Es probable que si Izan Almansa o Aday Mara llevaran una o dos temporadas jugando 15-20 minutos en un equipo de ACB serían ya mucho mejores jugadores de lo que son. El problema radica en que aquí no van a jugar y se ven obligados a seguir su carrera en ligas inferiores, lejos de tu casa, de tu idioma y teniendo que adaptarte (el factor económico y los estudios también pueden influir en estas decisiones). Quizá la ACB es la mejor liga de Europa (en cuanto a nivel, no en cuanto a emoción) por este motivo. No hay paciencia con el joven y hay que ganar a toda costa.

EN ESPAÑA NO HAY PACIENCIA 

Además, los clubes se ven en la encruzijada que si el joven jugador te sale bueno de verdad se acabará yendo a la NBA, por lo que el club lo desarrollará y luego no lo podrá disfrutar. Situación complicada, y todos tienen sus motivos y razones, pero está claro que empieza a ser incompatible tener la mejor liga de Europa y pretender tener la mejor selección del continente.

Guille del Pino abandona el Unicaja de Málaga. La noticia conocida el pasado miércoles ha sorprendido a muchos, pero lo cierto es que cada verano es más habitual con los jóvenes canteranos más prometedores del baloncesto español y del resto de Europa. El principal motivo es que quiere foguearse con los mayores y tener minutos de baloncesto real. A Del Pino le hubiera gustado tener más oportunidades en el equipo de Unicaja (5º jugador más joven en debutar), pero el club cajista no se lo puede ofrecer. Algunas tardes de BCL y con muy pocos minutos.

La segunda lectura que hay que hacer de este movimiento no es que el jugador cordobés cambia al todopoderoso Unicaja por un equipo de su ciudad que acaba de ascender a la antigua LEB Plata, lo que realmente pasa es que Del Pino está preparando su salto al baloncesto universitario norteamericano y apuesta por estar en su casa, con su familia y con sus amigos, en Córdoba, en el que será su último curso en España.

Es un problema sistémico, no sólo del Unicaja. Las exigencias del baloncesto de superélite, el hecho de que también en Primera FEB haya un número alto de no seleccionables… También implica que los que lleguen arriba, en el baloncesto más competitivo de Europa, sean buenos de verdad. Pero por el camino quedan muchos y, como decía Ibon, habrá un problema colectivo más pronto que tarde.