Frío: Dentro, con un partido sin tensión competitiva y fuera de la cancha, con pocos aficionados y temperaturas poco habituales en la Isla. Solo los robos de balón de Rabaseda, las protestas a alguna decisión arbitral y, sobre todo, un air ball de Eric en un tiro libre, elevaron los decibelios en el Gran Canaria Arena. Al final, la buena respuesta del equipo de Casimiro, provocó el una sensación más cálida y acogedora.

Intensidad: Los jugadores amarillos salieron a la cancha con una gran actitud y lo demostraron peleando por cada balón, defendiendo las líneas de pase rival y jugando con un gran criterio ofensivo. El ejemplo de Rabaseda en los primeros minutos, fue secundado por el resto de sus compañeros, con la intensidad defensiva con la que deben afrontar el complicado duelo ante el Lokomotiv Kuban de cuartos de final.

Todos a cuartos: Los dos equipos se habían ganado antes de este partido el pase a cuartos, donde se verán los duelos, Darussafaka contra Buducnost y Lokomotiv Kuban contra Gran Canaria. Los turcos, que llegaban invictos al Gran Canaria Arena, se permitieron el lujo de jugar más relajados, mientras que el Herbalife, dio una gran imagen.

El Granca dio una mejor imagen, con un 9 a 2 de salida y un Rabaseda demostrando que para él que no existen los partidos intrascendentes. Los jugadores del conjunto otomano reaccionaron rápidamente y varios errores consecutivos del Granca en ataque (Fischer no era capaz de agarrar un balón), llevaron el equilibrio al marcador (14 a 14). Seeley y Balvin lideraron a la segunda unidad del Herbalife, mientras Blatt mantenía un quinteto con sus cinco estadounidenses en pista (22 a 20).

Un par de buenas defensas dieron anotación, vía Dj Seeley (12 puntos en 8 minutos), al Granca, mientras al Darussafaka le costaba desplegar su potencial ofensivo, con porcentajes poco habituales y sin lograr el control del partido (31 a 23). Las protestas de los jugadores del Gran Canaria a un par de decisiones arbitrales, provocaron que el público hiciera algo de ruido, mientras los amarillos se mantenían por delante con rentas que se fueron elevando, gracias a su buena actitud defensiva y un parcial de 14 a 1 para cerrar el segundo cuarto (45 a 29).

A pesar de las bajas (Báez, Eriksson y Aguilar), el Herbalife estaba ofreciendo un gran rendimiento, atacando con sencillez y efectividad, encontrado voluntarios para sumar y defendiendo con una enorme intensidad. Los turcos no sacaban buenos réditos de un juego demasiado individualista, en el que predominaban las pérdidas de balón y los tiros forzados (56 a 36). Los entrenadores aprovecharon la ocasión para dar minutos a jugadores menos habituales y crear rotaciones nada habituales. La mayor intensidad en el juego de los amarillos seguía marcando la diferencia (62 a 44).

David Blatt no quería permitir que la derrota fuera muy abultada y volvió a sacar un quinteto más habitual, para tratar de maquillar el resultado. Los puntos de Ulubay rebajaron la diferencia, pero el Gran Canaria seguía sin bajar los brazos, aunque sin el rendimiento tan positivo ofrecido en los tres cuartos anteriores (78 a 70).