Partido intenso en el Palau Blaugrana, que recibía a un San Pablo Burgos en racha y a un Barça cansado y tocado tras la derrota con Anadolu Efes.

Para evitar sustos, Pesic salió con todo a la cancha y con un objetivo claro: balones interiores para Ante Tomic y que el croata aprovechara su altura y la falta de un defensor grande de los burgaleses en la pintura. Y funcinó en los primeros minutos, aunque no se tradujo en un marcador de gran superioridad para los blaugranas, ya que ambos conjuntos abusaron del tiro exterior y el equipo burgalés permanecía en el partido merced a un gran Vlatko Cancar y algún tiro exterior afortunado.

Sin embargo, los culés encontraron una solución fácil para resolver sus ataques de forma rápida: inexplicablemente, San Pablo flotaba en defensa exterior a un Víctor Claver que no perdonó desde la línea de triple manteniendo al Barça Lassa por delante.

Sufrían los de Diego Epifanio para acercarse en el marcador, pero en los dos últimos minutos el cansancio del ritmo del partido pasó factura a los burgaleses y aún podría haber sido peor si los árbitros no hubieran concedido dos tiros libres para Álex López tras una falta en ataque de Blazic que los colegiados (tras instant replay) que dejaba el marcador en 27-22 a favor de los de Pesic.

Tras la reanudación, San Pablo Burgos trató de subir el nivel en defensa y jugó duro con varias faltas en defensa. Y ante el juego más trabado en la cancha, fue Kevin Seraphin quien empezó a pedir galones y balones en ataque. Jugando de espalda y aprovechando su ventaja de kilos. Los burgaleses trataban de aferrarse al marcador pero no encotraban soluciones en ataque. Dominique Sutton volvía a parecer humano tras su estreno espectacular con San Pablo mientras Pangos dirigía el ataque culé.

Mientras tanto, Claver seguía afinando el punto de mira desde fuera y el marcador era más que favorable para el conjunto blaugrana: 53-36 y la sensación de que el Barça, sin plantear demasiado sobre la cancha, estaba dominando el partido sin complicarse.

La segunda mitad parecía de mero trámite, a pesar del triple de Vitor Benite para los azulones. Hasta 3 minutos estuvo el Barça Lassa sin anotar, tiempo que no aprovecharon los de Diego Epifanio para recortar diferencias. Y, cuando el Barça volvió a anotar, marcaba máxima diferencia para los suyos.

Los de Pesic seguían con su inercia ganadora, a pesar de que los burgaleses recortaban ligeramente la ventaja con Vlatko Cancar y Paul Zipser recuperando una cierta seguridad pero fallando muchos balones en ataque los locales.

Y por fin llegaba el último cuarto. El Barcelona jugaba ya con su segunda unidad, seguro de la victoria y dando mucho descanso a Ante Tomic gracias al buen partido de Kevin Seraphin. Sin embargo, Cancar y Zipser, coincidiendo muchos minutos en pista, seguían recortando y maquillando el resultado. Ni siquiera los jugadores de San Pablo creían en la victoria. El parcial era de 6 – 15 a favor de los azulones, con Benite y Huskic tomando el relevo.

Así las cosas, y sin que nadie creyera lo que estaba viendo, ya que ni Burgos mejoró su juego ni el Barça bajó los brazos. Pero el caso es que el marcador se reducía a en torno a los 10 puntos de ventaja para los azulgranas con Benite tirando y anotando desde fuera y muchas pérdidas para el Barça que sufría ahora para trenzar buenas jugadas en ataque.

Pero si algo tiene el Barça es capacidad de reacción. Pau Ribas ejerció de comandante sobre la pista y empezó a lanzar cada vez que San Pablo Burgos se escapaba y reducía demasiado la ventaja. Triple tras triple (5/5), dejaba sin opciones para la remontada. Burgos no bajó los brazos, pero algunos fallos y la precisión desde la línea de tiros libres del Barça hicieron imposible la sorpresa en el Palau.

Al final: 97-88, victoria justa para un Barça que ganó sin forzar la maquinaria, pero un marcador que deja constancia del esfuerzo en el tramo final de los burgaleses.