Blusens Monbus continúa se serie de matagigantes. Si ya asaltó la semana pasada el Martín Carpena, hoy le tocó al Caja Laboral, al que derrotó en la prórroga, gracias en parte el empuje de la afición compostelana que creó un ambiente mágico para la cita y llevó en volandas a los gallegos que tuvieron que remontar 14 puntos de desventaja.

El comienzo del partido fue muy igualado. Con un equipo local que cometía errores en ataque pero que los subsanaba en defensa. Los mismos viejos vicios ya comenzaban a aflorar en el equipo vitoriano que se refugiaba en sus lanzamientos exteriores como patrón casi único de juego.

Alberto Corbacho cerraría el partido con dos bombas exteriores que igualaban las que venían por el otro lado, con un juego muy viciado por el pick and pop. Baskonia rompería el partido con este mismo estilo, circulación exterior sobre todo para tiros abiertos ante la zona que planteaba Moncho Fernández. Los vitorianos se iban antes del descanso para bordear durante muchos minutos de partido la brecha de los diez puntos.

Aún así, la sensación era que el conjunto gallego tenía más equilibrio en su juego y más opciones a pesar de ir con hasta catorce puntos de desventaja. No se vinieron abajo y empujados por la hinchada local fueron recortando puntos en el tercer cuarto hasta que ya en el último cuarto culminaron la remontada.

Teletovic parecía la única opción del Baskonia. Mientras que en el otro lado Corbacho, Lasme y Kendall sumaban en todos los ataques. Lasme culminaba a falta de 25 segundos un mate en contraataque que ponía muy de cara las cosas a los locales. Las caras se iluminaban aún más cuando Caja Laboral fallaba su ataque y Palacio tenía dos tiros libres para sentenciar el partido. No fue así. El ex baskonista erró los tiros libres y Mirza Teletovic le devolvió el regalito en forma de triple lejano en la cara para empatar el partido. Lasme anotó fuera de tiempo, como dijo el instant replay y el partido se fue a la prórroga.

En los cinco minutos extra los gallegos volvieron a ser mejores, manteniendo a los de Dusko Ivanovic por detrás todo el rato. Al trán trán y viviendo del tiro exterior. Dos triples de San Emeterio empataban el partido tras ir cayendo de seis. Obradoiro seguía sacando faltas en cada uno de sus ataques. Aquí fue cuando todo un histórico como Bernard Hopkins conseguía su punto 6,000 en la liga y de paso rematar el partido a falta de una última posesión para ganar o empatar de los vitorianos que fue taponada de forma colosal por uno de los héroes del Sar, Alberto Corbacho, que jugó un partido muy completo y dejó el triunfo de la ilusión en Santiago.