Aunque el cartel, presupuesto y trayectoria de uno y otro marcaban muchas diferencias, como siempre, entre Fuenlabrada y Baskonia antes del arranque, ambos conjuntos habían demostrado similitudes en su juego, de mucha presencia física, y, por encima de todo, en los números que habían acumulado en las tres primers jornadas, que ambos saldaban con tres victorias. Pareció natural entonces que, como Fuenlabrada salió desde el arranque ganando a Baskonia en ese mismo terreno, los locales pudieran desmarcarse en el marcador en segudia. Con un 9-0 abrieron boca los de Néstor García, que se imusieron en el rebote en ese primer período con solvencia (14-8). Los locales volvían a recordar a lo que habían venido desplegando en las primeras jornadas, obligando al rival a tomar posesiones muy largas que acababan en triples forzados y alejados o tiros casi nunca limpios mientras en el otro lado les valía con encontrar una o dos buenas ocasiones para levvantar el tiro. Janning abría el amrcador 4 minutos después de arrancar el partido y Prigioni se veía obligado a pedir tiempo muerto cuando los locales ya mandaban 14-2. Ese parón enfrió el ritmo de Fuenlabrada un ápice y permitió a Baskonia soltarse un poco, encontrar algo más de espacios para que poirier, por ejemplo, recibiera balones en la pintura. Un espejismo: el primer cuarto terminaría 20-8 con un Baskonia que apenas había empezado a anotar cuando ya se le echaban encima los segundo 10 minutos.

Comenzaron a a aparecer entonces los errores en ambos lados de la cancha. Baskonia consiguió apretar la defensa en el segundo cuarto y a Fuenlabrada las posesiones se le hacían ahora más largas, sin encontrar muchas veces un tiro que poder levantar. En Baskonia el ataque tampoco fluía mucho mejor, pero aciertos puntuales de Delfino o Granger les permitieron romper la barrera de los 10 de desventaja. Fue entonces cuando irrumpió el nombre de Toko Shengelia (8 puntos en el segundo cuarto), que durante casi todo el partido se presentó como la mejor y casi única herramienta de los visitantes para resistir a Fuenlabrada. Baskonia, y en especial Marcelinho (8 puntos y 1 asistencia), empezó a surtir de balones al ‘4’, que en pocas ocasiones no lograba sacar algo de sus posteos a O’Leary o Smits y con eso le fue bastando al conjunto de Prigioni para ir recortando la renta hasta los 5-6 puntos.

En la reanudación no hubo una gran diferencia en la tensión y el deseo, pero sí en el acierto: Fuenlabrada volvió a abrir brecha de la mano de los mejores minutos de Marko Popovic (8 puntos y 2 asistencias en este período), cuya amenaza desde la larga distancia y capacidad para abrir la defensa visitante en cortes y pases a la pintura (Smits, con 6 puntos, fue el más beneficiado de ello) empezó a generar otra vez espacios en los que Baskonia hoy no se encontró a gusto la mayor parte del tiempo. El partido discurrió en estos término hasta que en una acción cercana al final del terer período Prigioni perdía los papeles y, tras protestar de manera muy airada, encarándose con el trío arbitral, terminó siendo descalificado. Baskonia, lejos de amilanarse, aún con una desventaja que llegaría a los 18 puntos al final del cuarto, llegó a anotar un 0-4 de parcial tras la marcha a vestuarios de su técnico.

 Con Valdeolmillos al frente y unos jugadores con ganas de msotrar algo de orgullo, Baskonia dio continuidad a ese parcial y esa sensación de no estar muertos en el partido pese a todos los factores en contra. Tampoco ayudó Fuenlabrada, que se encontró con sus peore minutos de lo que va de temporada, con cierta falta de tensión y, sobre todo, con una ruptura de ritmo en parte provocada por una gestión del ‘Ché’ que, con la cuarta personal de Vargas, decidió no dar entrada a sus sutituto natural, Rupnik, y mantener en cancha a Popovic y Cruz, que comenzaron a encadenar pérdidas y errores en el tiro en unos ataques con poca clarividencia. Todo lo contrario sucedía en Baskonia que, de la mano de Granger, que hizó bastante daño con su conexión con Poirier y Diop, y de un Shengelia que volvió a mostrarse dañino por dentro, comenzaron un parcial que llegaría hasta el 5-18. ‘Ché’ volvía a dar entrada a Vargas y con él llegó la calma y, al menos, un plan ofensivo claro: balones a Pako Cruz. El mexicano anotaba 5 puntos consecutivos y daba un respiro a los suyos y, sobre todo, confianza para afrontar un desenlace en el que la defensa local volvió a justarse mucho sobre el ataque de Baskonia y dio lugar a pocos errores.