Cuatro partidos de postemporada y se pueden marchar de vacaciones. Se acaba el curso para un equipo que ha trabajado mucho; un equipo que quizás no merecía tal vapuleo en primera ronda. Asimismo, Charlotte Bobcats ha caído eliminado de Playoffs tras perder los cuatro primeros partidos de la serie ante Miami Heat, equipo que pelea por conseguir una hazaña histórica, el threepeat. Sin embargo esta temporada ha sido muy gratificante para los de Carolina del Norte, no sólo por su segunda clasificación en Playoffs tras diez años de existencia, sino también por la mejora de algunos componentes imprescindibles en el equipo.
La mejor sensación que ha dejado Bobcats esta temporada es la pareja Kemba Walker y Al Jefferson, los socios del pick & roll. Walker necesitaba claramente un escudero, alguien con quien poderse aliar para liderar el equipo. La contratación de Jefferson no sólo ha propiciado una progresión considerable en el equipo, sino que éste mismo, a nivel personal, también ha conseguido ser el mejor jugador del mes de la Conferencia Este en más de una ocasión. Es muy cierto que los dos han cooperado para llevar a su equipo hasta aquí, pero también lo es que se han ayudado mutuamente a ser mejores. Se puede decir que esta ha sido su mejor temporada individual, aunque por diversas razones: Por lo que a Walker se refiere, es completamente normal la mejora que ha experimentado, en su tercera campaña en la Liga. Forma parte de la evolución. No obstante no podemos decir lo mismo de Jefferson, alguien quien acarrea unos cuantos años de experiencia a sus espaldas.
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Kemba está completando su proceso de maduración. Según declaraciones traducidas por la revista Oficial de la NBA, el base titular de los Cats afirma que combina distintas velocidades a la hora de dictar el ritmo de juego y, de este modo, puede hacerse con el control del ritmo del partido. Podemos decir que ha aprendido a ralentizar su juego, demasiado veloz -en ocasiones- en las dos anteriores campañas. Además, también ha declinado la espectacularidad en el pase en favor de la efectividad. Ya no persigue tanto el highlight. Ha aprendido también ha aprovechar los espacios que cede el rival cuando entra a canasta y ahora sabe encontrar al compañero más bien colocado.
A Jefferson se le puede recordar por noches como por ejemplo la de la victoria de su equipo el pasado mes de enero ante Los Angeles Lakers (110-100), en la que anotó 40 tantos y capturó 18 rechaces en 38 minutos de juego. A su calidad ofensiva también ha añadido una mejora defensiva -aún está lejos de los mejores- en parte gracias al trabajo con Pat Ewing. ‘Big Al’ es el séptimo máximo reboteador del campeonato y además promedia por partido 21,8 puntos y 10,8 rebotes. Ha sido de los pocos jugadores en acabar el curso con un 20+10 a sus espaldas. Responsable, por tanto, de la presencia en postemporada de los Bobcats.
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A pesar de esto, no todo el mérito es atribuible a los dos mejores jugadores del equipo, sino que gran parte del éxito del conjunto de Charlotte ha sido gracias a la dirección del equipo. Después de mucho buscar, Michael Jordan ha encontrado a alguien apropiado para dirigir e instruir a su roster. Steve Clifford, hombre sin experiencia previa como entrenador NBA, ha logrado el segundo mejor balance de la historia del equipo y la segunda clasificación en la fase eliminatoria. Ha sabido trabajar con un grupo que ha permanecido unido toda la campaña. Es interesante destacar también la progresión, aunque tímida todavía, de Michael Kidd-Gilchrist y un mayor impacto en Josh McRoberts, quien ha combinado grandes actuaciones con algún episodio para olvidar como el codazo a LeBron James en la serie que ha enfrentado a ambos equipos en PO.
'MKG', la ex estrella de Kentucky Wildcats, aspiraba a mucho en su debut profesional, pero fue una de las decepciones de esta temporada. No obstante, actuaciones aisladas hacen pensar que está en el buen camino dada su juventud. Su impacto ha sido menor en todo caso que el de McRoberts, quien promedia 30 minutos por partido. Se lo ha ganado a base de trabajo con el paso de las temporadas. De su aportación defensiva es de lo que más se beneficiaba el equipo, formando un buen complemento para Jefferson y ayudándole a hacer el trabajo 'más sucio'. Cuando el partido parece estancado en ataque, en ocasiones puede aparecer él para encestar un triple. Reflejos de la mejor versión de Birdman. Este perfil de jugador suele ser muy querido por las aficiones.
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Tampoco nos olvidamos de Gerald Henderson, el 'veterano' del equipo. Promedia 15 puntos por encuentro y es un jugador que siempre hace caja. Siempre mantiene su regularidad en una mala noche o cuando el dúo estrella 'no ve aro'. Esta es la faceta que más le caracteriza en esta temporada, su regularidad. Ha logrado la doble figura en anotación en la gran mayoría de partidos de regular season.
Por último, y tras su previo proceso de adaptación en la D-League, por fin Anthony Tolliver encuentra su rol en la plantilla. Clifford le ha dado minutos esta temporada y el power-forward ha respondido mostrando su comodidad en el tiro de larga distancia. Ha promediado 20 minutos por choque, saliendo casi siempre desde el banco. En racha, ha sido una amenaza desde la larga distancia con la que no se contaba a inicio de curso. Ha lanzado casi 4 triples por partido, encestando 1,6 (41%) y anotando 6.1 ppp. Pese no a ser un consumado especialista, sí ha pasado a ser un hombre a vigilar cuando se ha colocado detrás de la línea de 3p. Clifford ha sabido valorar esa facilidad del jugador para estar en el sitio adecuado en el momento justo.
Muchos -o muy pocos- no apostaban por ellos al principio de temporada, por lo que el grado de satisfacción ha sido elevado. Si aciertan en el draft y se mueven bien en el mercado, el curso que viene se les deberá tener más en cuenta.