Es un hecho que se da en la vida a diario. Tú ofreces todo tu amor a una persona y al tiempo te sientes traicionada por ella y ese amor se rompe, surgiendo el odio. O al contrario, alguien que no te cae bien de repente logra hacerse con tu cariño.
Igual que en la vida, ocurre en el deporte. Las relaciones deportista-afición suelen regalarnos situaciones como las arriba descritas, como si de una pareja se tratasen. Existen multitud de casos donde un jugador o un entrenador ha viajado entre el amor y el odio de alguna afición, ya sea en una dirección o en otra, incluso en algunos habiendo camino de retorno.
Repasamos aquí los más destacados:
Fran Vázquez – Unicaja
El pívot de Chantada era un ídolo en Málaga. Surgido del Proyecto Siglo XXI, llegó muy joven a Unicaja, donde tras alguna cesión para foguearle, se logró hacer un hueco en el primer equipo, donde tuvo una gran temporada 2004/05 que terminó con el título de la Copa del Rey para Unicaja y con Fran Vázquez drafteado por Orlando Magic.
El orgullo que los aficionados cajistas sentían porque un jugador surgido de su cantera diese el salto a la NBA era enorme, pero se tornó en malas palabras hacia el pívot cuando finalmente declina cruzar el charco y acepta el proyecto del baloncesto Girona, apoyado por aquel entonces por la empresa Akasvayu, que puso mucho dinero en un principio. Por ello, cada visita desde entonces de Vázquez al Carpena era recibida a gritos de "pesetero, pesetero".
Pero esta temporada se ha dado el caso de la vuelta de Fran Vázquez al club de Los Guindos. Curiosamente, ha sido designado capitán del equipo, en sustitución de una institución como Berni Rodríguez. Pero parece que ambas partes ponen de su parte para que vuelva a surgir una buena relación entre jugador y afición.
Pablo Prigioni – Caja Laboral
Caso muy similar el que ocurrió entre el base argentino y la afición baskonista. En 2003 llegó a Vitoria y desde entonces se ganó un amplio espacio en el corazón de sus seguidores debido a su entrega, raza y calidad. Fue el director del equipo durante seis temporadas, donde sumó un gran palmarés, hasta que decidió cambiar de aires.
Una importante oferta del Real Madrid llevó a Prigioni a vestir de blanco. Incluso tuvo el error de decir que se iba al club blanco para mejorar, para aspirar a más. Durante dos temporadas como madridista, el base tuvo que ver como la afición baskonista no le perdonaba el abandono, siendo clásicos dos cánticos, uno que decía ‘queremos la cabeza de Prigioni’ y otro que se mofaba de la falta de títulos del argentino como jugador blanco.
La pasada campaña se produjo la vuelta de Prigioni a Vitoria, a casa. Y los cánticos volvieron a tornar. De nuevo se convirtió en ídolo, en jugador decisivo en momentos calientes, y la afición pensó que lo ocurrido entre Prigioni y el Real Madrid fue sólo una mala pesadilla que ya había terminado.
Marcelinho Huertas – Bilbao Basket
En la temporada 2007-08 el base brasileño llegaba a Bilbao procedente del DKV Joventut. El equipo vasco, por aquellos años Iurbentia Bilbao, estaba en pleno ascenso, buscando asentarse en la ACB y seguir su crecimiento. En un solo año que estuvo allí jugador y club conectaron muy bien, dejando un profundo pesar su marcha al siguiente verano hacia la LEGA italiana.
Incluso Marcelinho se despidió entre lágrimas de la afición bilbaina, admitiendo que siempre los llevaría en el corazón. Pero tantas muestras de cariño cayeron en el olvido justo un año después, cuando el jugador vuelve a la ACB, vuelve al País Vasco, pero en esta ocasión para formar parte de las filas del máximo rival, del Caja Laboral. La afición bilbaina no se lo perdona y aprovecha cada visita del brasileño a Bilbao para mostrarle su desencanto con él.
Ricky Rubio – Joventut
Ricky era el mayor orgullo surgido de la gran fábrica de jugadores que es la Penya. Con 14 años Aíto García Reneses le dio la alternativa y batió todos los récords de precocidad, formando junto a Rudy Fernández la ‘Doble R’ que maravilló tanto en la ACB como en Europa. Como era de esperar, la NBA puso los ojos en él y todos en Badalona esperaban con alegría su salto a la mejor liga del mundo.
Ricky y su familia consideran que es joven para ir a la NBA y deciden que permanezca en Europa dos años más, pero no en la Penya. Aquí saltó un culebrón que acabó con denuncias, cruces de declaraciones y duras negociaciones que al final encuentran solución y Ricky Rubio termina recalando en el FC Barcelona, pero el daño queda en la afición verdinegra.
Se esperaba un ambiente hostil en la primera visita de Ricky a Badalona, fomentado incluso por alguna peña verdinegra, y se cumple lo esperado. La pitada fue enorme y alguna camiseta que rezaba "Ricky pesetero, se te ha visto el plumero". Durante los dos años que vistió de azulgrana no fue bien visto por Badalona, hecho que se relajó con su salto, esta vez sí, a la NBA.
Felipe Reyes / Alberto Herreros – Estudiantes
Ha sido una constante en la historia del baloncesto español. Estudiantes es un club de formación donde suelen salir jugadores creados en el Ramiro de Maetzu al escaparate. Y un habitual equipo que suele poner sus ojos en los estudiantiles en busca de jugadores es el Real Madrid. En bastantes ocasiones un jugador ha tomado la dirección Estudiantes – Real Madrid.
La afición estudiantil llega a comprender los motivos que llevan a un jugador a cambiar de aires e irse al equipo vecino, por el objetivo de jugar la máxima competición europea o la lucha constante de títulos, pero en ocasiones ha habido casos que han dolido especialmente en el bando de Estudiantes.
Los más sonados se pueden considerar los de Alberto Herreros y Felipe Reyes. Ambos eran auténticos ídolos en Estudiantes, en épocas donde ellos estaban inmersos en las luchas por los títulos, no era raro ver a Estudiantes en finales de Copa del Rey o en fases finales de Liga. No fueron recibidas estas dos marchas y eran sonados los recibimientos que recibían en la pista de Estudiantes por parte de ‘La Demencia’, que aún hoy sigue contrariando a Felipe Reyes en sus visitas.
Aleksandar Djordjevic – FC Barcelona
El jugador de Belgrado provocó una de las imágenes que más muestran esa relación amor-odio que puede surgir entre jugador y afición. Djordjevic, después de maravillar en Yugoslavia e Italia y fracasar en dos intentos de jugar en la NBA, llegó a Barcelona en el año 1997. Durante tres campañas fue el director del equipo blaugrana y fue un auténtico ídolo en el club catalán.
Pero en el verano de 1999 decide coger el puente aéreo. Su fichaje por el Real Madrid, máximo rival de los azulgranas, es recibido muy mal por la afición barcelonistas, que le tratarán como un traidor y le harán la vida imposible en cada visita de los blancos al Palau, dedicándole todo tipo de cánticos.
Djordjevic se tomó su revancha esa misma temporada 1999-00. En el playoff de la final se enfrentaron FC Barcelona y Real Madrid. En el quinto encuentro, jugado en el Palau Blaugrana, los blancos lograron imponerse y hacerse con el título, y la reacción del jugador balcánico es ya una de las imágenes históricas de la ACB.
Nacho Rodríguez – Unicaja
Uno de los jugadores más venerados en Málaga, era el principal estandarte del equipo que despertó en muchas personas la afición por el baloncesto en la capital costasoleña en aquella temporada 1994-95. Nacho, malagueño de pro, dirigió a Unicaja a su primer hito, la final de ACB ante el Barcelona. Su gran papel hizo que los azulgranas se fijasen en él unos años después, suponiendo su fichaje una mezcla de orgullo y tristeza en la afición malagueña, pero sin llegar a tener grandes reproches hacia el jugador.
El roce vino unos años más tardes. En el ocaso de su carrera, Nacho Rodríguez formó parte del Etosa Alicante. Formaron un equipo experimentado que logró colarse en los playoff’s por el título, donde se cruzaron con Unicaja. En una de las eliminatorias más duras que se recuerdan, los malagueños levantaron un 0-2 que favorecía a los alicantinos. El espíritu guerrero del base malagueño provocó algún enfrentamiento que no gustó nada a la afición cajista, que estuvo algún tiempo recelosa con el que antaño fue bandera del club.
Iñaki De Miguel – Unicaja
En aquella dura eliminatoria entre Etosa Alicante y Unicaja surgió otra historia de amor-odio entre un jugador y una afición. En este caso fue Iñaki De Miguel uno de los principales focos de atención de las críticas de la afición malagueña por su duro marcaje a Daniel Santiago, llegando a romperse en alguna ocasión las famosas gafas del pívot puertorriqueño.
Quiso el destino que en 2006 el pívot madrileño fichase por Unicaja, compartiendo pintura con Daniel Santiago. Ahora su esfuerzo y entrega estaba al servicio del equipo malagueño y su profesionalidad ahora sí fue reconocida por la afición cajista, que le tomó gran cariño en el año que estuvo en Málaga.
Jose A. Montero – Joventut
Otra perla de la cantera verdinegra (aunque también pasó por las categorías inferiores de Estudiantes) que decidió mudarse a la Ciudad Condal. Formó parte del Joventut durante toda la década de los ’80, viviendo en el último lustro una época gloriosa en el equipo badalonés. El Joventut se codeaba con los grandes, incluso en Europa, dirigidos por este base barcelonés que incluso fue drafteado en aquella época, aunque en 5ª ronda.
Pero Montero recibió una importante oferta económica del Barcelona que su vecino verdinegro no podía igualar. Así que el jugador se mudó a Barcelona, algo que dolió mucho en la afición verdinegra, que le increpaba sobremanera en cada visita de los azulgranas a Badalona.
Sus primeros años en el FC Barcelona no supusieron títulos importantes, lo que aumentaba las burlas desde la afición verdinegra. Luego logró vencer en la Liga en varias ocasiones, aunque la imagen que quedó de Montero fue aquel tapón ilegal de Vrankovic en la Final de la Copa de Europa que privó al Barcelona de alzarse con el título.
Paolo Quinteros – León
Un claro ejemplo, no sólo de amor-odio, sino de camino del cielo al infierno. Paolo Quinteros fue venerado en León durante un breve espacio de tiempo, el justo hasta que la afición leonesa consideró una traición el movimiento realizado por el argentino.
En la lucha por el ascenso a ACB, Baloncesto León y CAI Zaragoza se jugaban el billete a la máxima categoría. Los zaragozanos lo tenían casi hecho pero surgió Quinteros para, con sus puntos, revertir la situación y hacer que fuese el León el que lograse el ansiado ascenso. Quinteros se convirtió en ídolo, se contaba con él como líder del equipo en la vuelta a la ACB, pero todo se torció.
Quinteros decidió irse precisamente a Zaragoza para, con sus puntos, convertirse en uno de los jugadores más queridos del CAI durante los cuatro años en los que permaneció allí. Por su parte, en León no gustó nada este cambio de aires, al considerar que el jugador argentino se movió por intereses económicos, pasando a ser llamado por la afición leonesa "Paolo Quinteuros".
Álex Mumbrú – Joventut
El jugador que más veces ha cruzado el rio que separa el amor y el odio, cada vez que viajaba de Badalona a Madrid. Un nuevo producto de la cantera del Joventut, desde que dio el salto al primer equipo fue destacando hasta convertirse en un hombre importante y provocar que el Real Madrid pusiese sus ojos en él.
En Badalona recibe muchos pitos cuando los blancos juegan allí. Su primera etapa en el club blanco no fue fácil para él y después de dos campañas el Real Madrid decide prescindir de él. El Joventut le ofrece volver y Mumbrú, gracias a un gran rendimiento, vuelve a sembrar el cariño de la afición verdinegra.
Pero, por sorpresa, el Real Madrid hace efectivo a la campaña siguiente el derecho de tanteo para recuperar al jugador, que ahora sí se asienta con los blancos, ya más maduro. Esta segunda marcha ya caló muy hondo en la grada badalonesa, que no se lo perdona. Como ocurriese años después con Ricky, un grupo de aficionados le prepara un ambiente muy hostil, con billetes con su cara y gritándole "pesetero".
Leo Gutiérrez – Peñarol
Uno de los casos más curiosos lo encontramos en la Liga Argentina. Los simpatizantes marplatenses tenían siempre un duelo muy especial con el jugador cada vez que visitaba su cancha, llegando a mofarse del papel de éste en la selección, donde su participación era prácticamente testimonial en los JJOO de Atenas 2004.
Pero, como suele ocurrir, los caminos de Leo Gutiérrez y Peñarol se cruzaron. El pívot se vistió de milrayitas y la afición no lo tomó nada bien, llegando a tildarlo de mercenario. Aquí mostró gran capacidad de profesionalidad el bueno de Leo que logró, no sólo ganarse el respeto de la afición de Peñarol, sino que fue MVP de las finales tres años consecutivos donde Peñarol salió Campeón, convirtiéndose en ídolo de la afición.
Aíto García Reneses – Unicaja
En esta ocasión no se puede hablar que el cambio haya sido del odio al amor, pero su fichaje fue más que sorprendente. En la temporada en que Unicaja fue Campeón de Liga, el único equipo que fue capaz de plantar cara a los malagueños en Playoff fue el Joventut en semifinales, con un juego muy físico al filo de lo permitido que levantó muchas ampollas en Málaga, que recibieron de forma muy hostil al equipo badalonés en el quinto encuentro de la eliminatoria, fijando sus críticas en el técnico madrileño, al que acusaron de violento.
La sorpresa llegó cuando, tras la marcha de Scariolo, el elegido para sentarse en el banquillo malagueño fue Aíto García Reneses. La afición no lo encajó nada bien y la actitud del madrileño, sobretodo a partir de la segunda campaña, provocó aún mayores iras entre el público malagueño, cerrándose esta tortuosa relación con el despido de Aíto García Reneses mediada la tercera temporada tras un vergonzante tiempo muerto solicitado por él en casa a falta de tres segundos para el final del encuentro y perdiendo de 19 ante Gran Canaria.
Robert Archibald – Unicaja
Aíto, a su llegada a Málaga, trajo consigo a Robert Archibald, un pívot de su gusto que también estuvo presente en aquella semifinal de Playoff y que tuvo su más y su menos con Daniel Santiago. Tampoco era muy apreciado por su dureza el jugador escocés.
Pero, como suele ocurrir, el jugador fajador es odiado cuando está enfrente y venerado cuando lo tienes de tu lado. Tres temporadas estuvo en Unicaja y logró labrarse un cariño en la afición malagueña que le premiaba su esfuerzo y entrega con grandes dosis de aprecio.
Ferrán Laviña – Manresa
El escolta barcelonés, después de una formación entre Hospitalet, el propio Manresa y Gijón, se incorporó al conjunto manresano en la campaña 1998/99, tras el título de Liga del TDK Manresa, viviendo y siendo partícipe de los mejores años de la Historia del equipo.
Pero con el paso de los años fue decayendo y el Manresa se volvía a ver en la parte baja de la clasificación, consumándose su descenso a LEB en la última jornada de la campaña 2005/06. Tocaba conformar un equipo para volver a la ACB y el club catalán contaba con Laviña para ese propósito.
Con poco tiempo para el comienzo de la temporada, Laviña aceptó una oferta del Joventut y se marchó, quedándole poco margen de maniobra a Manresa para hacerse con un escolta. Este movimiento sentó como una traición en la afición, que desde entonces dedica pitos y gritos de "pesetero" al jugador en cada ocasión que visita el Nou Congost.