La primera vuelta de la temporada 2015/2016 de la Liga Endesa finalizó la pasada jornada y nos ha dejado ver cuál puede ser la tendencia de los equipos a lo largo del año. En el caso de Movistar Estudiantes el puente que le une a la liga va quemando sus tablas una detrás de otra sin ningún tipo de misericordia para uno de los históricos ACB, que si no consigue dar un vuelco radical (ya casi no le vale ir progresivamente) en sus prestaciones como colectivo verá cómo la segunda vuelta se convierte en una gran película de terror.
Los fríos datos no suelen mentir. Con un balance de 3 victorias y 12 derrotas, esta primera vuelta es la peor que ha registrado nunca el Movistar Estudiantes en su historia, sólo comparable a aquella que el equipo del Ramiro firmó hace dos campañas consiguiendo un preocupante 4-13. En esa ocasión, el Estu aseguró la permanencia logrando 8 victorias en una segunda etapa de la temporada en la que mejoró su juego, aunque contaban con el colchón que supusieron Valladolid y Manresa. Este año, el Estudiantes está empatado con el Retabet.es Guipuzcoa Basket en la última posición tras perder en su enfrentamiento directo y probablemente será vital el partido de vuelta en Guipuzcoa para resolver quién de los dos ocupa el último lugar en la clasificación, plaza que este año conlleva el descenso seguro.
En la marejada que está viviendo el conjunto madrileño, uno de sus grandes problemas es la incapacidad para ser un equipo consistente en casa. Siguiendo con las comparaciones, la temporada pasada el Estudiantes consiguió 13 victorias en el Barclaycard Center, algunas tan sumamente meritorias que le valieron el sobrenombre de “matagigantes” puesto que Real Madrid, F.C. Barcelona, Baskonia, o Bilbao Basket cayeron allí. La situación actual no puede ser más diferente de aquella, ya que el Estu sólo ha ganado en casa a Baloncesto Sevilla. Tan sólo un partido de los ocho disputados en el Palacio de los Deportes, ante una afición entregada que paulatinamente ha perdido la ilusión en un proyecto liderado nuevamente por los jóvenes canteranos.
Para ganar, el Movistar Estudiantes necesitará aplicar nuevas dosis de concentración defensiva puesto que son el segundo equipo de la liga que más puntos encaja por partido (85.00), su peor marca desde la campaña 1986-87. A pesar de la incorporación de Xavi Rey y sus numerosos centímetros en la zona, la defensa de los del Ramiro sigue siendo muy blanda en determinados momentos de los partidos en los que su intensidad se esfuma y conceden demasiadas canastas fáciles que aumentan rápidamente la renta de los equipos rivales, obligando al Estu a remontar el resultado en cada jornada. La garra no es suficiente y en los finales de partido a los que el Estudiantes ha llegado igualado la balanza ha caído casi siempre de cara al rival.
Al Estu le falta ritmo anotador, correr la pista y aprovechar la frescura de los jóvenes para dinamitar los partidos. Cuando Jaime Fernández lleva la manija el equipo juega mejor, pero adolece los minutos en los que el veterano Javi Salgado sale a pista. El vasco no está viviendo su mejor temporada a pesar de liderar la clasificación de asistencias de la ACB durante los primeros partidos y en defensa sufre mucho contra el base contrario. Además, no está encontrando fortuna desde el perímetro (33%) lo cual siempre ha sido uno de los pilares de su juego. Cabe destacar que el juego desde más allá del arco es una de las tareas pendientes para el Movistar Estudiantes en esta segunda vuelta. Con un porcentaje total del 31,3% desde la línea de tres puntos, los del Magariños son el peor equipo de toda la Liga Endesa en esta estadística, y es que sólo dos jugadores del Estu superan el 40% en triples esta temporada. Uno de ellos es Edgar Vicedo, que por su escasez de minutos no ha lanzado demasiado, y el otro es Nico Laprovittola que sólo ha disputado tres partidos con el conjunto colegial.

Un fichaje el del base argentino que precisamente buscaba reforzar la posición de “1” ante la mala racha de Salgado y para cubrir las bajas de una plantilla escasa de efectivos tras las salidas por la puerta de atrás de los americanos Zach Graham y Tony Mitchell, sin contar el varapalo de la infidelidad del pívot serbio Vlado Stimac que regresaba al Estrella Roja de Belgrado tras disputar únicamente tres encuentros a principios de temporada. El Estudiantes necesita anotadores como el comer y Laprovittola está cumpliendo con su parte del trato, siendo ya el máximo anotador del equipo con 14,3 puntos y empatando en valoración con Juancho Hernangómez con 15,3. Aun así, al ex del Lietuvos Rytas le falta rodaje para compenetrarse con mayor éxito con sus compañeros, pero sin duda está llamado a ser uno de los grandes referentes del equipo en la segunda vuelta.
Todo este maremágnum ha tenido como consecuencia (¿lógica?) la destitución de Diego Ocampo como entrenador. Un entrenador despedido en la primera parte de la temporada por malos resultados deportivos nunca es buena señal, pero en este caso la directiva debería plantearse si despedir a un entrenador con una gran conexión con los jugadores del equipo, fichado por su experiencia para liderar a jugadores jóvenes y que ha obtenido el mejor rendimiento de hombres como Juancho, Darío Brizuela o Jaime Fernández es la mejor decisión. La grada del Barclaycard Center ya mostró su opinión coreando durante el último partido contra Herbalife Gran Canaria “directiva dimisión”, pero el baile en los despachos ha continuado y tras la dirección de Alberto Lorenzo como entrenador en esta última jornada se ha hecho oficial este mismo viernes la contratación de Sergio Valdeolmillos como nuevo técnico, hombre que ya sonaba con fuerza para el banquillo como recogía Daniel Mérida hace unos días. El granadino tendrá ante sí el reto de la salvación y en los próximos encuentros se verá si la decisión ha sido la adecuada.
Así todo, también pueden sacarse cosas positivas del equipo colegial en esta caótica primera vuelta. El rendimiento de los jóvenes es quizá la mejor noticia para que el Estudiantes conserve cierta esperanza en su futuro. A los canteranos los comanda un Juancho Hernangómez pretendido ya por la mayoría de los equipos grandes de la ACB e incluso seguido por ojeadores de la NBA, que lidera al equipo en valoración con 15,3 y en rebotes con una media de 6,6 rechaces por encuentro, siendo también uno de los mejores de la liga en este apartado. El menor de los Hernangómez está cuajando una temporada fantástica, con partidos por encima de los 20 de valoración e incluso batiendo el récord de mayor valoración en menos tiempo en un partido ACB con 25 créditos en 13 minutos y 19 segundos que ostentaban Germán Gabriel y Víctor Baldo con 20. Sin duda, el madrileño será uno de los factores clave en una posible resurrección del Estu, tanto como otra de las perlas que está brillando en este inicio, Darío Brizuela.
El joven escolta ha llevado el peso anotador del equipo en varios partidos aunque en esta recta final se ha desinflado por la llegada de Nico Laprovittola que le resta minutos de juego. La “mamba vasca” necesita confianza y minutos para ser regular y en los últimos partidos ha disminuido su acierto en el triple, aspecto fundamental en su repertorio, pero es una de las apuestas del Estudiantes para revolucionar los partidos y contagiar al resto de sus compañeros desempeñando la función de termómetro. El donostiarra lo da todo por sus compañeros y tiene un ansia competitiva fundamental para inflamar el corazón de los colegiales, como demostró en unas declaraciones ante los medios tras la dura derrota ante el Morabanc Andorra en las que aseguró que prefería no jugar o que le echasen con tal de ganar partidos, palabras con las que se ganó el respeto y el cariño de la afición.
El otro jugador que está demostrando a pesar de su juventud su liderazgo es Jaime Fernández. El base supera los 10 puntos de valoración por encuentro (11,1), anota más de 10 puntos por partido y es tercero en asistencias tras Javi Salgado y Laprovittola con 3,1 pases de canasta. El madrileño es el jugador más veterano de la plantilla con tan sólo 22 años y más de 150 partidos con la camiseta del Estudiantes, lo que le avala para ser uno de los capitanes y asumir la responsabilidad en los momentos calientes. Fernández ha mejorado en la dirección del equipo y sus compañeros juegan mejor cuando él está en cancha. Además, ha demostrado que puede jugar con Laprovittola repartiéndose las funciones de “1” y “2”, por lo que la conexión entre ambos será un punto importante a explotar para tener un “backcourt” de garantías.

El resto de la plantilla también debe dar un paso adelante y demostrar que puede ser lo suficientemente competitiva para estar en la Liga Endesa. Jugadores como Nacho Martín y Xavi Rey sí están aportando con regularidad, aunque los problemas físicos del primero no están dejando ver su mejor versión. A pesar de ello, Martín presenta unos respetables 12 puntos de media y ha llevado el peso ofensivo en la mayoría de los encuentros de su equipo, que en ocasiones ha acusado demasiado su falta. La compatibilidad entre él y Hernangómez será también fundamental para la segunda vuelta; explotar la versatilidad de Juancho como “3” mientras Martín juega de “4” es una posibilidad que Ocampo apenas utilizó y puede servir para que el canterano castigue a su par al poste mientras Nacho busca los tiros abiertos. Una posición la de alero que el Estu adolece, pues ninguno de los americanos ha dado la talla y Brandon Thomas apenas ha contado en los últimos partidos con minutos. Habrá que ver si Valdeolmillos reutiliza a este jugador que ha completado más partidos malos que buenos. Por ello, el también canterano Edgar Vicedo tiene delante una oportunidad única para afianzarse dentro de la rotación si Brandon Thomas sigue con su papel marginal, y es que Vicedo siempre aporta ganas e intensidad saliendo desde el banco pero que aún no ha explotado.
Un Movistar Estudiantes en definitiva que tendrá que apostar fuerte por los jóvenes para salir del agujero y que tendrán que confiar en que la falta de experiencia no sea un déficit demasiado grande para un equipo en el que los jugadores nacionales aportan el 80% de los puntos y el 84,3% de valoración, más que cualquier otro equipo en la ACB.
Difícil papel por tanto para Movistar Estudiantes, que recordemos es uno de los tres equipos que ha jugado siempre en ACB desde su creación y que hoy en día se encuentra en una de las situaciones más delicadas de su historia.