Como si se tratase del libreto de una real tragedia griega. De esta manera trató Iberostar Tenerife al PAOK de Salónica en la noche de hoy para pasar ronda y esperar rival el viernes en uno nuevo de sus desafíos de esta excepcional temporada. Y es que los tiempos cambian que es una barbaridad. Los antiguos equipos de pasado lustroso se desvanecen ante el nuevo baloncesto. Ese que plantea los partidos pasándose la pelota, hace ejercicios defensivos excelsos y combinan a sus mejores anotadores en cada partido como si de una rotación futbolera se tratara. Aquel PAOK que tantas noches de gloria diera en la baloncestística Salónica, deja paso hoy a un equipo isleño, nuevo en estas lides, pero que se maneja como líder actual de la Liga Endesa y alcanza ya los cuartos de final de la BCL.

Para ello tenían que remontar los laguneros los tres puntos con los que llegaban del partido de ida. El rocoso pívot Clanton se encargaba en los primeros minutos de mantener el libreto para sus intereses. Cargando el rebote ofensivo y percutiendo sobre la defensa interior, conseguía poner a su equipo por delante en unos primeros minutos de mucha intensidad defensiva, pocos aciertos y menos puntos (7-8 min. 5). Sería la primera y última ventaja de los griegos. A partir de ahí, un triple de San Miguel, un alley oop de Fran Vázquez y 15-10 al final del primer cuarto, con mucha defensa y más sudor para anotar.

Tres minutos de segundo cuarto y seguía el marcador en huelga, aunque para los griegos se reproducían las tragedias con un esguince de su mejor jugador en la eliminatoria, el pívot Clanton que ya vería el partido desde el banco con una bolsa del hielo en su tobillo izquierdo.

A su vez, Petit Niang, adelantando rotaciones interiores, cerraba su aro con hasta cuatro tapones casi seguidos, que enloquecían un Santiago Martín nuevamente lleno. Y es que la tragedia está casi asegurada si te enfrentas a la mejor defensa de la Liga Endesa y tu aportación ofensiva se reduce a sólo dos jugadores (Clanton y Peiners). Si Petit sumaba tapones, Grigonis aportaba puntos para llegar al descanso con la eliminatoria muy encarrilada para los tinerfeños (37-16).

En el intermedio, la pasión y tragedia griegas se desbordaron en un episodio bochornoso por el que entrenadores ayudantes y miembros de la expedición helena increpaban hasta casi llegar a la agresión física a los árbitros del encuentro. El resultado, una técnica con la que se inició el tercer cuarto y los pitos de una afición que no entendía el feo comportamiento de los visitantes.

youtube://v/CvgIMYLc84Y

Si la eliminatoria estaba prácticamente resuelta al descanso, Iberostar Tenerife la terminaba de rematar con un parcial de 13-0, cerrado con un inverosímil triple de San Miguel desde más de 9 metros batiendo a la bocina de posesión. El 50-16  del minuto 23 consumaba la tragedia.

Seguían los nervios de jugadores y técnicos visitantes que protestaban todas y cada una de las acciones del juego. No veían por ejemplo, como su máximo anotador, el escolta Mcfadden se quedaba sin anotar ante otra excepcional defensa de Rodrigo San Miguel. A lo suyo, Vidorreta aprovechaba el estirón definitivo para aligerar de minutos a su primera línea y hacer más rotaciones. Eso y la templanza por fin de los jugadores griegos al verse fuera de los cuartos de final, anotando ahora sí, en modo coral, igualaban el parcial del cuarto, aunque dejaba el partido definido para los intereses locales (62-41).

De ahí al final, poco juego, muchas interrupciones y alegría canarista en forma de olas en las gradas para un resultado final de 80-54 que consumaba el libreto del relevo. El viernes será Iberostar Tenerife quien esté en el bombo de cuartos de final. Paok de Salónica sufre su particular tragedia griega. Y es que los tiempos cambian que es una barbaridad.