Álex Abrines ha tenido mucho más difícil asentarse en la selección que en la elite del baloncesto español, en la que irrumpió hace más de una década. Sus 31 puntos con solo 18 años en un partido de la temporada 2011-2012, la de su debut con el Unicaja, presentaron a un jugador que, más pronto que tarde, debía ser importante en una selección ya por entonces veterana. Pero no ha sido así: diez años después de su debut, España aún le espera.

De momento, la carrera del mallorquín, a pesar de ser un jugador importante en Europa, no ha cumplido con las expectativas existentes cuando el FC Barcelona lo fichó hace doce años. La sensación tras su vuelta de la NBA, a parte de sus constantes problemas físicos, es que Álex está infrautilizado en los esquemas, que el equipo azulgrana no le ha exprimido lo suficiente. Da la impresión de que dentro de Abrines hay mucho más de lo que ha mostrado, que es bastante.

el ROL de abrines CON SCARIOLO

El seleccionador español convocó a los 12 jugadores requeridos por reglamento, pero hubo un 13º que acompañó al equipo por la capital del Turia para afrontar el peligroso Preolímpico. Se trató del azulgrana Álex Abrines, que no entró en el roster de los 12 al no haber superado una microrrotura fibrilar en el isquio que se produjo, precisamente, preparando este torneo. Pero el alero balear siguió junto a ‘La Familia’ siendo un efectivo más. Finalmente, el jugador nacido en Palma formará parte de la expedición en París. 

En el último partido de preparación Scariolo cambió la rotación y casi sacó de la misma a Arostegui. El quinteto inicial estuvo formado por Lorenzo Brown, Sergio Llull, Álex Abrines, Santi Aldama y Willy Hernangómez. El mejor quinteto ofensivo de la selección: juntas en pista a tus tres mejores tiradores (Abrines, Llull y Aldama) y el bloqueo directo Brown – Willy. Parece funcionar mejor ‘Lobezno’ junto a un escolta con bote que Abrines con Arostegui.

Abrines debe ser importante para España en estos Juegos. Alex ha tenido mucha mala suerte con la selección, pero en la actualidad es clave. El único tirador puro del equipo. Es cierto que la pareja exterior Abrines – Arostegui es muy buena defensivamente, aunque en ataque no convence del todo, ya que ninguno de los dos es manejador de balón y es probable que haya posesiones poco fluidas. ¿Serán los titulares en los JJOO? A ver si es bueno el equilibrio defensa – ataque. La creatividad y el bote descansarán en las manos de Lorenzo.

LA OPORTUNIDAD DE ABRINES EN PARÍS

Se define como introvertido y tímido, pero cuando calza un triple en el Palau de esos que valen oro no es raro verle alzar los brazos y degustar el aliento de la afición, sonrisa amplia, competitividad en estado puro. Álex Abrines, sin embargo, entiende que está de paso en el baloncesto profesional, una resolución que en ocasiones le costó entender porque se dedicó al deporte en cuerpo y alma hasta que la mente le dijo basta, al punto de que abandonó la pelota naranja por cinco meses. Capitán del Barça, espera liderar a España en París.

Ahora, después de muchos años en la élite europea, la situación es muy diferente. Las bajas no solo permitirán que tenga más minutos, sino que la selección necesita de él mucho más de lo que ha dado hasta ahora. De tener una participación residual, Abrines pasa a ser fundamental. La selección lo necesita más que nunca y él necesita dar un paso adelante y asentarse como el jugador que todos creen que puede ser.

Si en el Barça no consiguió ser el líder que se imaginaba, en la selección ni siquiera ha tenido la oportunidad. Una de las consecuencias de la etapa más exitosa del baloncesto español es el tapón que ha provocado. Las medallas no han parado de caer y el recambio generacional se ha retrasado. Abrines llegó pronto a la absoluta tras completar su trayectoria en las inferiores, pero su protagonismo ha sido escaso. En París tiene su oportunidad. Tal vez la última.