Podría tratarse de una historia de Hans Christian Andersen, maestro de cuentos e icono danés del siglo XIX. Una de esas historias que sobrecogen el alma e invitan al optimismo. Sin embargo, lo de Jonas Zohore Bergstedt (2.10 metros, 1991) es real, muy real. Generado a base de un talento natural y sudor diario para desarrollarlo.
En Dinamarca no existe demasiada tradición baloncestística. Exceptuando a Christian Drejer, formado en Florida y que pasó por el FC Barcelona, ningún jugador de origen danés ha sido elegido jamás en el Draft de la NBA. Sin embargo, esa falta de solera tampoco le importaba mucho a nuestro protagonista, de padre marfileño y madre danesa, que pese a tener unas condiciones físicas extraordinarias en cuanto a altura y movilidad, sintió algo tarde la necesidad de jugar al baloncesto. Primero, con amigos; después, de forma algo más profesional.
Gracias a los contactos que tenemos de scouting nos enteramos de que había un chico cercano a los 2.10, con un físico bastante potente y que quería entrenar a baloncesto de forma más sería de lo que lo hacía allí, relata Ivo Simovic, Director Técnico del Espacio Torrelodones. Formaba parte del equipo junior, apenas había debutado en Primera y no tenía mucho nivel, no sabía hacer cosas básicas, explica el serbio.
Pero merecía la pena al menos comprobar las dimensiones del diamante, claro. Nos pusimos en contacto con él y le ofrecimos venir. Estuvo una semana entrenando y después decidimos firmar un contrato. De eso hace ya tres años. Desde entonces, su nombre se iría haciendo cada vez más familiar para equipos más potentes. No sólo del país sino también europeos incluso al otro lado del charco.
Supongo que nadie tenía información sobre él. Nosotros conocimos su situación porque teníamos contacto directo, por conocidos, pero de lo contrario es bastante complicado descubrir algo así, teniendo en cuenta que sus capacidades entonces eran limitadas, cuenta Simovic, que desde el principio pensó en la progresión que aquel espigado danés podría tener.
Parte importante en su desarrollo ha sido otro serbio, Darko Rajakovic, técnico del club y que ha ejercido como maestro de Bergstedt los últimos tres años. Sinceramente, pensamos que un chico con su ilusión y magen para mejorar aportarían a nuestro proyecto, que estaba dando sus primeros pasos. El preparador balcánico se deshace en elogios hacia la actitud y el compromiso de Bergstedt, algo en lo que coincide con Simovic.
Entrena muchísimo, invierte gran cantidad de tiempo y enegía. Tiene una tremenda ambición para jugar al máximo nivel pero a la vez sabe que le queda mucho por delante. Sin duda está preparado para cosas mayores, es un chico tranquilo y humilde que se toma todo lo que está llegando como un premio por su trabajo, comenta el Director Técnico del conjunto madrileño.
TORRELODONES EN EL MAPA, BERGSTEDT EN LA RETINA.
Y es que las sirenas, pese a no percatarse del nacimiento del posible gigante, sí llaman ahora a la puerta del joven danés. Ahora mismo hay un gran interés, muchos clubes le quieren fichar. Por ejemplo, el Director General y el Entrenador del Maccabi de Tel Aviv estuvieron aquí una semana, viéndole entrenar y jugar. También han mostrado intenciones varios clubes de Turquía, que le han invitado a entrenar con ellos. Las palabras de Simovic son claras. Pero hay más. Al menos cuatro equipos de Euroliga están deseosos de firmar a Bergstedt.
Aunque la verdadera locura procede de Estados Unidos. Este último año ha jugado muy bien en EBA (ha promediado 11.3 puntos y 9.8 rebotes en la cuarta división del baloncesto nacional), lo que unido al gran Europeo Sub 20 que jugó con Dinamarca (en el citado torneo, disputado en Bosnia el pasado año, firmó 22.4 puntos y 13.5 rebotes por partido) ha despertado mucho interés. Han venido scouts europeos a verle jugar y más de quince franquicias NBA también se acercaron para seguirle. Y a algunas de ellas les gustó bastante, expresa Rajakovic.
¿Cómo es posible que nadie antes se pudiese fijar en el jugador? ¿Que ningún grande del panorama nacional fuese consciente de las posibilidades del danés, estando ya en España? Preguntas sin respuesta. Porque el jugador partió de un nivel muy majo pero su evolución ha sido vertiginosa. Tanto como para que antes de este último año (su segundo en la Liga EBA) pudiese haber llamado la atención de un mayor número de ojos y libretas, dispuestos a analizar las posibilidades del talento nórdico.
Ahora no hay vuelta atrás. Jonas Bergstedt ya no es un desconocido. Y su creciente fama, derivada de su fantástica progresión, le llevó a considerar, junto a su agente y asesorado también por parte del club, presentarse al Draft de la NBA de este año. Tanto el Director Técnico como el Entrenador del Espacio Torrelodones tienen clara su visión sobre el caso.
Nosotros no vamos a cortar su desarrollo como jugador. Si algún equipo quiere ficharle y él quiere marcharse, se irá. Siempre y cuando le puedan ofrecer mejores condiciones, porque nosotros tenemos una excelente relación con Jonas y queremos que continúe su progresión como jugador y como persona. Si todos pensamos que lo mejor para su desarrollo está lejos de Torrelodones, seguirá su camino, revela Simovic, consciente de que al jugador le restan tres años más de contrato con el club madrileño. El jugador, que se mantiene tranquilo, comparte pensamiento.
El próximo paso para el danés será Treviso, este mismo fin de semana. El sábado viaja a la localidad italiana porque desde el domingo 10 y hasta el martes 12 allí se celebra el Eurocamp, una ineludible cita que junta a 44 grandes talentos del baloncesto europeo. Allí, en Treviso, compartirá cancha con otras grandes promesas como Jaime Fernández (Asefa Estudiantes), Josep Franch (UCAM Murcia), Dani Díez (Real Madrid), David Jelinek (FIATC Joventut) o Tomas Satoransky (Cajasol).
Después de Treviso y dependiendo del interés que pueda haber en él se tomarán decisiones, quizás vaya a Estados Unidos a hacer algún workout y desde luego analizaremos si le conviene presentarse finalmente este año al Draft o esperar al siguiente para hacerlo, que siendo de 1991 es otra opción, expone Rajakovic.
EL JUGADOR QUE TODO EQUIPO NECESITA.
En cualquier caso, Jonas Bergstedt, ese joven que apenas sabía realizar entradas con la derecha hace algo menos de cuatro años, es hoy uno de los proyectos más interesantes del baloncesto continental. Y, desde luego, no pasará más desapercibido. Su técnico, que ha visto día a día, mes a mes, temporada a temporada, su evolución, reseña su perfil como jugador.
Jonas es el tipo de jugador que todos los equipos necesitan y quieren. Es muy intenso, tiene una gran ética de trabajo y un constante deseo de mejorar. Además es un chico muy humilde, el interés de otros grandes clubes no le ha cambiado nada. Después de acabar la liga me llamó para que le entrenase individualmente, eso dice mucho de él. En cuanto al juego, es un gran defensor y reboteador, con una tremenda capacidad para defender jugadores de posiciones exteriores, tiene un fantástico desplazamiento lateral y muestra un gran despliegue físico en cada acción de juego.
Rajakovic avisa que su pupilo no es una bomba anotadora, pese a que está mejorando en labores ofensivas, aunque vuelve a incidir en su capacidad para jugar colectivamente. Su juego no es meter 40 puntos por partido, que nadie espere eso, pero sin duda puede generar muchas cosas, ve bien el baloncesto y ayuda de diferentes formas al equipo.
Por su parte, el Director Técnico del Espacio Torrelodones, Ivo Simovic, no se aleja de la visión de su técnico. Es un jugador muy físico, muy rápido para su altura y con un cuerpo aún por desarrollar. Pero claramente lo mejor que tiene es su margen de progresión. Hay que tener en cuenta que empezó a jugar con 17 años, una edad con la que los chicos de aquí ya lo saben casi todo. Pero con esa ética de trabajo llegará muy lejos, señala. Tanto él como Rajakovic, sus dos padres deportivos, le auguran un brillante futuro. Ahora mismo le veo al 60% de su potencial, afirma el preparador serbio.
Nadie puede imaginar cuál será el siguiente paso de Jonas Bergstedt. Lo que se puede intuir es que, juntando su talento físico, su ética de trabajo y su ambición, siempre desde la humildad, le espera un futuro prometedor. De esos de cuento. De esos que imaginan, algún día, a un danés jugando en la NBA.