Dicen que los equipos grandes ganan los partidos aunque no las tengan de cara, que son capaces de sacar cualquier partido sin ningún tipo de lucimiento, simplemente castigando en el momento oportuno al rival. Eso es lo que hizo el Caja Laboral en su choque ante el CB Granada, colista de la ACB, que hizo un papel más que digno en el encuentro disputado en el Buesa Arena.

Con esta victoria, el Baskonia toma aire para afrontar una semana que va a ser muy dura y fundamental para el éxito o no de su temporada. En siete días, recibirán al Unicaja en Euroliga y visitaran el Palau Blaugrana en ACB y se jugaran el pase a los octavos de final de la máxima competición continental ante el Lietuvos Rytas en el Siemens Arena de Vilnius.

Semana exigente, que afrontan con el buen acoplamiento que demostrado hoy de algunas de sus piezas que aún buscaban un sitio en la plantilla de Dusko Ivanovic. Barac y Batista por fin se complementaron. Hoy David Logan se ha refrendado como una opción muy válida ofensivamente hablando, iniciando el partido muy acertado y siendo clave en el despegue azulgrana en el tercer cuarto.

Despegue que llegó después de veinte minutos adormilado, que maquillaron con dos triples de Bjelica para irse al vestuario un punto por encima de un Granada valiente. El equipo de Curro Segura se la juega. Los cambios en la plantilla, les han dado una inestabilidad que están acusando hasta el punto de llevarles a una situación crítica. Hoy salieron con valentía, con la premisa de correr la pista, algo que ha beneficiado a algunos equipos como el Bizkaia Bilbao Basket ante el conjunto baskonista.

Paulao empezó fuerte, pero las rotaciones le llevaron muy pronto al banquillo, cuando los nazaríes tenían su máxima ventaja. Samb no lo hizo mal, aportó versatilidad en los 2×1, lo que hacía que los locales perdieran balones. Coby Karl se puso en modo mariscal y hacían que el Cebé diera una imagen muy positiva.

Aguantaron hasta donde pudieron. En el tercer cuarto un 15-1 les mató definitivamente. Marcelinho se hizo con la manija y Barac creció hasta el punto de convertirse en una torre demasiado alta en ambas partes de la cancha. El Baskonia anotó esos tiros sobre la bocina que tanto daño hacen después de más de veinte segundos de esfuerzo defensivo. Los andaluces no supieron contrarrestarlo, mientras los vitorianos coleccionaban tiros sobre el ocaso de la posesión.

Los de Curro Segura intentaron una y otra vez dejar el marcador en algo parecido a lo que había sucedido en pista, pero siempre llegaba ese tiro o canasta letal que lo impedía que dejaron el marcador final en 15 puntos de ventaja para los locales.