Aunque no tuviera el mismo impacto mediático que las explosiones de otros jugadores como Guillem Vives o Kristaps Porzingis, la temporada 2013-14 de Josep Franch fue especial. Tras sus dos años en Murcia encontró en Aíto una forma de redimirse y superarse, ocupando un puesto de base suplente ante la confirmación y liderazgo de Satoransky. Sin hacer ruido, terminó formando parte de un equipo tan joven como revelador, capaz de hacerse hueco en el Playoff y poner contra las cuerdas a un Valencia Basket que ya había demostrado su talla de Euroliga. En el segundo partido del cruce, su alegría desbordada tras la victoria con que aquel bloque de jugadores se reivindicaba lo decía todo. Ahora, como jugador del Gipuzkoa Basket, ha aceptado hablar con nosotros de ese equipo, de Aíto, su salida de Sevilla, su nuevo rol en San Sebastián y todo lo que ha dado de sí este verano de trabajo individual.

– De intentar asegurar cuanto antes la permanencia a competir contra Valencia Basket en Playoff con uno de los estilos más ambiciosos de la competición, ¿cómo se explica el cambio del Cajasol esta temporada?

– Teníamos un equipo muy joven, con un gran margen de progresión, con ganas de mejorar y con los mejores maestros para ello. Empezamos creando bastantes dudas después de un 0-3, pero supimos reconvertir la situación a base de trabajo y de creer en aquello que hacíamos. Fue una temporada en la que fuimos de menos a más consiguiendo los playoff y compitiendo hasta el final contra el segundo clasificado de la fase regular.

– A título personal, nada más llegar a Sevilla aseguraba que intentaría reencontrarse como jugador y terminó celebrando con su equipo un puesto entre los ocho primeros. ¿Cómo ha sido su año en lo individual?

– Fue un año muy bonito. A nivel personal, disfruté mucho entrenando y compitiendo con mis compañeros, y aprendí mucho de ellos y de las enseñanzas de los entrenadores. He encontrado una forma de trabajo que quiero seguir realizando para disfrutar del baloncesto y seguir progresando para ser el mejor jugador que pueda.

– ¿Cuánto tuvo que ver Aíto?

– Mucho. Es un entrenador que tiene un método de trabajo en el que busca la mejora no sólo del equipo, sino también la mejora individual de cada jugador para que éste pueda ser capaz de aportar cosas al servicio del equipo. Cuando se mejora como jugador, el equipo lo nota.

– ¿Por qué compartía tantos minutos con Satoransky en pista?

– Tomas es un jugador que puede jugar de base, escolta e incluso de alero. El año pasado combinó las tres posiciones. Al jugar con dos teóricos bases en la pista podíamos controlar un poco más el ritmo del juego y teníamos la posibilidad de impartir más velocidad. De ese modo, dependiendo del jugador que estuviera más cerca del balón podía empezar la jugada, y el equipo se adaptaba.

– ¿Cómo cree que le irá a Satoransky en el Barcelona?

– Seguro que muy bien. Es un jugador con una gran ética de trabajo y con unas cualidades físicas superiores a la del resto de jugadores en su posición. Es un jugador listo, por lo que no creo que vaya a necesitar mucho tiempo en Barcelona para rendir a un gran nivel.

– ¿Le sorprende el cambio radical del proyecto en Sevilla tras el verano?

En los tiempos de crisis que vivimos existen situaciones ajenas como la compra de un club, que escapa a lo que puede ser en un principio predecible. Es una pena que no se haya podido dar continuidad al proyecto del año pasado que dio tantos frutos y que conectó tan bien con la afición.

– ¿Se pusieron en contacto con usted para comunicarle su salida?

– He hablado con mucha gente del club desde mi salida. Con el presidente, con el cuerpo técnico, con el cuerpo médico… Todos estaban viviendo una situación nueva para ellos y estaban un poco a expensas de lo que podía pasar. No considero que fuera una salida dado que firmé para un año y fue una decisión suya no contar conmigo para la siguiente temporada.

– Aunque terminó fichando por Gipuzkoa Basket, ¿tuvo la opción de volver a Badalona este verano?

– Se plantearon distintas opciones en verano y Badalona sonó en algún momento, aunque sin demasiada fuerza. Si hubiera existido la posibilidad la habría valorado seriamente.

– Otro base formado en la cantera de la Penya como es Guillem Vives ha fichado por Valencia. ¿Qué le parece este movimiento?

– Es un jugador que con apenas un año en la liga ha conseguido jugar a un gran nivel y rendir desde el primer momento. Tiene un gran futuro por delante y me alegro de todas las cosas buenas que le puedan pasar.

– ¿En qué ha centrado sus entrenamientos este verano?

– El verano es una época del año en la que se puede trabajar más duro que durante la temporada porque no hay ningún partido para tener que controlar tanto las cargas. Las primeras semanas estuve trabajando para recuperar la lesión de tobillo que me impidió terminar de jugar el Playoff y posteriormente he estado trabajando el apartado físico con un gran preparador físico como Adolfo Madrid. También he trabajado el apartado de técnica individual y de lectura de juego con Pepe Laso. Aparte de muchas y muchas repeticiones de tiro.

– ¿Qué rol le ha pedido Jaume Ponsarnau para el nuevo GBC?

– Hablé con Jaume antes de fichar para conocer el proyecto y desdel primer momento noté que era un proyecto muy interesante e ilusionante. Espero poder ayudar a mis compañeros y al equipo con todo lo que esté en mi mano.

– ¿Qué cree pendiente por mejorar para recuperar el puesto de titular que le dieron en Murcia?

– No pienso en ser titular o suplente, pienso en ayudar al equipo y poder dar minutos de calidad cuando esté en la cancha. Tengo muchas cosas para mejorar y ganas de hacerlo. Tengo que mejorar en todos los aspectos de mi juego, pero voy a prestar especial atención a la mejora de mi lanzamiento exterior, dar solidez al equipo en ataque transmitiendo seguridad y controlando el ritmo del partido. La clave de la mejora va a ser siempre el trabajo.

– ¿En algún momento ha sentido estancarse o peligrar su progresión?

– No me he sentido cómodo jugando en algún momento de mi carrera deportiva y soy consciente de que en un principio creaba unas expectativas que en este momento son distintas. Mirando con perspectiva, soy un jugador relativamente joven que con 23 años he podido jugar unas cuantas temporadas en la liga que me han servido para aprender mucho y sigo con ganas y hambre de aprender.

– No ha vuelto a ser internacional desde la medalla de oro con la sub20 en aquel Europeo de Bilbao 2011 que lideró con Mirotic y Joan Sastre. ¿Se ve de vuelta con la Selección a corto-medio plazo?

– No pienso en una vuelta con la selección y si lo hiciera creo que me perjudicaría. Pienso en trabajar para mejorar cada entreno y llegar a ser el mejor jugador que pueda. Si eso me lleva a cosas mejores tendría que ser la consecuencia y nunca el objetivo.

– ¿Cómo ve la competencia entre bases para tomar el relevo de la Generación de Oro en los próximos años de la absoluta?

– Hay una gran generación de bases que ha dado muchos éxitos en la selección en la que se encuentra Ricky Rubio, que tiene 23 años y mucho baloncesto todavía por delante. Cada vez salen más jugadores con ganas y con mucho talento.