, hay algo que en el Palau no lo negocian nunca, la defensa. Volver a los orígenes a veces puede ser dar un paso adelante, o quizás dos. Los mejores resultados de Pesic vinieron cuando la defensa funcionó cual reloj suizo. Recuperar la defensa es recuperar la identidad, y si algo de lo que el Barça estaba falto era de una identidad colectiva.


