Las dos selecciones empezaban empeñándose en mostrar fortaleza en sus hombres más resolutivos. Colom y Vázquez abrieron la lata, pero Prepelic tiraba del carro esloveno. El duelo encaraba el final de los primeros diez minutos con 20-21. España rompió un poco desde la defensa en esos minutos, con intensidad y buena aportación desde el banquillo de Vidal o Paulí, y se marchaba al descanso por delante: 44-38. En la reanudación del juego operaba Blazic como revolucionario, pero los locales volvieron con más fuerza y contragolpearon con intensidad en ambos aros para sacar un parcial entre el final tercero y el principio del cuarto que cimentó la victoria final. El rocoso Vidmar intentaba rebajar la ventaja española, que superó los quince puntos, pero los campeones de Europa sólo pudieron maquillar y dejar el electrónico en 92-84.

  • Quedan claras las funciones. España estuvo muy seria durante todo el encuentro, pero sobre todo los 25 últimos minutos. Una exhibición de intensidad en la que sólo se colaron algunas faltas de entendimiento, totalmente comprensibles para jugadores que no han podido coger esos conceptos en una única semana de preparación. La disposición es espectacular, como lo demostró la defensa individual a Prepelic (que el esloveno supo esquivar, pero estaba bien preparada). Las ayudas y las manos rápidas a la hora de parar los ataques de los visitantes les funcionaron a los de Scariolo en los momentos calientes, algo que dice mucho de la implicación de los doce.
  • Saber jugar como local. Una rigurosa falta antideportiva de Fran Vázquez al inicio de la segunda parte fue el detonante para que España comprendiera que este tipo de encuentros, de selecciones y con cancha no neutral, hay que ganarlos con todos los mimbres. Con todos. Y la presión ambiental es uno importante. El público de Burgos, que experimenta este año las mieles de la Liga Endesa, se metió de lleno y ejerció de jugador. El punto de velocidad e ímpetu que imprimieron Llovet y Saiz, éste último como si estuviera en casa, ayudó a que el Coliseum se apuntara un tanto y también lo ganara.
  • Hay fondo de armario. Parece que quedan disipadas las dudas: España puede hacer esto y más. Esta Selección de los menos habituales, se entiende. Colom sabe manejar el tempo y está acertado, Vidal asesina desde fuera y Vázquez lo lucha por dentro, Paulí y Rabaseda dan opciones ante aleros altos, Saiz revoluciona y Fernández está si se le espera. Y ellos son sólo algunos. Esta gira acaba con dos victorias de mucho mérito que dan no pocas esperanzas para lo que queda de esta fase de clasificación para el Mundial 2019.