Noche llegando a la Navidad para derby canario en la ACB, en la víspera de todos los millones, con los termómetros bajando y el enésimo temporal arreciando. Por estos lares, en cambio, la estampa es diferente. Poco de blanco, salvo lo que queda en el Teide, bastante de azul de cielo despejado y mucho de amarillo; tanto el del sol que todo lo fotosintetiza aquí por el subtrópico, como el que distingue a las camisetas de ambos equipos. Hermanadas ya desde hace tiempo, la temperatura ya está lo suficientemente templada por aquí, como para que las aficiones la caldeen a costa de vallas y contenedores. Para envidia del deporte mediático rey, metido casi perennemente en polémicas ideológicas y condenas ejemplarizantes, por suerte, aquí sólo se habla de baloncesto…y de matemáticas, claro, que ya asoma Málaga en el camino. En uno de los momentos más bonitos y sanos del baloncesto del que se juega por las islas, partido de esos que les dicen claves. Para los locales, para casi empezar a reservar hotel en la Costa del Sol. Los visitantes, con la intención de seguir manteniendo la reserva de billetes que hicieran en la segunda prórroga de la semana pasada. En cualquier caso, baloncesto, que es de lo único que, por suerte, se trata.

Con Dani Díez ya asentado en el cuatro titular local por mor de las nuevas rotaciones que regresan desde Grecia, sacaba Iberostar Tenerife su mejor quinteto posible, a la espera de cubrir la plaza de extracomunitario que dejara Atkins libre. Sin embargo, era Herbalife Gran Canaria el que compraba de inicio más papeletas para el Gordo de Málaga, con un 4-8 de provecho sobre los despistes locales. Cerraba su aro con hasta cuatro tapones y salía rápido a la contra el equipo de KatsikarisOkoye, al que siempre le ha gustado esta cancha, hacía siete puntos tempranos con los que reverdecer temporadas pasadas. Buscaba rotaciones Vidorreta, ante el 100% en tiros de dos del equipo de enfrente. Y es que en siete minutos había hecho Herbalife Gran Canaria 20 puntos. Pero ni así revertía el partido el Canarias. El banquillo visitante también sumaba. SantanaBurjanadze y Harper ponían un irreconocible 19-26 por estos lares. El baloncesto lo ponía por ahora Herbalife Gran Canaria.

Beirán hacía un triple sobre la inocencia de Konate para subir a diez la ventaja, justo después de la primera pausa. Reaccionaba por fin Iberostar Tenerife: parcial de 8-0 con la nueva vieja arma aurinegra. Dos triples de Dani Díez y Álex López, para un 29-31 que mandaba a parar el tercer griego que había en la cancha. De vuelta al juego cerraba Shurna el parcial para mantener a los suyos todavía arriba. El duelo canario en el uno, evocando a la posición más fértil del basket canario de siempre, lo ganaba Santana para evitar el volteo en el marcador. Shermadini y el playbook de Vidorreta empataban el partido, pero no le daba por ahora para la reserva del hotel en Málaga. Al menos habían conseguido revertir la pájara inicial. Los 15 puntos ya del faro de Georgia por fin le daban el rédito suficiente y el bonus hasta ventaja: 42-38. Ahora era Iberostar Tenerife el que se emborrachaba de canastas, como las de jugón de Santi Yusta. De estar diez abajo en el albor del segundo cuarto a 5 arriba al descanso: 47-42 de puro baloncesto.

De vuelta de las cabinas, seguía el festival. La mítica pareja por el bando local y Okoye por los visitantes seguían haciendo trabajar a los apuntadores en el acta. Se cerraban por un par de minutos los aros, lógico y normal ante todo lo que había en juego, para bajar parciales y aumentar Iberostar Tenerife su ventaja (58-49 min. 26). Echaban cada vez de menos los canariones al lesionado Cook, el mejor cuidador de la bola amarilla. Con todo ello, la diferencia local subía ya a los diez puntos y Huertas la ponía en +12. Aguantaban siquiera las embestidas Burjanadze y Shurna para discutir todavía la partida, aunque la última pausa la veían todavía diez abajo: 72-62.

Se divertían unos y se desquiciaban los otros casi que a partes iguales, para hacer la entrada en la última pausa mucho más complicada para conseguir billetes de viaje en Gran Canaria. Hacía Shermadini sus treinta puntos y topes de anotación con un lujo para todos los vídeos. No veía faro Herbalife Gran Canaria. Lo leía como sólo él sabe Huertas para poner la máxima diferencia (80-64 min. 34) y febrero ya en la mirada. Un triple de Salin sobre una nueva pérdida grancanaria ya todo lo sentenciaba (86-64). Sólo dos puntos en cinco minutos habían hecho desde la isla contraria. Por si fueran pocos males, el enorme estado de forma de Santi Yusta ponía más de noventa puntos del lado local. Quedaban tres minutos, pero ya todo era intrascendencia. Se rendía Herbalife Gran Canaria a la evidencia. Se veían los 100 puntos en la casilla aurinegra con el fervor de Yusta y el de la grada. Hoy, después de los primeros diez minutos, era Iberostar Tenerife el que ponía todo el baloncesto, el que casi compraba los billetes a Málaga, que era en definitiva y por suerte, de todo lo que se trataba.