Sudán del Sur parece estar listo para estar presente en las páginas más brillantes del básquet africano. Lo más fascinante es que se trata de un país que obtuvo su independencia en 2011 después de una larga guerra civil y debutó en una competencia por primera vez en el Mundial de baloncesto 2023.
Pese a que en 2013 se desató una guerra civil en el país, la tercera vivida en 50 años, que dejó 400.000 víctimas, Sudán del Sur terminó con un balance de 11-1 en los clasificatorios para el Mundial de baloncesto, y venció a China y a Angola para conseguir un lugar en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Con jugadores como Bol Bol, hijo de Manute Bol, uno de los jugadores más altos de la historia con 2,31 m; Wenyen Gabriel, exjugador de Los Ángeles Lakers, JT Thor, ala pivot de Charlotte Hornets; y un guerrero de la G League como Carlik Jones, el país más joven del mundo quiere causar un impacto en París. El luminoso presente del equipo tiene un responsable: Luol Deng.
Luol Deng, el gran responsable del presente de Sudán del Sur
Luol Deng, dos veces elegido para el All-Star de la NBA, nació en lo que actualmente es Sudán del Sur y llegó a Londres (vía Egipto) como refugiado, antes de trasladarse a Estados Unidos para desarrollar su carrera profesional. En la actualidad es presidente de la Federación de Baloncesto de Sudán del Sur.
Deng ganó casi 168 millones de dólares a lo largo de 18 años jugando en la NBA, incluyendo tres temporadas en los Lakers por un salario de 16 millones de dólares por año. Según contó recientemente el entrenador del equipo, Royal Ivey, el ex pivot de la NBA hizo mucho por los jugadores del seleccionado.
“Luol (Deng) estuvo financiado este proyecto de su propio bolsillo durante 4 años. Gimnasios, hoteles, billetes de avión: él paga todo. No habríamos sido capaces de llevar a cabo todo esto sin él”, reveló el entrenador que se desempeña como asistente en Houston Rockets y que llevó a Sudán del Sur a los cuartos de final del AfroBasket 2021.
La historia de Luol Deng y Royal Evey
Sudán del Sur está haciendo historia con jugadores que nacieron fuera de su tierra, hijos de familias que huyeron desesperadamente de la guerra y que lograron desarrollar sus carreras en Australia, Canadá y Estados Unidos. En París compiten 14 deportistas del país más joven del mundo, doce de los cuales son basquetbolistas.
Deng, presidente de la federación de básquet desde 2019, aprendió a jugar al básquet gracias a otro refugiado sursudanés: Manute Bol. Haciendo escala en la Academia St. Mary’s en Londres, Luol llegó a la NBA donde pasó 14 años. Fue su hermano, Deng Deng, quien le propuso estar al frente del básquet de su país natal. Por aquel entonces no había donde entrenar, no había dinero, ni había proyecto alguno.
Su primera llamada fue a Royal Ivey, a quien tuvo como compañero en Blair Academy. A Ivey le ofreció el trabajo de entrenador, uno que el propio Deng había estado haciendo hasta entonces sin cobrar dinero a cambio. Con algo más de 12 millones de personas, uno de los PIB más bajos del planeta y tres guerras bajo el brazo, Luol Deng es la gran esperanza de un país azotado por la tragedia.