Defensa: Si estos dos equipos quieren clasificarse para los octavos de final tendrán que aplicarse en defensa. Con el nivel defensivo ofrecido en esta primera jornada van a sufrir para quitarle alguna de las plazas a los equipos turcos. El Granca fue más constante en la defensa y eso le permitió ir incrementando su ventaja y ser mejor que el rival en el cómputo general del partido.

Reparto de protagonismo: Volvió al Gran Canaria Arena el juego ofensivo coral, sin que nadie destaque y compartiendo el balón. Los amarillos volvieron a dar su mejor imagen en ataque, con un juego rápido, efectivo y buscando las mejores opciones. Los amarillos repartieron 23 asistencias, con siete de Oliver en solo catorce minutos y hasta siete jugadores, de los diez que saltaron a la pista, acabaron con, al menos, trece créditos de valoración

Mala imagen: Solo Sikma (35 de valoración), que estuvo a un gran nivel, marcó diferencias en un Alba muy gris. Desde el principio del segundo cuarto perdieron de vista al rival y sus malas sensaciones defensivas pusieron en bandeja el partido a un Gran Canaria que llegaba con muchas dudas. Las bajas de Butterfield, uno de sus jugadores importantes, y de Radosavljevic, en menor medida, unidas al mal partido de otro referente como Clifford, fueron importantes para que el Alba no pudiera competir por la victoria.

Mekel y Báez empezaron liderando en ataque a un Herbalife más aplicado en ataque que en defensa. La entrada de Siva, que suplió a Peno en la dirección de juego del Alba, resultó muy positiva para su equipo, ya que anotó de media y larga distancia con mucha facilidad, además de dirigir con ben criterio a sus compañeros. Eriksson, con su tercer triple, rodeado de una segunda unidad amarilla más eficiente, marcó la diferencia (26 a 20).

Los suplentes del Granca estaban dando una mejor versión defensiva y la anotación de ambos equipos se frenó, aunque el Granca, asegurando el rebote y anotando tras robos de balón, iba aumentando su ventaja poco a poco. Sikma, cerca del aro y los triples de Giffey y Grigonis eran las únicas vías de anotación de un Alba que tenía muchas lagunas defensivas. El Granca estaba muy cómodo en ataque y su mejora defensiva les permtió distanciarse de forma significativa (53 a 38).

Un parcial de 13 a 0, que parecía sentenciar el choque, fue respondido por un 0 a 10, que volvió a dejar la ventaja de los locales cerca de los veinte puntos. Sikma, con ocho puntos seguidos, se encargó de devolver a su equipo al partido. Por parte amarilla la anotación estaba más repartida y las defensas desaparecieron. Los dos equipos se enfrascaron en un duelo anotador, con intercambio de canastas y muy poca intensidad defensiva (84 a 59).

El buen rendmiento de la pareja Sikma / Siva hacía que la diferencia en el partido no se volviera desorbitada. Los alemanes seguían sin defender bien, pero el Granca estaba jugando con una mayor relajación y menos producción ofensiva. Sikma estaba haciendo de todo en el ataque alemán y cometiendo muy pocos errores. El Herbalife no conseguía anotar con la facilidad con la que lo había hecho hasta ahora y la soledad de Sikma, que no encontraba ayuda, era suficiente para maquillar el resultado, pero no para remontar el partido (100 a 81).