Una vez más, la violencia aparece en el baloncesto griego. Han sido innumerables las ocasiones en las que se han producido agresiones entre aficionados rivales, lanzamiento de objetos a la pista, etc.
Pero, en esta ocasión, las cosas han llegado demasiado lejos. En los instantes previos a la final de la Copa griega, que enfrentaba a los dos eternos rivales, Panathinaikos y Olympiacos, los aficionados del PAO comenzaron a lanzar bengalas directamente dirigidas a la grada rival, con el fin de agredir a los seguidores de Olympiacos.
Una de esas bengalas, se lanzó con un ángulo muy bajo, y llegó a golpear al jugador Kyle Hines, que cayó inmediatamente al suelo. Tras ser atendido por los médicos de Olympiacos, que comprobaron que el jugador había sufrido quemaduras en el cuero cabelludo y le administraron medicamentos, Hines volvió a la pista y ha realizado el calentamiento con sus compañeros.
Pese al intolerable incidente, Olympiacos decidió jugar el partido que decidiría el campeón de la Copa griega. Y de hecho, el partido se ha jugado hasta el final del primer cuarto, con victoria momentánea de PAO 23-15, cuando el jugador del Panathinaikos y ex de Gran Canaria, Michael Bramos, recibió el impacto de un objeto lanzado por la grada. Seguidores fanáticos de ambos equipos saltaron a la pista, y los árbitros decidieron suspender el encuentro.
En respuesta a ello, los ultras de ambos equipos comenzaron a arrancar los asientos de la grada, lanzarlos a la pista, y utilizarlos como armas arrojadizas contra sus rivales. Una auténtica barbaridad que, tristemente, no resulta inédita en Grecia.
Finalmente, los árbitros han tomado la determinación de evacuar el pabellón y continuar jugando la final de la Copa a puerta cerrada. Ha sido el PAO quien se ha llevado la victoria por 81-78 en la edición más vergonzosa de la Copa griega. Olympiacos tuvo un tiro de Spanoulis para empatar el partido y llevarlo a la prórroga, pero no logró anotarlo.
El vídeo de la agresión con la bengala a Hines, vía @NewsItFeed
Y el de Michael Bramos, doliéndose del golpe del objeto lanzado por la grada.