Igualdad al principio: Los robos de balón dieron las primeras ventajas al Gran Canaria después de un buen comienzo del Hapoel, que comenzaban todas sus jugadas con un pick and roll entre Jerrells y Stoudemire y lograron así la mayor parte de sus puntos en el inicio del partido (7-2). La presión defensiva de McCalebb y Hendrix provocó varias pérdidas de balón y puntos en transición para los amarillos, que conseguían ponerse por delante (8-13). Stoudemire empezaba a marcar diferencias con sus puntos y rebotes ofensivos, en un partido que estaba discurriendo con mucha intensidad. Las defensas estaban dominando a los ataques, en un encuentro con mucho en juego y la tensión era evidente.
Acierto en la zona: Las buenas decisiones de Dyson, unidas al poderío físico de Jones, estaban dando al Hapoel una gran cantidad de puntos cerca de canasta, mientras el Granca, con enormes problemas para anotar con regularidad, estaba abusando de las jugadas individuales y de los tiros exteriores. Con las segundas unidades en pista, los locales demostraron estar más cómodos y las ventajas empezaron a crecer. Los pívots amarillos, superados durante todo el partido por sus riveles, eran incapaces de frenar en la zona a los jugadores del Hapoel y se cargaron de faltas muy pronto. Los dos contendientes estaban tirando con malos porcentajes en los tiros exteriores y más certeros en la zona.
Granca reacciona a la primera: El Hapoel estaba jugando con una gran fluidez, llegando fácilmente y sin oposición a las inmediaciones del aro y las penetraciones de Dyson dieron a los israelitas su mayor diferencia del encuentro (34-24). Casimiro hizo coincidir en la pista a Báez y a Aguilar, algo poco habitual, condicionado también por las bajas de Paseknics y de Hollins. Esto unido a los problemas físicos de Rabaseda, que no le permiten rendir a su nivel habitual, provocó que la rotación amarilla quedara debilitada. El caracter de Báez y los puntos de McCalebb, hicieron resurgir al Granca en el peor momento y lograron llegar al descanso con la mínima diferencia en contra (39-38).
Entran los triples: Stoudemire seguía dominando a los pívots del Granca y abría espacios para los triples de Dyson, por lo que el Hapoel volvió a tomar ventaja en el marcador, mientras el Granca no encontraba su ritmo ofensivo. Los amarillos no conseguían anotar ante un Hapoel que no encontraba excesiva presión en ambos lados de la cancha. A pesar de que Stoudemire cometió muy pronto su tercera falta personal, su entrenador, Pianigiani, decidió mantenerle en pista, aunque fueron los puntos de los exteriores, Dyson y Kinsey, los que elevaron la ventaja del Hapoel por encima de los diez puntos por primera vez en el encuentro (54-43).
El Granca no aparece: El Granca no defendía al nivel de un partido de estas características e iba siempre a remolque de un Hapoel más entonado y concentrado. La defensa y el acierto en el tiro exterior del equipo de Jerusalén en el tercer cuarto fue clave para mantener una renta que no era definitiva gracias a chispazos anárquicos de los jugadores canarios. Cuando la defensa amarilla apretaba, aparecían las grandes individualidades del Hapoel, que siempre encontraba una referencia para marcar diferencias. Con la aportación de Randle, que se unía al acierto de sus compañeros en momentos anteriores, el Hapoel sentenció el partido, con varios minutos por disputar, ante un inoperante Herbalife que no tenía respuestas, ni físicas, ni mentales.
La mala imagen mostrada por el Herbalife, después de la victoria el domingo ante el Real Madrid, no debe ser un obstáculo para el duelo del viernes en el Gran Canaria Arena, en el que el Herbalife juega con la obligación de vencer para igualar la eliminatoria y volver a Jerusalén para jugar el tercer y definitivo partido.
