
Clara superioridad: Sin sus principales jugadores, Shved y Gill, Bartzokas demostró tener una plantilla amplia y con muchos recursos. Sin un gran poderío en la pintura, se las ingeniaron para anotar con facilidad cerca del aro. Tanto los exteriores, sobre todo Bost, como los interiores (que no lo son tanto), como Thomas o Mickey, castigaron a la débil defensa amarilla con penetraciones y jugando al poste, aprovechando la ventaja física. Tampoco la defensa amarilla pudo detener a su arsenal de tiradores, liderados también por Bost. Hasta siete jugadores del Khimki llegaron a la decena de créditos de valoración.
Imagen penosa: El Granca no pudo poner más facilidades a un rival con el que le es imposible competir. El primer cuarto, con la anotación de Tillie y Strawberry, fue un espejismo y después, concatenación de faltas de concentración y de implicación. La primera parte contra el Burgos, en la que llegó a perder de veinte y el segundo y tercer cuarto de este partido, se ha visto al peor Granca en mucho tiempo. Esto teniendo en cuenta la horrible temporada que lleva el conjunto claretiano es poner el listón muy bajo. Sin defensa y con unos ataques dominados por el descontrol, el Khimki jugó a placer.
Fríos datos: Los porcentajes de tiro de Khimki rozaron el 70% en tiros de dos y el 50% en tiros de tres. 29 asistencias por 11 pérdidas del Khimki y 15 asistencias y 20 pérdidas del Granca. No solo en números fue muy superior el Khimki, la imagen y las sensaciones de ambos equipos fue muy diferente. Demasiados jugadores de la plantilla del Herbalife están ofreciendo un rendimiento por debajo de las expectativas. Strawberry, Tillie o Pasecniks son los más destacados en el apartado negativo, con actuaciones negativas un partido tras otro.

Salió intenso el Herbalife, con varios robos de balón que le reportaron puntos rápidos, importantes para despegarse en el marcador de un Khimki extremadamente fallón. Salió del banquillo Monia para desatascar a su equipo con ocho puntos, mientras en el Herbalife, los cuestionados (por su flojo rendimeinto) Tillie y Strawberry eran los encargados de liderar la ofensiva. A Monia le siguieron Jenkins y Thomas, como referentes en la anotación. A la segunda unidad del Granca le costó mantener el nivel defensivo del inicio, pero siguió jugando con buen ritmo y acierto (30 a 23).
Los errores en el control del balón del Gran Canaria estaban permitiendo al Khimki mantenerse cerca, junto con la mejora en sus porcentajes de tiro. Mickey empezaba a marcar diferencias en la pintura, mientras en el Granca se alternaban las pérdidas de balón, con los errores en el tiro. Con todo esto, Khimki aprovechó la coyuntura para ponerse por delante, por primera vez en el choque, con Dee Bost abusando físicamente de Oliver y dando muchos puntos sencillos a su equipo. El parcial (6 a 27 en el cuarto) estaba siendo demoledor y la imagen de ambos equipos había cambiado por completo (36 a 50).
El intermedio no sirvió para nada porque el Khimki seguía jugando a placer, sin ninguna oposición defensiva y con un rival que, en ataque, se anulaba a sí mismo. Dee Bost seguía on fire y anotaba de todas las formas posibles, esta vez ante Magette y colaboró para que la ventaja del equipo moscovita superase los veinte puntos. Los jugadores del Granca eran incapaces de encontrar soluciones para salir del hoyo en el que se habían metido. Eriksson, demasiado solo, intentó animar a sus compañeros a base de anotar, pero no apareció nadie (50 a 73).
Ni con el partido decidido los jugadores amarillos tuvieron arrestos ni personalidad para pelear.


