Contra el shock, canastas. Frente a las lesiones, sobre los gritos de dolor y los ligamentos rotos, espectáculo y entretenimiento. Eso sí, del de formato FEB, claro. Ese que reúne a los mejores jugadores españoles de baloncesto cada verano y los pasea de ciudad en ciudad como si de festivales de música se tratara, con toda la parafernalia, las luces y los focos que estos chicos se han ganado con tantos años de triunfos y éxitos. Explotemos entonces sus resultados, sugieren los del small council federativo, que hay que sacarle todo el néctar a estos años bien avenidos, que ya veremos lo que hacemos cuando llegue el duro invierno…

Dejando atrás (no los jugadores, sí los dueños del cotarro) el estado de mal cuerpo generalizado por ver sufrir a un compañero de partida, reanudaba España su periplo rockero en forma de pachanga veraniega de preparación, parando hoy en la capital de los ¿siete? reinos para enfrentar a un enemigo de allende los mares. Venezuela era hoy el rival elegido. O más bien, el equipo de circunstancias que el próximo entrenador de Montakit Fuenlabrada, el argentino Néstor García a duras penas ha conseguido desembarcar en el reino, a base de lesiones, problemas y tardías incorporaciones.

Así, ante un rival idóneo para continuar con el show, iniciaba España su tercer partido de preparación, todavía con la resaca de la lesión de Llull y los recuerdos de inicio de sus compañeros, después de recibir en el salón de su casa a más de media selección.

Hoy, no salían en el acta Saiz (con pie y medio fuera de la concentración) ni Rabaseda (uno de los posibles sustitutos de Llull). No es ésta, preparación para secretos, con tanto contratiempo en forma de lesión en la posición de 2. Continuaban los homenajes y si en Tenerife se agasajaba a Pérez Niz, en esta ocasión era la árbitra (o árbitro, cómo ella quiera) Cardús la que recibía también la necesaria consideración tras su no renovación para la liga venidera.

Y para cerrar el capítulo de ofrendas, la más grande; la ofrecida a Juan Carlos Navarro, quien, obviando estadísticas y actas, superaba en el día de hoy las internacionalidades de otro rey de tronos como Juan Antonio San Epifanio. Se paraba incluso el partido en el minuto 7 en guiño escogido al número de La Bomba para dar rienda sueltas al show, al micrófono y a las chaquetas. Puro estilo ÑBA en formato FEB. El propio Epi (sin chaqueta, eso sí) sería el encargado de entregar la camiseta conmemorativa al jugador de Sant Feliu, al que las reiterativas lesiones de los Rivas, Rudy y compañía, le ponen seguramente en un rol superior al que se le exigiría en un principio. Para culminar los festejos, hasta foto de familia y más de cinco minutos con el partido parado.

Del mismo, otra vez, poco que reseñar. Le servirán seguro estos bolos a Scariolo para rodar a su equipo, pero para el espectador no dejan de ser productos descafeinados al calor del verano. Veremos si dan resultado a mediados de septiembre. Por ahora, eso sí, la fórmula casi siempre ha funcionado.

Salía el técnico italiano con los exteriores del campeón de liga (Sastre y SanEme) que debería ser considerada toda una garantía si no fuera por aquello de los glamoures. Completaban el quinteto Ricky y los dos Gasoles. Está claro; no es tiempo para especulaciones.

Tras el parón por los agasajos al 7 de España no se enteraba Venezuela que continuaba el partido y finalizaba el primer cuarto con un 24-9 con Marc destacando delante. Tres triples seguidos entre Navarro y Juancho ponían cifras escandalosas y un 53-21 al descanso que dejaba poco a la imaginación y a la exigencia del encuentro.

De las pocas lecturas que se pudieran hacer, cabe destacar los pocos minutos de juego de Abrines, una circunstancia extraña, aunque puede que circunstancial, dadas las carencias y urgencias en forma de lesiones. Las probaturas y las debilidades venezolanas permitieron ver sobre el campo a dos bases a la vez, a Juancho alternando las posiciones de 3 y 4 y a Oriola ganar cada segundo de preparación para conseguir el sello rumano en su pasaporte.

Y poco más, salvo el susto en forma de gripe de la ausencia de Pau Gasol en la segunda parte y una espuela más en el show de la FEB y su gira ÑBA. Pasaba al fin de los 70 puntos la Selección en esta preparación y se cumplían los objetivos de los homenajes, sin lesiones, gritos, ni ligamentos rotos. Lo dicho, show frente a infortunios, muchos puntos, más sonrisas y caras felices. Y es que el espectáculo, siempre debe continuar. Esperamos, por el bien de todos, que así sea.