Uno se pregunta cuánto de éxito debe tener la mente en esto del deporte de élite. Se trabaja el físico, la táctica, la técnica, al adversario. Se pasan vídeos, se afanan los fisios y se escudriñan las pizarras. Pero, ¿y para cuándo la mente? Iberostar Tenerife afrontaba la noche lagunera con la resaca de victorias de pedigrí, la BCL en modo play offs y el inminente viaje a Madrid para degustar una nueva Copa. Llegaban los burgaleses acompañados de su incondicional afición, lanzados con sus nuevas incorporaciones y dispuestos a olvidar pasados contratiempos al calor de los dólares venidos de noveles proyectos. Y casi que ahí estuvo la máxima diferencia en la contienda de hoy. Una cuestión de mente, de dónde tener la cabeza.
Y eso que comenzaba entonado de seso el equipo local, con un 13-5 en tres minutos y una ristra de pérdidas burgalesas. Pero a pesar de aquellos inicios, se recuperaban los de San Pablo, a partir de un 0-9 de parcial que volteaba la cosa con un 2+1 de Benite. Se desinflaba el suflé aurinegro, todavía inmerso en los aflujos de las victorias constantes. Sutton, ese penúltimo fichaje de farolitos de la cartera burgalesa, agrandaba aún más la pájara lagunera, en pleno tiempo ya de rotaciones, hasta llegar al 15-21 de primeros diez minutos.
En otro ejercicio claro de la claridad de la mente, aparecía un desequilibrante factor X. Hace casi 28 años, a muy poca distancia de la hamburguesa lagunera nacía Alex López y de las canchas del Nuryana hasta aquí volvía para hacer ocho puntos casi consecutivos y dejar un 20-29 para el equipo de fuera. Se intercambiaban canastas con los rosters de los dos equipos ya metidos de lleno en el partido, pero siempre con la iniciativa visitante, que iba perpetuamente tres pasos por delante, para enfado del vehemente Vidorreta. Fitipaldo dejaba otra máxima ventaja en 28-40, mientras Beirán se fajaba en el poste bajo como si de un pívot se tratara. Sabio de mente. Sin embargo, esa bestia parda llamada Sutton se iba a la pausa larga dejando a su equipo nueve puntos por delante con un 35-44 de pura sorpresa.
.@SupastaSutton23 conecta con @CancarVlatko. ¡Espectacular alley-oop! #LigaEndesa
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Tenía que recuperar su mejor versión defensiva Iberostar Tenerife para afrentar a este buen San Pablo Burgos y a ello se ponían los de la casa para revertir la ventaja castellana. Con eso y con Tim Abromaitis se asomaban al partido los laguneros para que, con una antideportiva de Benite, Davin White le diera de nuevo la delantera a los suyos (51-50 min. 25). Y a viejos males, mismos remedios. Volvía a la cancha y a anotar Alex López y Frazier se marcaba dos triples para recuperar el mando de las catedrales bonitas. Le ganaba la partida a la bocina el especialista White para dejar la cosa ajustadita a partido de una posesión antes de la última pausa (59-62).
Desde Chicago, Zipser hacía cuatro puntos para estirar otra poca la ventaja y evitar el volteo tinerfeño. Quedaban siete minutos y siete eran los puntos de liderazgo burgalés. Pura fuerza mental se avecinaba. Se venían los jugadores importantes de nuevo a la cancha, pero no encontraba Iberostar Tenerife las rotaciones que le dieran la vuelta a la cosa, ante la incomodidad de partido que le planteaba la epifanía castellana. Un 2+1 de Iverson volvía a poner encuentro de tres puntos, pero el partido exterior de Burgos esta noche lagunera era casi perfecto. Y si por fuera el acierto era espléndido, la percusión interior de los Sutton, Huskic o Lima, minaba las intentonas del cuarto clasificado de la liga, con la mente quizás más puesta en el Wizink Center que en su propia morada. Apenas se acercaban los de casa a cinco puntos con el buen partido ofensivo de Rodrigo San Miguel, pero la victoria estaba ya volando, junto con toda su afición, hacia tierras más frías que estas. Allí donde vive ahora Dominique Sutton, que terminaba de picar el triunfo visitante con sus 20 puntos y 9 rebotes para el 83-88 final. Este sí que tenía hoy la cabeza donde debía tenerla.