los soldados de dusko

Las dobles jornadas de Euroliga siempre fueron uno de los ‘qué’ de la competición. Acumulación de partidos, cansancio, riesgo de lesiones, y encima, al volver, competir en ACB. La mejor forma de afrontarlo: las rotaciones. A pesar de que el Baskonia ha encontrado en el fondo de armario algunas variantes más útiles de lo que a principio de temporada se preveía, Dusko no es un gran amigo de las rotaciones, más bien todo lo contrario. Dusko está chapado a la antigua. Él tiene su equipo, sus jugadores, e iría a la guerra con ellos si hiciese falta, pero no le pidan que los cambie por otros. Para él eso no funciona así. Incluso, entrar en ese selecto grupo de ‘los soldados de Dusko’ no es una labor sencilla ni que esté al alcance de todos, por ello tiene aún más mérito lo que están consiguiendo algunos de los protagonistas secundarios del conjunto de Vitoria. Con este grupo de luchadores es que los baskonistas buscaban vencer al Maccabi, porque si algo bueno tiene este calendario es que da revancha rápido.

la envergadura de fall

El camino de Youssoupha Fall para llegar hasta donde está ahora debe haber sido tortuoso. Controlar un cuerpo de tales dimensiones es una tarea que implica un convencimiento enajenado por el objetivo que se persigue. Eso es lo que se debía repetir Fall al agacharse en cada puerta por la que pasaba para que no fuera el marco de la misma quien se encargara de decidir el peinado del pívot. Sus primeros partidos demostraron ya algunos brotes verdes, pero muchos fallos. Su evolución lo ha llevado a colocarse como titular en un Baskonia que necesita de su rudeza y ambición para el Carácter Baskonia. Si existe tal cosa, la intimidación de un 2,21 no puede hacer más que contribuir a la causa. Al pívot aún le quedan muchos aspectos del juego para mejorar, se nota que no domina por completo su cuerpo, pero qué más da. Fall esquiva aviones con las manos cada vez que va a por un rebote mientras vigila con la mirada a todo aquel que quiera esquivar el peaje aéreo que impone su envergadura.

los chispazos de maccabi

El Maccabi de esta temporada en poco se parece a la de la anterior, aunque las dosis de talento las comparta. Hace ya casi un año, en aquella Euroliga dominada por Efes que se acabó cancelando, los israelíes eran uno de los equipos de la zona noble de la tabla,, demostrando una madurez suficiente para combinar talento y disciplina. Justamente esta disciplina es la que no han demostrado en el inicio de esta temporada, en la que Sfairopoulos no pudo inculcar a su equipo lo que sí consiguió en la pasada. El listón había quedado alto, y quizás por eso el análisis no siempre sea justo con el conjunto de Israel, pero es que solo con ver el talento que tienen resulta imposible exigirles más. Tienen pasajes de juego en los que compartir la pelota les resuelve los problemas en los que ellos mismos se meten, pero también tramos en los que la lucha por el heroísmo tira por la borda todo el trabajo colectivo. La madurez del año pasado de algunos de los más experimentados debe demostrar aún la capacidad de ejercer de termómetro para un equipo de chispazos.

EL TALENTO SIGUE AHÍ

maccabi ya no depende de wilbekin

La gran diferencia que tiene este Maccabi con el de antaño es la capacidad de ser un equipo competitivo cuando Wilbekin no está en pista. El nivel de Scottie la pasada temporada fue el principal propulsor del equipo, pero en esta lo está siendo un juego más colectivo. Sin dejar de lado su anotación, la estrella de los israelíes está viviendo una de sus temporadas más anotadoras. De esto se benefician jugadores como Elijah Bryant, Otello Hunter, Dragan Bender o Angelo Caloiaro. El paso al frente de los jugadores secundarios es lo que permite que Maccabi compita en situaciones en las que antes no lo hacía, a pesar de que no lo haga con la contundencia esperada. La labor de Sfairopoulos ahora consiste en equilibrar la balanza para que la mejor versión de su estrella y la mejor versión de su equipo sean compatibles. Tiene cartel para ello. Los chispazos, por ahora, no son más que eso, aunque sin duda pueden transformarse en rayos que deslumbren.

el mismo otello de siempre

Cuando Otello Hunter jugó su primer partido en la Euroliga, allá por el 2013, Luca Vildoza aún correteaba por las pistas de Quilmes, Giedraitis brillaba pero en la segunda división lituana y Tadas Sedekerskis todavía contaba como Cadete para sus entrenadores. La vigencia es una de las características de las grandes características de uno de los trotamundos de la Euroliga. Tuvo grandes compañeros a su lado que supieron alimentarlo en las alturas a la perfección, ya lo comentaba Piti Hurtado: hasta el Chacho dijo que Hunter era uno de los mejores receptores de alley oops con los que había jugado. Si bien mantiene su dominio en las alturas, y además lo ejerce sobre los interminables brazos de torres como Fall, también ha evolucionado su juego. El Ottello Hunter que disfruta Maccabi es la versión más madura que vimos de él, entendiendo a la perfección su rol. Pueden traer a Bender, a Zizic y a Dennis Rodman si quieren, que si les toca pelear el puesto con Otello Hunter se van a topar con una carrera contrastada y una ambición inapelable.

ESTADÍSTICAS