Sin piedad. Así es como regresó a la liga ACB el vigente campeón de la competición, el Caja Laboral, endosando otra paliza para recordar a un Meridiano Alicante, que visita que realiza al Buesa Arena, es paliza que se lleva. Los vitorianos frenaron sensiblemente el pistón en la recta final del encuentro y no reeditaron aquella paliza histórica ante el aquel llamado entonces Proaguas Costablanca de Alicante por 109-58 en la 2000-2001.
Esta vez fueron 45 puntos de ventaja, que se fraguaron entre el segundo y el tercer cuarto, demostrando la potencia que puede dar de si el conjunto entrenado por Dusko Ivanovic y las alarmantes carencias que tienen los alicantinos, algo que ya quedó patente en aquel amistoso que disputaron en septiembre ante otro equipo de los grandes, el Real Madrid. Ahora hay que ver si el nivel de este equipo realmente da para luchar contra los equipos de su liga particular.
El Baskonia poco a poco se va calibrando, encajando piezas, algo para lo que este choque fue especialmente propicio. La vieja guardia hizo su trabajo, liderando silenciosamente a los vitorianos, pero realmente fue, tras un primer cuarto un poco tibio, la segunda unidad con Logan y Haislip los que rompieron el choque en el segundo cuarto con un parcial de 28 a 9.
El ataque fluía, encontrando tiros francamente cómodos, tanto debajo de aro, como desde el perímetro para acabar el partido con grandísimos porcentajes de tiro de campo. Marcelinho y un excelente David Logan muy creativo en la dirección, comandaban a un equipo que encontraba soluciones en cada ataque y que rendía muy bien en defensa, con una defensa muy versátil con mucha ayuda y con mucha capacidad de recuperación y cambio que hacían que cada ataque alicantino fuera un suplicio.
El tercer cuarto fue otra exhibición, iniciándose el mismo con un 8-0 en un minuto que dejaba bien a las claras que esta Baskonia aún sin ajustar no está en la misma liga que un Meriadiano que fue más de medio partido doblado en el marcador.
Excelente la aportación de todos los baskonistas, con un Stanko Barac que irrumpió en el inicio de una manera descomunal, dejando grandes movimientos y una intimidación defensiva excelente. San Emeterio volvió a realizar absolutamente de todo, mientras que el nuevo capitán Mirza Teletovic, quiere hacer mucho más versátil su juego y está apostando más por el juego al poste y de penetración. Destacar también el grandísimo trabajo realizado por el francés Pietrus, que se llevó la ovación de gala de la noche y por el lado contrario el de un Bjelica que salió muy ansioso a pista, aunque apuntó un par de detalles en la recta final.