A Mamadou Niang (nacido en Senegal en 1994), se le conoce entre sus amigos como “Petit”. Resulta paradójico, viendo sus más de 210 centímetros y unos brazos interminables que le han acompañado desde una ciudad a 60 kilómetros de Dakar llamada Thies, a ser campeón de la primera edición de la Basketball Champions League con un histórico Iberostar Tenerife.

“Petit” llegó hace 7 años al Herbafile Gran Canaria. Fue el equipo que le dio la oportunidad de cambiar su vida para siempre y no separarse de la pelota naranja. La materia prima era buena: Un jugador que, a pesar de su prácticamente nula experiencia deportiva (solamente un año) y un físico muy frágil, tenía una decente coordinación y una facilidad muy interesante para moverse en las alturas, a pesar de tener solo 16 años. Sorprendió a todos en su primera temporada como canterano amarillo, llevando al cadete del Granca a la medalla de bronce en el Campeonato de España 2010 con unos espectaculares promedios de 24,2 puntos, 17 rebotes y 4,2 tapones.

Una vez finalizada su etapa de formación, “Petit” decidió cambiar de isla y enrolarse en las filas del Náutico de Tenerife, equipo que milita en liga EBA y filial del Iberostar Tenerife de Liga Endesa. Para su sorpresa, la intención de los tinerfeños era que el joven jugador de por aquel entonces 20 años, fuese un fijo en los entrenamientos del primer equipo, aunque disputase los partidos con el EBA. Él mismo nos lo cuenta:

“Cuando llegué al EBA (Náutico Tenerife), no sabía que iba a estar en dinámica ACB. Pero ellos, desde el principio, quisieron formarme y hacer que mejorase para que pudiese ser algún día, jugador del primer equipo.”

Fortaleció su cuerpo a base de muchas horas de gimnasio para poder trasladar su superioridad física de las categorías inferiores al baloncesto profesional, ya que su primera temporada como profesional, en LEB Plata con el Granca (5,9 puntos y 4 rebotes) dejaban en evidencia que había mucho que trabajar. Los resultados fueron evidentes en apenas unos meses. En su primera temporada en el Náutico, Petit se convirtió en uno de los dominadores de la competición, promediando 14,7 puntos y 12 rebotes por partido. ¿La clave?

Lo que me hizo destacar en EBA fue entrenar con el ACB desde el primer momento. Era una diferencia increíble que me hizo tener mucha confianza en mí mismo. Físicamente no me paraban, porque yo entrenaba para competir a un nivel mucho más alto. En un año y poco conseguí lo que quería, que era ser un jugador de nivel físico ACB, y a partir de ahí, mejorar mi baloncesto. El año pasado jugué solo tres partidos, pero este ya me he sentido parte del equipo.

El primer gran objetivo de su vida está cumplido. Con creces se podría decir, teniendo en cuenta que, no solamente está siendo un trayecto notable a nivel individual, sino que lo está complementando con una campaña sobresaliente como parte del Iberostar Tenerife.

¿Se podría decir, tras este título, que ya habéis conseguido lo máximo esta temporada?

Para nada. En el equipo se ha hablado sobre ello. Hemos estado un poco relajados en liga, pero la mentalidad que tenemos es la de volver a subir para estar lo más arriba posible. Esto no es ganar la Champions y ya está. Está complicado, porque tenemos muchos partidos en muy pocos días, pero ya hemos demostrado que podemos ganar a cualquiera.

¿Cómo vivió una isla como Tenerife, que hace 6 años veía en el Santiago Martín partidos de LEB Oro, una Final Four de la Champions?

Tenerife estuvo genial durante todo el fin de semana. Ganar una competición europea ha sido lo máximo en la isla y teníamos la oportunidad de conseguirlo junto a nuestros aficionados.

¿Qué sabíais de vuestros rivales de la F4, a priori, equipos fuera de los grandes focos de Europa?

Al Banvit le conocíamos. Han jugado muy bien esta temporada. En la liga turca están entre los mejores y es un equipo que, viéndolos en directo, te das cuenta del gran nivel que tenían. Lo mismo con el Venecia.

¿Qué puedes contar del nivel de baloncesto que has visto en esta primera edición de la Basketball Champions League?

Al principio los equipos eran un poco flojos, pero a medida que avanzamos la competición nos encontramos algunos muy fuertes como Avellino, ASVEL… Y por supuesto los equipos de la Final Four. Tenían grandes jugadores y me llamó mucho la atención que llegaron con un nivel físico brutal. Eran unos equipazos y sabíamos que teníamos que jugar al máximo para ganarla.

Eres, a priori, el quinto pivot de la rotación (7 minutos de media en Liga Endesa) y no jugaste en la semifinal. Contra el Banvit, con un título en juego, Vidorreta te llama para salir con 40-34 en el marcador y 15 minutos para el final… ¿Estabas preparado para ese momento?

Yo estaba, como siempre, preparado para salir. En la semifinal no jugué y, si te digo la verdad, pensaba que no iba a jugar en la final. Pero yo siempre estoy preparado para salir cuando haga falta y dar lo máximo de mí.

Y tu producción fue brutal: ¡6 puntos sin fallo, 4 rebotes y un tapón en apenas 5 minutos de juego! Y te da tiempo de "colarte" entre las mejores jugadas del partido… ¿Por qué crees que se te dieron tan bien esos minutos?

He jugado mal… Bueno, no, regular, muy pocos partidos esta temporada. Cuando me ha tocado salir, creo que lo he hecho muy bien. Me gustaría tener más minutos, pero entiendo la rotación del equipo y mi objetivo es siempre dar el máximo.

No deja de ser algo “de película” que el último de la rotación sea capaz de aportar tanto en una final. ¿Por qué crees que Vidorreta quiso contar contigo en ese momento?

Me han hecho esa pregunta varias veces esta semana… Yo soy un jugador joven, no jugué la semifinal… Y de pronto, en el tercer cuarto de la final me dice Txus que salga. Mira, yo creo que lo mejor que se me da, son las sorpresas. El propio Txus me lo ha dicho. Una vez me llamó y me dijo “Yo he constatado una cosa: Siempre que te digo que vas a jugar no lo haces igual que cuando te sorprendo.” Por ejemplo, en Málaga, el día de mi debut, salí de titular sin saberlo hasta poco antes de empezar y lo hice de maravilla. Después contra el Granca, en Badalona… Y en la final de la Champions fue exactamente igual.

¿Cómo se siente cuando, en un escenario como ese, el pabellón entero corea tu nombre?

El Santiago Martín es un sitio increíble para jugar. No es la primera vez que hacen eso. Es una afición increíble. Siempre que salgo a la pista se levantan y cantan mi nombre. Para mí eso es lo máximo, porque yo me considero canterano del club. 

Haciendo balance de la temporada, habéis conseguido el primer título del club y ya se ha pulverizado el mejor balance en Liga Endesa… A principios de temporada, ¿Pensaste por un momento en poder obtener estos resultados?

No, no, claro que no. En pretemporada perdimos todos los partidos. Empezamos muy bien la temporada, pero se lesionó Beirán, que estaba siendo uno de los mejores jugadores de la liga. La gente empezó a comentar que íbamos a caer sin él y mira, ganamos un montón de partidos seguidos. Después lo de Nico (Richotti), y también supimos mantenernos arriba.

¿Qué ha tenido que hacer Iberostar Tenerife como grupo para sobreponerse tan bien a los contratiempos?

La clave de este equipo es lo humilde que ha sido desde el principio. Todos los jugadores y el entrenador queremos aportar. Esto del entrenador ha sido muy importante. Txus nos ha hecho creer en todo momento que podíamos ganar, fueran como fueran las cosas. Trabajamos como un equipo, en defensa y en ataque. No tenemos un jugador que meta 24 puntos cada partido, así que la clave está en la generosidad que tenemos con el balón. Es lo que nos ha llevado hasta aquí

Antes de Txus Vidorreta, pudiste estar bajo la tutela de Alejandro Martínez. ¿Qué recuerdo tienes de él? ¿Cómo fue el cambio a Vidorreta?

Con Alejandro Martinez no jugaba mucho. Entraba con él, pero no contaba mucho conmigo en los partidos. Fue el que me llamó para entrenar con ellos y me hizo debutar. De Txus noté la confianza desde el principio. Antes incluso de haberme visto entrenar, me dijo “cuento contigo, así que ponte las pilas.” Siempre he sabido que confía en mí. Un entrenador que te pone en el tercer cuarto en la final de la Champions… Y no ganando ni perdiendo de 20, sino con el partido empatado. Me da muchísima confianza, lo que pasa es que tengo a Bogris y a Fran (Vazquez) delante y es normal que no juegue tanto. Tal y como estamos esta temporada, en la parte alta de la liga y ganando la Champions, no puedo pedir más.

Nombras a Fran Vázquez, un histórico de la Liga que parece que allá donde va, deja cosas de las que hablar. ¿Qué podrías decir tú de él?

Fran es una persona increíble. Un tío muy humilde y eso lo trasmite en la cancha. Cuando juego los 1×1 contra él, siempre me está dando consejos y se molesta mucho en que yo haga las cosas bien, porque quiere que mejore. Tener a alguien como él delante ayuda mucho, porque siempre te motiva. No deja que te hundas y siempre lo da todo para mejorar y que todos mejoremos.

En las últimas temporadas, muchos de tus compañeros con los que te formaste en el "Granca", se están asentando en diferentes categorías del baloncesto español. ¿Qué sabes de ellos?

Mouhamed Barro (1995; Oviedo, LEB Oro) es mi mejor amigo. Está jugando muy bien (5,2 puntos y 3,8 rebotes) y me alegro mucho por él. Al principio no tenía muchos minutos, pero trabajando ha conseguido ser un jugador importante. Yo sabía que tenía que jugar mucho en LEB Oro porque físicamente está tremendo y el año pasado en ACB y Eurocup lo hacía muy bien. Me dolía mucho ver que no jugaba muchos minutos al principio de la temporada.

No solo Barro está asentándose. Otros como Fabio Santana (Oviedo) o Christian Díaz (Ourense) son ya jugadores reconocidos en esta categoría… Pero que no terminan de dar el salto a la Liga Endesa. ¿Qué crees que les falta a jóvenes como ellos para que puedan estar entre los mejores?

Fabio es un gran jugador, muy listo, también debería ser un jugador de ACB. La verdad es que no tengo ni idea de por qué están jugando en esa liga. Hay jugadores que están en Liga Endesa que no son mejores que ellos, pero muchas veces se les da prioridad a los jugadores extranjeros y ahí está el problema.

También coincidiste con “Edy” Tavares que, como tú, llegó a la isla para “empezar desde 0”. ¿Has hablado con él estos días? ¿Cómo está viviendo su fichaje por los Cavaliers?

“Edy” me llamó después de la final para felicitarme, aunque no pudimos hablar mucho. Está flipando. Hablamos poco ese día, pero está alucinando y disfrutando mucho de esta oportunidad. Para mí es como un hermano y hemos crecido juntos. Cuando nos conocimos, casi ni sabíamos jugar al baloncesto y en unos años podemos celebrar juntos estas cosas.