Cambio radical: Volvía a salir muy frío el Gran Canaria y, sobre todo, muy despistado en defensa, permitiendo a su rival tiros muy cómodos, sin oposición. Ambos equipos se retaron en un duelo de triples en el inicio del choque, del que salía vencedor el Murcia, con 3 de 4, mientras el Gran Canaria iba a remolque en el marcador (5-11), con un 2 de 2 en tiros exteriores. Después de recibir quince puntos (10-15) en los primeros cuatro minutos de partido, los jugadores canarios reaccionaron e incrementaron su nivel defensivo, hasta el punto que el Murcia solo pudo anotar seis puntos en los siguentes nueve minutos (34-21). Los robos de balón provocaron puntos en transición del Herbalife y apareció O'neale para anotar diez puntos y dar ventaja a su equipo (22-15). El Granca no solo consiguió frenar el buen comienzo de los murcianos con la mejora defensiva, también logró, gracias a su buen movimiento de balón, anotar con fluidez y con acciones espectaculares.
Murcia no aguanta el ritmo: Los jugadores de Casimiro seguían apretando las líneas de pase y el Murcia estaba muy incómodo en ataque, con mucha presión del rival. Todo había cambiado respecto a lo vivido en los primeros minutos y ahora era el Herbalife el que anotaba en la mayoría de sus ataques, con un juego coral y mucha paciencia, con Hendrix como ejecutor en la zona de las jugadas elaboradas por los amarillos. El marcador seguía creciendo (42-25) y los jugadores del Murcia no encontraban el ritmo ofensivo que les gusta, con un Campazzo asfixiado y sin recursos ante la potente defensa canaria. Los pocos tiros liberados que encontraban se salían y el Gran Canaria unió a su arsenal defensivo la intimidación de Hollins. Al Gran Canaria le salía todo y estaba desarbolando a su rival (54-31), que a duras penas conseguía enlazar dos ataques seguidos con réditos positivos.
Desconexión amarilla: El Murcia recuperó el tono después del descanso y volvió a salir a la pista más enchufado, mientras al Granca le costaba llegar a puntear los tiros sus rivales. Diecisiete puntos (6-17) en menos de cuatro minutos y las distancias reducidas por debajo de la decena de puntos (62-54). Los canarios se desconectan defensivamente y esto repercute negativamente en el apartado ofensivo, con malas decisiones y continuos errores. Estos problemas de intensidad y de concentración, que ya provocaron que los canarios cayeran derrotados en sus dos primeros partidos en este Top 16, son el punto débil del Herbalife y sobre losque Casimiro tiene que trabajar con sus pupilos. Una pequeña reacción, con una buena dirección de McCalebb y triples de Aguilar y Kuric, dieron algo de aire al Granca, aunque los murcianos estaban metidos de lleno en la pelea por la victoria, gracias al buen momento de Campazzo, que estaba liderando a los suyos gracias a su gran visión de juego.
Pelea en el barro: El Murcia, que había demostrado en el partido una gran dependencia del tiro exterior, se encomendó a éste y a Baron, que metió dos triples seguidos (llevaba un 0 de 5 hasta ese momento) para recortar las distancias al máximo (82-78) y meterse de lleno en la pelea por el partido. Una técnica al banquillo murciano y una rigurosa falta antideportiva a Rojas, después de una falta a O'neale, dieron un respiro a los amarillos, que anotaron seis puntos seguidos (88-78 a cuatro minutos y medio del final). El encuentro había cambiado por completo, ambos conjuntos se enzarzaron en una pelea por cada balón y los árbitros cobraron una mayor importancia. El partido no tenía ritmo y había muchos parones, todo lo contrario que en los tres primeros cuartos, en los que todo fluía de manera rápida, sin discusiones. Los jugadores murcianos fallaron los últimos triples y acabaron sucumbiendo ante un Gran Canaria más necesitado.

