La Fuente de San Luis volvía a vivir un partido de Euroliga y lo hacía ante uno de los máximos favoritos para levantar el torneo, el Olympiacos. Con el ímpetu de jugar la mejor competición europea y de enfrentarse a los del Pireo, Valencia Basket tomaba las primeras ventajas gracias a los puntos de Luke Harangody. Además, quedaba bien clara la táctica de Velimir Perasovic a la hora de defender, pues el objetivo número uno era parar a Vassilis Spanoulis. Sam Van Rossom se dedicaba única y exclusivamente a frenar al griego, aunque quien aprovechaba dicha táctica era Othello Hunter para dominar la zona con 6 puntos y 3 rebotes. El partido, marcado por los intercambios de golpes y por el ritmo lento por ser el primer cuarto, apenas tenía vida en el luminoso. Para intentar reactivar el juego, Dwight Buycks y Oliver Lafayette saltaron a la pista aunque poco se iba a notar. Solo Romain Sato por el lado local y Matthew Lojeski por el visitante conseguían animar el encuentro. Los seis puntos de Lojeski, clave para dar la mínima ventaja a Olympiacos (18-20).

Valencia Basket tenía un problema serio en el rebote y que debía mejorar si quería tener opciones de victoria. En los primeros diez minutos, Olympiacos capturó 10 rebotes, cuatro de ellos ofensivos, por los 4 de Valencia Basket, de los cuales 3 fueron para Romain Sato. Conscientes de que la batalla en la pintura podía estar perdida, los de Perasovic salieron con una marcha más. Tanto, que la primera canasta fue un alleyoop entre Pau Ribas y Vladimir Lucic, además de una antideportiva de Agravanis sobre Buycks. El parcial subió hasta el 8-2, por lo que Perasovic devolvió a pista a Van Rossom. La defensa era fundamental, pero el equipo taronja seguía concediendo segundas oportunidades y Spanoulis acababa lanzando solo. Así, con la ayuda de Mantzaris, Olympiacos estiraba mínimamente la diferencia. Por suerte para los locales, Lojeski se dejó el acierto en el primer cuarto con Hunter y el marcador quedó más apretado gracias a los triples de Van Rossom y Romain Sato (36-38).

Los rebotes y Spanoulis eran las claves para los griegos. Al descanso, Olympiacos sumaba nada más y nada menos que 18 rebotes por los 11 de Valencia Basket. Mientras, Spanoulis se iba a vestuarios con 12 puntos, 3 rebotes y 11 de valoración. Lo positivo para los taronja, la soledad del escolta. Solo Sloukas, Mantzaris y Lafayette habían anotado. Por parte de Valencia Basket, Romain Sato era el más destacado con 9 puntos, 3 rebotes y 14 de valoración.

La noticia en la segunda parte la firmó Guillem Vives. Vives saltó a pista en los tres últimos minutos del segundo cuarto y Perasovic quiso mantener la intensidad del joven base en defensa para vigilar de cerca a Mantzaris, principal escudero de Spanoulis. Eso sí, parecía imposible parar a los dos, acertados desde la línea de 6,75. Pero el problema de los taronja estaba en ataque. El balón no se conseguía meter en la zona y la ofensiva terminaba en lanzamientos de triples que pocas veces entraban. El resultado, seis puntos en otros tantos minutos de juego. Un tiempo muerto de Velimir Perasovic pareció iluminar a sus jugadores, pues Loncar pudo sumar su primera canasta en juego en la pintura y aprovechó el bonus para colocarse a solo dos puntos. Y es que Olympiacos tampoco estaba acertado en el tiro (8/21 en triples). Con una marcha más en defensa y un triple de Buycks, la diferencia volvía a quedarse en solo dos puntos y la Fonteta creía en la victoria (54-56).

Con un crecido Buycks y un Harangody metido en defensa, Valencia Basket volvía a ponerse por delante tras muchos minutos. Tras cuatro minutos sin ver la luz, Olympiacos consiguió sumar sus dos primeros puntos gracias a la canasta de Spanoulis.  El propio Spanoulis conseguiría un 2+1 fundamental a falta de cuatro minutos para devolver a su equipo al partido. Y es que los griegos se habían ido tanto ante la intensidad de Valencia Basket que hasta Hunter erró un mate a dos manos. Parecía una sorpresa, pero los locales echaban de menos a Dwigth Buycks. El partido, en los últimos tres minutos, estaba ya loco. Ninguno encontraba los puntos y el parcial del cuarto era de 8-5. Pero en estos guarismos, Olympiacos tenía las de ganar ante el oficio de sus jugadores. Y es que Hunter, que antes había errado un mate, rompió el aro para poner de nuevo por delante a los griegos. Y mientras, Buycks pasaba de héroe a villano tomando decisiones en ataque que terminarían condenando a los suyos. Pero lo peor para Olympiacos es que ellos mismos eran su peor rival. Mantzaris tuvo la sentencia con un triple totalmente solo, pero erró el lanzamiento. El porcentaje de triples de los griegos, paupérrimo (8/27 en triples). 

Con el partido al rojo vivo, Valencia Basket se dedicó a darle balones a Kresimir Loncar. El croata logró empatar hasta en dos ocasiones con una canasta en la pintura y dos tiros libres. Con sus puntos empezaba un partido de 44 segundos en el que quien fallara decía 'adiós'. La primera oportunidad la tuvo Olympiacos y la responsabilidad, para Spanoulis. Su primer lanzamiento no entró, pero la posesión seguía siendo para ellos. Cambió la táctica Spanoulis, que se la cedió a 

Hunter. El balón, suelto por la pista y Sloukas se levantó casi sobre la bocina, pero los árbitros lo mandaron a la línea de tiros libres. Anotó el primero, erró el segundo, pero Sato se pasó de salto y no consiguió barrer el balón. Otra oportunidad para Sloukas, que esta vez sí anotó los dos lanzamientos. Valencia Basket solo se la podía jugar de tres, por lo que Olympiacos hizo falta y Van Rossom, a la línea de tiros libres. El belga tenía que anotar al menos uno de los lanzamientos, pero erró el primero y las opciones se escaparon (68-71).

Final polémico el que tuvo el partido, pues los jugadores reclamaron falta antideportiva de Spanoulis cuando éste mandó a Van Rossom al tiro libre. Aún así, Valencia Basket demostró que está listo para competir en esta Euroliga y que la Fuente de San Luis será fundamental en la primera fase. Lo peor, los rebotes. Olympiacos terminó con 39 rebotes mientras que Valencia Basket solo capturó 25.