Ambiente de gala en un Palacio de los Deportes de Granada que acogía a más de 6000 aficionados en la disputa de la Copa LEB Plata entre Covirán Granada y HLA Lucentum. Dos ciudades históricas del baloncesto nacional luchando por su primer título profesional tras su cambio a fundaciones.
La final no defraudaba y el partido arrancaba con algunas imprecisiones en ambos equipos. Desacierto exterior que pronto se tornaba en un partido de ritmo rápido y con alegría en los ataques. Marzo desatascaba al Lucentum desde el perímetro mientras que Almeida y De Cobos desataban los primeros momentos de alegría. El primer cuarto acababa con las segundas unidades de ambos equipos en juego y con un Lucentum que habría las primeras brechas en el marcador con buenas acciones de Nikolic y Martín (19-27).
Covirán Granada aceleraba al comienzo del segundo periodo y marcaba el ritmo de juego en ataque remontando la desventaja con un parcial (9 -2) con Cristian Uta como dominador en la pintura superando la defensa de Nikolic sin problemas. Con el partido abierto el HLA Lucentum cerrando su defensa interior se abría otra fase de imprecisiones. Lobo y Marzo regresaban a cancha y volvían a coger la manija de Lucentum en ataque y aprovechaban su velocidad para intentar esequilibrar la defensa granadina. Granada dominaba la faceta reboteadora y generaba dudas en el HLA Lucentum. Un triple de Bowie a falta de tres minutos y medio para el descanso igualaba la contienda (33-33). El partido entraba en una fase trabada con acciones protestadas por la grada local mientras el equipo visitante recuperaba la ventaja alcanzando un 33-39 a falta de dos minutos para el descanso tras dos tiros libres de Méndez. Al descanso se llegaba con 39-42 tras un último triple de Jesús Fernández.
El tercer periodo se abría con la primera canasta de De Lattibeaudiere, que había estado inédito en la primera mitad tras acumular imprecisiones y dos faltas personales. El partido se frenaba a nivel ofensivo. Se acumulaban imprecisiones a la vez que aumentaba la intensidad en las defensas. Apenas dos canastas de campo en los primeros cuatro minutos del tercer periodo. Emergía entonces la figura de Jesús Fernández y un activo De Lattibeaudiere para devolver la ventaja a los locales a falta de tres minutos para el final del tercer periodo (54-53). Tras un intercambio final de canastas se llagaba al final del tercer periodo con 60-57.
El último periodo estuvo marcado por la tensión en el juego. Sin margen de error, ningún equipo quería verse atrás en el marcador y apretaron las defensas. Granada llevaba la iniciativa pero no abría hueco. El 64-62 se congelaba en el marcador mientras se sucedían imprecisiones. Un omnipresente Jesús Fernández llevaba a los locales a una renta de seis tantos (68-62) que generaba dudas en los alicantinos y hacía que el Pabellón entrara en ebullición a falta de cuatro minutos. Una canasta de Bortolussi daba la máxima renta a los locales a falta de mlinuto y medio (75-69). En los instantes finales los locales supieron mantener la renta y se llevaron el triunfo ante el delirio de la grada granadina.