Shved: El escolta ruso salió determinado a que su equipo lograra la primera victoria en la competición europea y desde el primer minuto fue decisivo. Con grandes porcentajes de tiro y capacidad para encontrar socios en mejor posición, Shved también generó buenos tiros para sus compañeros. Acabó en sus medias de la temporada, con 24 puntos y 7 asistencias, siendo decisivo en los momentos importantes. Con el partido decidido muy pronto, Gill y Crocker se unieron a Shved para no dar ninguna opción a su rival.

Competir: Sin capacidad de anotar en la zona, con malos porcentajes de tiro exterior (6 de 23 en triples) y tantas pérdidas de balón (17) es imposible competir en la Euroliga. En defensa, las prestaciones del Herbalife son igual de preocupantes ya que están recibiendo más de noventa puntos por partido. Los amarillos siguen sin capacidad para presentar oposición en los partidos disputados lejos de la Isla y en este encuentro dejó malas sensaciones en los tres primeros cuartos.

Defensa: Los jugadores que entrena Bartzokas salieron conjurados para jugar con una intensidad defensiva que no pudieron igualar los canarios. Al Herbalife se le vio muy incómodo, en todo momento y cometieron numerosos errores en ataque. En el último cuarto, con ventajas cercanas a los treinta puntos, los rusos dejaron de jugar con la misma energía de los cuartos anteriores, por lo que el Gran Canaria aprovechó para maquillar el resultado.

A pesar de las pérdidas de balón (4 en los primeros 4 minutos) y del acierto de Shved, el Gran Canaria mantenía el marcador igualado gracias al acierto en sus tiros. Los exteriores rusos no estaban acertados, pero en la zona encontraban muchas facilidades para anotar (8 de 9 en tiros de 2 y 3 de 11 en triples en el primer cuarto), con muchos puntos al contraataque y varios despistes defensivos del Herbalife que acabaron con mates o bandejas sencillas (25 a 21).

La aportación de Markovic y de Tony Crocker, liderando la segunda unidad del Khimki, llevaron la ventaja hasta la decena de puntos. Por parte visitante, pobre rendimiento de Evans y Balvin, que volvieron rápidamente al banquillo, mientras Hannah y Pasecniks conseguían romper una dinámica muy negativa de la ofensiva amarilla. Los canarios estaban lastrados  por su propia incapacidad para atacar con coherencia en estático y otro mal día en el tiro exterior. Los triples de Jenkins, Shved (16 puntos y 5 asistencias en 15 minutos) y Bost rompieron el partido (49 a 33).

El Granca salió más activo en defensa, pero no lograron culminar las contras de forma positiva, por lo que no se reducía la ventaja. Shved seguía anotando sin freno y Gill opositaba para ser su socio más rentable en ataque. Entre Shved y Gill se bastaron para mantener la anotacion y la defensa del Khimki se encargaba del resto, marcando diferencias. El Gran Canaria no encontraba respuestas para recortar las distancias y solo conseguía anotar de forma esporádica (77 a 53).

La ventaja del Khimki seguía creciendo (83 a 55), antes de que aparecieran Fischer y Paulí para aprovechar la relajación local para maquillar el resultado. La lentitud en las transiciones defensivas del conjunto moscovita, provocó un parcial de 0 a 14, a pesar de la insistencia de Bartzokas en mantener la tensión de sus jugadores. El Gran Canaria no llegó a inquietar la victoria local, pero consiguieron acabar con mejores sensaciones.