
Rusia se llevo la reedición de un clásico del baloncesto europeo ante una Grecia que llegó exhausta al final del partido. Los helenos comenzaron dominando el marcador y el ritmo del partido pero las minutadas a las que el seleccionador griego sometió a su quinteto titular acabaron pasándoles factura, así como su tremendo desacierto en los tiros libres. El juego interior ruso se impuso claramente y Shved en un partido horrible en el tiro puso a su selección por delante en el tercer cuarto con 13 puntos.

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- Minutaje excesivo: El partido de hoy nos trajo al recuerdo los viejos tiempos del baloncesto. No solo fue por que se enfrentaran en un clásico venido a menos dos históricos europeos, si no porqué ese invento moderno de las rotaciones parecía no existir, sobre todo por parte griega. El quinteto titular de Grecia (incluyendo a Bourussis, que salió desde el banquillo pero forma parte de él) jugó 175 minutos de los 200 posibles. En la primera parte dominaron el ritmo del partido, pero lo acabaron pagando en la segunda parte. Calathes hizo un esfuerzo digno de su antepasado Filípides y mantuvo a su equipo en todo momento con una actuación espectacular, 25 puntos, 7 asistencias, 5 rebotes y 27 de valoración, pero en varias acciones de la segunda parte no acertó afectado por el cansancio. Sloukas no apareció en la segunda parte, Printezis falló casi todos sus tiros libres y Bourusis no está para estos trotes.
- La importancia de los tiros libres: Siempre hay más factores, pero en este caso se puede decir bien alto: Grecia perdió ó el partido en la línea de tiros libres. 10/20 fue el porcentaje de los helenos por 20/25 de Rusia. Y el partido se decidió por 5 puntos. El minutaje excesivo influyó en el acierto en la segunda parte, pero ya en la primera habían tirado muy mal. Printezis fue el principal protagonista negativo en esta faceta con 3 de 8.
- Poderío interior ruso: Los focos apuntaba al máximo anotador del torneo, Alexey Shved, tras su fantástico partido de octavos, pero el base-escolta comenzó fallando todos sus tiros. En el primer cuarto solo anotó 2 tiros libres y su primera canasta en juego llegó en el minuto 12 de partido. Ese fue todo su bagaje en la primera parte. Es cierto que luego apareció en el tercer cuarto con 13 puntos para poner por delante en el marcador a su selección, mando que ya no perdería, pero quien sostuvo al equipo esta vez fue su pareja interior. Mozgov y Vorontsevich sumaron 45 de valoración del total de 82 de su equipo. Dominaron el rebote con 22 rechaces y también aportaron 23. Además su dominio permitió a Bazarevich sentar a Shved más tiempo del habitual, lo que le vino bien para reflexionar y estar fresco en los momentos decisivos.


