El Baloncesto Fuenlabrada regresó al Fernando Martín tras dos partidos fuera de casa (Madrid y San Sebastián). El último partido de los de Salva Maldonado en su feudo fue ante el Blancos de Rueda Valladolid, cuando sucumbieron por primera vez en la temporada en casa, y perdieron muchas de las opciones de meterse en la Copa.

El Meridiano Alicante llegaba tras conseguir dos importantes victorias ante un rival directo como Granada y uno de los grandes de la liga -Caja Laboral-, mientras que los locales llegaban tras derrotar por veinte puntos al Lagun Aro GBC en campo contrario.

Baloncesto Fuenlabrada dominó el partido en la primera mitad, con Ayón dominando en la pintura y consiguiendo una renta importante en el segundo cuarto, cuando el acierto de Leo Mainoldi desde más allá de los 6,75 les permitió conseguir una renta de 17 puntos. Además, un Biyombo cada vez más metido en la dinámica del primer equipo intimidaba en la pintura ante las torres alicantinas.

Sin embargo, tras el descanso los de Vidorreta, liderados por un sensacional Doellman (6 de 7 en triples) e intensidad defensiva, recortaron la diferencia llegando a dar la vuelta al partido. El Fuenlabrada estaba -según su entrenador- "en la lona", pero un triple de Valters y la actitud de Laviña y Rabaseda poniendo el espíritu en las alas tras un tiempo muerto despertó al equipo, a la afición y los de Maldonado se levantaron tras estar al borde del KO.

De esta manera se llegó a unos segundos finales vibrantes. Con todo por decidirse, Ayón dispuso de dos tiros libres para poner al Fuenla por delante, pero erró los dos. Mainoldi capturó el rebote ofensivo y cedió la bola Valters, que manejó los tiempos para sacar una falta a falta de 7 segundos y poner a los suyos uno arriba.

En los 7 segundos restantes Meridiano no pudo montar un ataque (Fuenlabrada estaba con sólo 3 faltas y aprovechó para hacer la cuarta y recitar aún más la última posesión de los de Vidorreta). Justin Doellman tuvo un tiro a la desesperada, pero erró y Fuenlabrada consiguió su undécimo triunfo al estilo que está marcando la temporada en el Fernando Martín: no apto para cardíacos.