La explosión de júbilo de todos los jugadores del Baskonia cuando Rodrigue Beaubois ha anotado en contraataque la canasta que ha supuesto la victoria de los locales define la frustración que vive a día de hoy el equipo que dirige Pablo Prigioni.
El Baskonia llegaba al Buesa Arena con la losa de cuatro derrotas seguidas y con la esperanza de revertir la situación ante la atenta mirada de su afición. Sin embargo, nada más comenzar el partido se ha visto que el guión ha sido el mismo que los últimos encuentros de los azulgranas, y el Gipuzkoa Basket enseguida ha cogido las primeras ventajas dejando muy tocado a los de Prigioni. Porfi Fisac ha apostado por un quinteto con mucha altura, algo que ha hecho mucho daño a los vitorianos que no han sido capaces de cerrar su rebote en casi todo el encuentro. Los donostiarras comandados por Norel y Swing parecía ver el aro rival como una piscina, mientras que el Baskonia no anotaba sus tiros abiertos y al final de primer cuarto tan sólo tenían un triple de 11 intentos en su casillero.
En el segundo cuarto han llegado los peores momentos para los vitorianos que han vuelto a mostrar esa imagen de impotencia tanto a nivel mental como de juego y tan solo Voitgmann daba muestras de querer intentar sacar el carácter. El Gipuzkoa Basket ha continuado usando sus armas y haciendo mucho daño en el rebote ofensivo, es más, al descanso los visitantes han capturado 14 rebotes más que los vitorianos. Lo más positivo para el Baskonia es que tan sólo han llegado 10 puntos abajo en el marcador.

Los primeros minutos tras la reanudación ha parecido que el guión iba a ser el mismo, aunque si que es cierto que el Baskonia, a diferencia de los primero diez minutos, ha dado la sensación de querer, pero no poder. Sin embargo, todo ha cambiado cuando Timma ha cometido una técnica por protestar, y desde entonces el Baskonia ha comenzado a despertar poco a poco. Un despertar que se ha terminado de dar en el último periodo que ha sido cuando por fin se ha puesto por delante en el marcado con un 69 a 67 a falta de seis minutos. Los visitantes se han bloqueado en ese resultado y les ha costado salir, en parte, gracias a la buena defensa que ha comenzado a realizar el Baskonia, dejando de un lado los cambios automáticos.
El Baskonia ha cogido unas distancias cómodas, +8 a tan sólo 52 segundos para el final, pero el partido no se ha acabado ahí. Los locales han perdido dos balones seguidos y los de Porfi Fisac con sendos triples han vuelto a poner los nervios en el Buesa Arena. El Gipuzkoa Basket ha empatado a 6 segundos para el final, pero entonces ha aparecido Rodrigue Beaubois, quien había perdido el balón en la jugada anterior, para rematar un partido que no disuelve las dudas de los vitorianos.