William “Bud” Keith Eley, pívot de 34 años y 2,10 metros de altura, será el nuevo jugador del Mahram iraní, equipo en el que compartirá pintura con Jackson Vroman y en el que la pasada temporada jugó Óscar Yebra.

Eley, considerado como uno de los mejores “centers” de la ACB, cambia de aires tras ser cortado en marzo de este año en ViveMenorca, poco tiempo después de la llegada de Javier Imbroda como técnico al conjunto balear. En 2004-05 ya había militado en el equipo insular. Con sólo 28 encuentros disputados a causa de una inoportuna lesión que le impidió finalizar la temporada este jugador carismático y temperamental entró por méritos propios en el imaginario colectivo de la afición balear. Sus más de 11 puntos por partido, 6,4 rebotes y 12,7 de media en valoración, unidos a grandes dosis de carácter y entrega le valieron el reconocimiento de aficionados y ex compañeros cada vez que ha regresado a la isla defendiendo los colores de su último equipo, el Grupo Capitol. Dos temporadas pasó en el equipo de Castilla y León, siendo el tercer máximo reboteador de la ACB con 8,1 capturas en la 2006-07.

Máximo anotador de la Liga Turca con Besiktas (temporada 2001/2002, 23,9 puntos) y mejor defensor de la ACB (temporada 2002/2003 con Gran Canaria), formó una inolvidable pareja con Larry Lewis en el Gran Canaria a las órdenes de Pedro Martínez. Del equipo canario salió revalorizado lo que le valió para fichar por el Scavolini de Pésaro en 2003. Una temporada en el básquet transalpino le llevó para regresar a la liga ACB en busca de un juego más equilibrado pero una irregular temporada en Granada marcada por una lesión que le impidió rendir a su nivel habitual le llevó a fichar por el Menorca donde se reencontró como jugador de elite.

Su formación universitaria se produjo en SE Missouri State donde anotó más de 1600 puntos y capturó más de 900 rebotes. Jugador fuerte y de físico imponente, es una auténtica mole granítica y en la cancha mantiene un gesto facial de muy pocos amigos. Irascible y con tendencia a perder por momentos el control.

Otro de sus récords es el que ostenta en materia de tatuajes con cerca de 50 en su cuerpo. Según sus propias palabras, "cuando me hago uno (tatuaje) es porque estoy enfadado y así controlo mi ira y me mantengo equilibrado en la vida”. Sin comentarios. Eso sí, su trato y forma de ser fuera de las canchas no tiene que ver en absoluto con esta ferocidad que muestra en la pista.