Los aficionados fuenlabreños acudieron al pabellón pensando que el partido iba a terminar antes que en otras ocasiones, puesto que el choque estaba programado para las 12:15, en vez de para las habituales 12:30. Sin embargo, Ferrán Laviña rompió el tablero durante el calentamiento y éste tuvo que ser reemplazado, lo que atrasó el inicio del partido media hora.
Mientras los trabajadores del Fuenla cambiaban el tablero, las miradas se dirigían a un Rafa Hettsheimeir que no se vistió de corto, ya que no pudo completar su recuperación a tiempo. El gran duelo entre el titán Ayón y el pívot brasileño, dos de los mejores jugadores de la Liga Endesa, no tuvo lugar.
El Fuenla tiró de casta para intentar la remontada, aunque la lectura de juego no fue la mejor, ya que en vez de centrar sus ataques en los jugadores interiores para aprovecharse del mermado juego interior maño -aparte de Hettsheimeir, Fontet sufrió un esguince durante el partido y Archibald no viajó con el equipo- , intentó aceptar el reto triplista del CAI, aunque su acierto fue mucho menor.
Por suerte para el Fuenla, el base Quino Colom -ex caísta- asumió los mandos en el momento clave, y con varias acciones de mérito individual consiguió que su equipo remontara el choque y llegara con ventaja a los últimos segundos del cuarto período, en los que Carlos Cabezas selló el empate con otra acción individual.
En los últimos segundos de la segunda prórroga, un Fuenla sin ideas vio como Penney falló dos triples que entregaron el partido a un CAI Zaragoza muy peleón que se llevó la victoria en uno de los partidos más largos de la historia de la ACB.