Predrag Saric es bien conocido en el mundillo baloncestistico por dirigir con mano de hierro la carrera de su hijo, el talentoso Dario Saric, pero también por su incontinencia verbal y su difícil carácter. Poco ha tardado el jefe del clan de los Saric en dejar constancia pública de su malestar por la situación de su hijo en su nuevo destino, el Anadolu Efes. Tras ser drafteado en la posición número 12 y recalara sus derechos en los Sixers, Dario Saric decidió posponer su salto a la NBA para recalar en el equipo turco, por el que firmó en verano por tres temporadas, y crecer como jugador al primer nivel del basket europeo de la mano del viejo zorro Dusan Ivkovic. Sin embargo, la primera decisión del veterano entrenador serbio ha sido dejar inédito al joven croata en los primeros partidos oficiales disputados en Turquía. Algo que no ha gustado en absoluto al entorno de Dario Saric.
En declaraciones al medio croata Jutarnji, recogidas por la web Sportando, Predrag Saric ha declarado que "me temo que es tiempo de alarmarse. Dario está deprimido y no hay nada claro en su situación”, amenazando directamente a Efes: "Si el Efes continúa dejándole fuera, buscaremos a alguien que pueda pagar para romper su contrato en Estambul. Dario tiene que jugar. No está para ver los partidos desde las gradas. Está sano. Ivkovic hace que me vuelva loco”.
Veremos que ocurre con Dario Saric. Habrá que ver si la amenaza de su padre es una pataleta o si ciertamente su continuidad en Anadolu Efes corre peligro. Su salida NBA tiene un precio algo inferior al millón de dólares (unos 800.000 dólares), una cantidad que legalmente los Sixers no podrían pagar directamente en toda su integridad por normativa NBA (el máximo en este curso es de 600.000 dólares). Debería ser el jugador el que obtuviera su liberación pagando la correspondiente indemnización, al menos en lo que excede de la cantidad máxima que puede abonar la franquicia NBA.