Llegaba al Buesa Arena un Olympiacos en busca de una victoria fuera de casa después de los tropiezos ante ASVEL y Zenit de San Petersburgo. Los locales, por su parte, buscaban una victoria que le hiciera olvidar dos derrotas muy ajustadas frente a Khimki y Fenerbahce.
En un buen inicio vitoriano, Tornike Shengelia y Nik Stauskas comenzaban con buen pie dando la primera ventaja a los suyos. Una ventaja que recortaría rápidamente el conjunto de Kezmura con un Milutinov que estaba siendo providencial bajo aros, poniendo por delante a los suyos (12-14, min. 7). Al otro lado la entrada de Youssoupha Fall cambió todo. Permitía a Shengelia abrirse mientras él ocupaba la zona, con mucha influencia. Con el georgiano especialmente inspirado y con Printezis y Brandon Paul como oposición, el primer cuarto se cerraba con un ajustadísimo 23-21.
Con la abrumadora superioridad de Fall por bandera salió Baskonia cosechando muy buenas defensas, obligando a los de El Pireo a realizar sobreesfuerzos para conseguir puntos. De hecho, los visitantes tardarían más de tres minutos en lograr su primera canasta del segundo cuarto. Y en ataque los de Perasovic subían una marcha. Unos buenos minutos de Garino, con mucha garra siempre y hoy también con puntos, y un inmenso Fall propiciaban un parcial de 13-2 con el que los locales se iban en el partido (36-25, min. 16).
Sin embargo, a Olympiacos hay que ganarle varias veces en el mismo partido y dos triples consecutivos de Cherry y Spanoulis permitían a los griegos volver a entrar en el partido. Un triple de Shengelia, que llevaba 11 puntos, enviaba el encuentro al descanso con un 41-36 favorable para los vascos.
El retorno a cancha le sentó bien a los azulgrana, que nunca perdieron el dominio del marcador, con Vildoza y Stauskas surtiendo de puntos a los suyos. Con Spanoulis negado en el triple y Printezis anulado en la búsqueda del rebote ofensivo, Baskonia se volvía a marchar con su estrella como estandarte y con un 3+1 sideral de Stauskas, que empieza a demostrar a cuentagotas para qué ha venido. Dejando en 13 puntos en el tercer cuarto a Olympiacos y con Spanoulis recibiendo faltas algo moderadas, los de Perasovic no se inquietaban dejando un corto 58-49, para el buen juego que estaba imponiendo Baskonia, con el último cuarto por delante.
Siete puntos consecutivos concluidos con un triple de Vildoza ponía tierra de por medio y sentenciaba a Olympiacos a intentar forzar una remontada casi imposible. Estuvo cerca, más por ganas que por juego, pero tan solo Milutinov y Brandon Paul aportaban algo a la anotación de los griegos llegando a estar a ocho puntos de diferencia de nuevo. Finalmente, unas nuevas canastas de Shengelia, siempre constante y bien secundado ahora por Pierria Henry, definían la victoria por 82-66 que deja a los locales con 2 victorias y 2 derrotas.
A este chico hay que cuidarlo: Eso es lo que decía 'Toko' Shengelia de Youssoupha Fall. Con 9 rebotes al descanso y 16 al final del partido, fue el principal culpable del buen partido de Baskonia. Incordió a los interiores de Olympiacos durante toda la noche y fue un dolor de cabeza para Kezmura, que intentaba sin éxito solucionar el problema que tenía en la pintura. Estaría muy cerca de acabar con un doble-doble con 8 puntos, 16 rebotes -6 ofensivos- y 2 tapones para 23 de valoración.
El capitán pone los puntos: No hay ninguna duda que Tornike Shengelia es el emblema de Kirolbet Baskonia, y un partido más lo demostró. Con Fall dominando en la zona, se aprovechó de la incidencia de su compañero para ser un martillo pilón contra Olympiacos. Con un 50% en tiros de campo hoy (11/22), se sintió muy cómodo en su cancha anotando de casi todas las formas posibles. Cerraría su participación con 25 puntos, 9 rebotes, 3 asistencias y 28 de valoración.
No fue la noche de Spanoulis: El capitán de Olympiacos no tuvo su día en Vitoria. Con poca influencia en el juego, los árbitros respetaron mucho su figura a la hora de señalar determinadas faltas. En el tiro estuvo bastante errático con una serie de 2/9 en lanzamientos de tres. Pero no solo eso, sus dos pérdidas y tres tapones recibidos fueron señal de que no estaba fino el mítico base griego.
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