"Esta situación ya la he vivido" , "esto ya me ha pasado", son frases que todos hemos acuñado alguna vez, situación que se conoce como un deja vù, término fránces que significa "ya visto".
Pero lo que le está ocurriendo a la afición del Baloncesto Fuenlabrada no es un sueño repetido. Más bien se puede llegar a calibrar de pesadilla. Es más parecido a aquella película de El Día de la Marmota, donde Bill Murray estaba "Atrapado en el Tiempo".
Porque la situación que se ha vivido estos días con la marcha de Gustavo Ayón a los Hornets es similar a la que ocurrió hace justo un año con Esteban Batista y su salida del club fuenlabreño con destino a Vitoria.
El jugador uruguayo estaba siendo la pasada campaña el hombre referencia no sólo del juego del conjunto dirigido por Salva Maldonado, sino de toda la ACB. Dos veces jugador de la jornada, era el MVP de la temporada hasta que en la jornada 14 el Caja Laboral decidió hacerse con sus servicios.
Las necesidades económicas fueron el principal motivo para que Batista dejase el Fuenlabrada, como luego reconoció el director deportivo del club Ferrán López en una entrevista a Solobasket.com.
Lo cierto es que la marcha de Batista fue un duro golpe en lo deportivo para el equipo. En la 14ª jornada, el Baloncesto Fuenlabrada era cuarto en la clasificación con 9 victorias y 5 derrotas. Tenía pie y medio en la Copa del Rey, que además se iba a celebrar en Madrid.
Pero el impacto de la marcha de su jugador franquicia fue tal que tres derrotas consecutivas provocaron que los fuenlabreños cayesen al noveno puesto, quedándose con la miel en los labios de ir a la Copa.
Los madrileños supieron reinventarse y salieron adelante. Emergieron dos jugadores, Bismack Biyombo, pívot congoleño, y Gustavo Ayón, pívot mejicano. Ambos comenzaron a destacar y a hacerse un nombre, algo que volvió a hacer a "los ricos" llamar a la puerta del Fuenlabrada.
En esta ocasión Biyombo fue el que recibió una invitación par disputar la Nike Hoop Summit, lo que produjo un gran terremoto en el club, con amenaza al jugador de que si se marchaba a disputar la NHS no volvería a vestir de naranja. Dicho y hecho, Biyombo se marchó a Portland y todo acabó con un proceso jurídico que se resolvió hace pocos días.
Por su parte Ayón siguió en el equipo y estuvo muy bien en la segunda mitad del año, siendo importante en que su equipo llegase a playoff’s y logrando ser reconocido como el Jugador Revelación de la Temporada.
Para este año Gustavo Ayón estaba llamado a ser la referencia del equipo y el mejicano no falló a su cometido. Fue el jugador más destacado de la jornada 9 con una exhibición histórica en Sevilla ante el Cajasol. 34 puntos y 11 rebotes para 43 de valoración. Y es que su mes de Noviembre fue de tan alto nivel que le valió el Premio de MVP del mes.
Y cuando mejor estaba Ayón y el Baloncesto Fuenlabrada, de nuevo luchando por entrar en la Copa del Rey, vuelven a llevarse al jugador referencia del equipo. El mejicano ha recibido la siempre tentadora llamada del baloncesto americano y la NBA se ha cruzado en su camino.
Es un tren que pasa pocas veces en la vida y el jugador, que abandona el Baloncesto Fuenlabrada con un comunicado entre lágrimas y lleno de emotividad y agradecimientos al club, se marcha a los Hornets y vuelve a dejar a los fuenlabreños en una situación conocida.
De nuevo luchando por la Copa del Rey, de nuevo con un hueco en la pintura, de nuevo con el jugador franquicia marchándose en Navidad del equipo, de nuevo a tener que reinventarse. La directiva fuenlabreña ya demostró en el pasado su buena mano buscando jugadores que terminan explotando al llegar a Fuenlabrada. ¿Por qué no puede volver a ocurrir? Si hubo un `deja vù´ para lo negativo, lo puede haber para lo positivo y volver a encontrar un buen pívot que sea dominante en la Liga Endesa.