El Panathinaikos se convirtió en el nuevo rey de Europa tras una temporada de transición.  Diamanitidis junto con el mítico Alvertis levantaron el título.En una final realmente espectacular, con dos caras totalmente distintas, en la que ambos equipos tuvieron su tiempo de baloncesto total, solamente podía quedar uno. Ese era el equipo del rey de la Euroliga Obradovic y del otro rey del baloncesto Europeo, Sarunas Jasikevicius. Los helenos tuvieron 23 puntos de ventaja en el tercer cuarto, pero el corazón y calidad del CSKA hicieron que el final fuera digno de una final ofreciendo un final realmente dramático, con un tiro sobre la bocina de Siskauskas que podría haber valido un título. El título de MVP fue para Vassilis Spanoulis, que realmente solo rindió a gran nivel en el comienzo del partido.

La gran final comenzó con el mismo planteamiento por parte de Obradovic, buscando atacar a partir de empezar a jugar con Nikola Pekovic, algo que la defensa del CSKA conseguía subsanar con franca eficacia a pesar del acierto individual de Vassilis Spanoulis. El CSKA planteaba un juego más equilibrado en ambas partes de la cancha así como entre el interior y el exterior, consiguiendo llevar la iniciativa desde un comienzo, gracias a la buena labor en anotación y dirección de Holden.

A partir de este momento el Panathinaikos aún con Pekovic en pista consiguió diversificar su ataque, sobre todo dando más velocidad a su juego y subir sus prestaciones también en defensa. Así con una técnica sobre Matjaz Smodis sobre Pekovic los verdes consiguieron sus primeras ventajas gracias a cuatro tiros libres del serbio.

El nivel defensivo de los griegos iba in crescendo, atascando por completo el ritmo ofensivo de los rusos y contando con ventajas que rondaban los seis puntos en el comienzo del segundo cuarto. Clave en ello, fue en parte la gran defensa a la que sometió Diamantidis a la estrella de las semifinales y estrella de la final del 2007, esta vez en los verdes, Siskauskas. Dos triples consecutivos de Saras y Diamantidis, además de una suspensión en contraataque de Nicholas lanzaban al Panathinaikos 12 puntos arriba. La defensa y el movimiento rápido del balón de los de Obradovic estaban siendo clave en uno de los momentos más brillantes de juego del equipo heleno en lo que va de temporada.

El Panathinaikos seguía realizando una defensa soberbia, sobre todo centrada en el trabajo de un Diamantidis soberbio en ambas partes de la pista y consolidaba ventajas de 15 puntos ante la impotencia de Messina que probaba con dos jugadores que no están contando demasiado como Morris y Planinic. Aún así, CSKA acababa sus posesiones sin encontrar tiros claros, mientras que los verdes anotaban con fluidez, sobre todo desde el exterior y dominaban el rebote. Un triple de Jasikevicius y uno de Nicholas, -el octavo, por ninguno de los rusos- sobre la bocina ponía al Panathinaikos 48-28 para desesperación de Messina.

Jasikevicius seguía la fiesta en el comienzo del tercer cuarto abriendo fuego con un triple para poner a su equipo 23 puntos arriba. El CSKA no podía ni contener la orgía exterior del conjunto griego, ni buscar las cosquillas a un Panathinaikos que seguía con la misma intensidad en defensa que en la recta final del segundo cuarto.

Lógicamente este ritmo de juego era difícil de continuar durante muchos minutos, sobre todo en la faceta ofensiva donde el aro ya no era tan grande y además perdían el control que hasta entonces mantenían en el rebote ofensivo. Los rojos comenzaron a ver el campo más abierto y desde el exterior conseguían recortar sensiblemente la diferencia y meter el miedo en el cuerpo a un Panathinaikos al que ya no le salía nada en ataque y veía reducida su ventaja a tan solo 10 puntos con diez minutos por jugar.

Planinic estrenaba el cuarto definitivo con una canasta al poste para seguir recortando. El CSKA cambió mucho su cara tras su paso por vestuarios, trabajando mucho en defensa creando mucha desconfianza en el ataque de los del trébol y viendo mejor el juego ofensivo con un equipo muy versátil en pista. Smodis aparecía para poner a seis puntos, pero Fotsis en un momento crítico anotó un triple vital que cargó de confianza de nuevo al juego heleno que volvía recuperar su mejor versión, con un Perperoglou que anotaba cinco puntos que eran como una bombona de oxigeno.

Siskauskas desde 6.25 declaraba a falta de 4 minutos y medio no estaban muertos, además el corazón en el rebote ofensivo de los rusos también lo impedía colocándolos a dos a falta de tres minutos. Spanoulis respondía desde tres, pero Khryapa hacía lo propio. Smodis tuvo un tiro corto para meter más el miedo en el cuerpo de los helenos y ponerse a dos puntos, pero falló, algo que Batiste no hacía desde la línea de tiros libres.

Smodis se resarcía desde 6.25 para otorgar confianza para una defensa que les podía mantener en partido en el último minuto. Dicho y hecho, el CSKA bordó la defensa y consiguió mandar a los tiros libres, pero Khryapa no fue capaz de anotar ninguno de los dos y obligaba al CSKA a hacer otra defensa de partido. Otra vez lo conseguían forzando ocho segundos de los helenos y teniendo otra oportunidad a falta de 31 segundos.

Ahí fue cuando volvió el héroe del viernes con un triple impresionante triple para ponerse uno abajo con 25 segundos por jugar. El CSKA intentaba la tercera defensa milagrosa y a punto que lo estuvo con un dos por uno en medio campo sobre Jasikevicius que a punto estuvo de hacer dobles. Diamantidis no perdonó desde el tiro libre y obligaba de nuevo al CSKA a conseguir una jugada de tres puntos.

Las órdenes de Obradovic eran claras, realizar una falta para evitar el tiro de tres, así, Diamantidis hizo falta a Siskauskas que no volvió a perdonar y seguía acallando al público ateniense. Langdon mandó a Jasikevicius que falló en el momento más inoportuno su primer tiro libre, otorgando una posesión de 5.8 segundos al CSKA.

Balón a Siskauskas, que tras estar a punto de resbalar lanzó un triple que valía un título pero que fue escupido literalmente por el aro, siendo injusto con un jugador que ha cuajado una Final Four sobresaliente.

Así el Panathinaikos consigue su quinto cetro continental y vuelve a derrotar en la lucha por la Europa baloncestística al CSKA después de la final del 2007.