Un escenario emblemático del baloncesto europeo como es el OAKA se encargaba de acoger a su equipo predilecto, el Panathinaikos, y a su rival en una nueva jornada de Euroliga, el Baskonia, para presentar un duelo por todo lo alto.
Excompañeros y viejos conocidos de la liga española serían duros adversarios para un Baskonia que se hizo con el salto inicial. La primera posesión fue para los vitorianos, que entraron con gran intensidad en el parqué, dejando más de dos minutos sin anotar a los griegos. Un tapón contra tablero de Hanga a Calathes, y un mate de Diop, hubiesen puesto el pabellón en pie si los colores no pesasen demasiado.
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Tras la primera canasta de los helenos, se igualaron las fuerzas, y todo quedó emparejado. Un vals trastabillado, con algunos fallos en ambos bandos, fue aprovechado por el conjunto local, con un Chris Singleton enchufado (19 puntos en el primer parcial), para llevarse el primer cuarto por 9 puntos de margen, dejando el segundo a los de Sito Alonso y su Baskonia.
Los balones por dentro para Shengelia, quien se hacía fuerte ante su par en la pintura, fueron de vital importancia para que los vitorianos recortasen la diferencia, y volviesen a poner la contienda en equilibrio. Junto a esto, el colapso ofensivo de los hombres de Xavi Pascual en el segundo parcial, ayudado por la buena defensa del Baskonia, permitió que el marcador se marchase al descanso 37-41 favorable a los españoles.
Tras el paso por los vestuarios el partido se volvió una guerra de trincheras, con numerosas faltas y pocos puntos más allá de la línea de personal en el tercer parcial. En este tipo de juego no hubo ni vencedores ni vencidos, ya que las diferencias se mantuvieron, quedando todo por decidir en el último cuarto.
Calathes, quien había terminado el tercer cuarto con un triple ante Diop, arrancó el cuarto parcial con una bomba, que llorando y con fortuna acabó dentro, estrenando el aro los últimos diez minutos del choque. La respuesta no se hizo esperar, y Diop, fintando y engañando a un Bourousis que voló para taponar y aterrizó en la nada, puso un canastón desde la media distancia.
Ambos tenían hambre de victoria y no iban a dar tregua en la recta final. KC Rivers y Mike James, con un triple para cada uno, pusieron por delante al equipo griego con cinco minutos aun por disputarse, y desde ese mismo instante no bajaron de la cabeza los de casa.
La garra helena se hizo notar y no dejó escapar la victoria el Panathinaikos. Tanto James como Bourousis perdonaban al Baskonia, permitiendo que los visitantes gozasen de una última posesión con la que ganar el encuentro, sin embargo, el tiro decisivo no llegó a realizarse, ya que Beaubois se vio encerrado en la zona cuando quería sacar la bandeja, y el OAKA respiró aliviado viendo salir a los suyos triunfadores en un choque de mucha envergadura.

