Hay canchas que respiran historia. Lugares donde el balón parece pesar el doble y el silencio previo al salto inicial suena a aviso. Son los escenarios donde las estadísticas no son solo números: son superstición, identidad y memoria colectiva.
La Liga Endesa 2025-26 ya vive su segunda jornada, y con ella regresan esas pistas en las que ganar de visitante se ha convertido en una especie de hazaña mitológica. Los datos están ahí, inamovibles, pero el baloncesto, caprichoso como siempre, nos invita a pensar que alguna de estas maldiciones podría romperse este mismo fin de semana.

Gran Canaria Arena: una fortaleza en medio del océano

En Las Palmas, el Gran Canaria Arena ha sido durante años una trampa para uno de los “gallos de la ACB”. Desde 2020, Unicaja solo ha logrado una victoria allí (80-84 en octubre de 2020), y las cuatro visitas posteriores terminaron con derrota.
En el global histórico, los malagueños suman 41 triunfos frente a los 28 de los canarios, pero la mayoría de esas alegrías llegaron en casa. En el archipiélago, la historia se escribe con otro pulso, el que dicta Jaka Lakovic.

Aun así, la temporada 2025-26 podría traer aire nuevo. Unicaja llega en forma tras aplastar al Bilbao Basket en su estreno liguero (86-68), con un Balcerowski dominante y la sensación de que este grupo tiene carácter. Si mantienen la intensidad defensiva y el control del ritmo, podrían convertir Gran Canaria en el escenario de su primera gran conquista del curso.

Nou Congost: territorio prohibido para el Covirán Granada

Si hay una pista que impone respeto, es el Nou Congost.
Desde que Granada regresó a la ACB, no ha conseguido ganar jamás en Manresa. La estadística es contundente: cada visita termina con el rugido del público catalán y el marcador inclinándose hacia el lado local. La historia dice que el Nou Congost no perdona, pero el baloncesto vive de las excepciones.

Granada llega a esta segunda jornada con buenas sensaciones a pesar de la derrota en el arranque de su regreso. Demostró que puede adaptarse a situaciones y dar guerra a un equipo muy superior. Si logra imponer ritmo y puntería exterior, podría desafiar una de las tradiciones más firmes de la competición: que en Manresa, el visitante suele salir con la cabeza gacha.

Badalona: la maldición rojilla en el templo verdinegro

Pocas canchas tienen tanta aura como el Palau Olímpic de Badalona. Allí, entre ecos de leyenda, el Casademont Zaragoza acumula años de frustraciones.
De los 32 duelos totales entre ambos, Joventut ha ganado 20 y Zaragoza 12, pero ninguna de esas victorias mañas ha llegado en el Olímpic. La Penya convierte cada partido en casa en una fiesta de ritmo y acierto, y el visitante suele quedar atrapado en ese torbellino, y más si Ricky ha vuelto en modo MVP.

Sin embargo, esta temporada Zaragoza se presenta con un perímetro renovado y un plan más ordenado. Si consiguen frenar el tiro exterior de Joventut y dominar el rebote defensivo, podrían ser los primeros en romper el embrujo que se cierne sobre Badalona desde hace más de una década.

Palau Blaugrana: el muro invisible del Barça

El Palau Blaugrana no es una pista más; es un símbolo. En los enfrentamientos recientes de ACB, el Hiopos Lleida no ha podido hacer temblar al gigante: los partidos jugados en el Palau correspondientes a la ACB o a la Lliga Catalana han sido una misión imposible para los vinotinto, el Barça Basket ha impuesto su ley.

Hiopos Lleida llega con ilusión, descaro y la energía de un equipo que no tiene nada que perder. En su estreno, mostró tramos de juego veloz y ofensivo, lo suficiente para alimentar una esperanza. Pero en el Palau, las ilusiones suelen chocar con la realidad de un equipo que no perdona errores. Si el visitante quiere escribir historia, deberá hacerlo a la perfección.