El partido empezó bastante frío, como el ambiente (6 de enero a las 12 de la mañana) y los primeros tiros no entraron. Los dos equipos tardaron un par de minutos en ajustar sus ataques y empezar a castigar al rival. Rabaseda, como siempre, salió más concentrado y acertado que los demás y marcó diferencias entre ambos equipos. Al Fuenlabrada le costaba algo más hacer daño a la defensa amarilla, que no dejaba espacios para tiros cómodos. Con los suplentes en pista, el Granca elevó su nivel defensivo y, aunque le costó anotar, pudieron despegarse en el marcador (25 a 14).

Akognon, con dos triples, se convirtió rápidamente en el máximo anotador de su equipo, aunque pronto se le unió Clark, con otros dos, para ponerse por delante, con un parcial de 4 a 16, en cuatro minutos de desconexión de los amarillos. El show de Akognon continuaba (11 puntos en 9 minutos), ante la atenta mirada de los defensores amarillos, sin intensidad para llegar a puntear sus tiros. En ataque, las faltas de concentración derivaban en errores groseros en la mayoría de sus ataques. Eriksson (defensor de Akognon) se fue al banquillo y la entrada de Magette, le vino bien a Balvin y al Granca para cerrar el cuarto con más ánimo (44 a 39).

Después de lo bien que le sentó al equipo la entrada de los jugadores de la segunda unidad, el Che García hizo tres cambios (Akognon, Kemp y Clark) en el quinteto del segundo tiempo. Nadie era capaz de romper la igualdad y se alternaban errores y aciertos a partes iguales. Magette intentó aumentar el ritmo de juego y crear espacios para sus compañeros, mientras en el Fuenla, atados sus referentes ofensivos, echaban de menos una mayor fluidez. Eriksson y Magette, unidos a la mejora defensiva, fueron los artífices de que el Granca fuera un poco superior al rival, a pesar de la aportación intermintente de Rupnik y Marc García (64 a 55).

Los intentos de huida de Herbalife se veían siempre frenados por la anotación exterior de Fuenlabrada, en este momento eran Cruz y Rupnik los encargados de mantener a su equipo con opciones. Eriksson, se sacó la espina de su mala primera mitad y se convirtió en una amenaza continua. No pudo jugar por su problema con las faltas en el tercer cuarto, pero la aparición de Rabaseda fue determinante para cerrar el choque. Sus puntos y sus rebotes, además de su eterna presencia defensiva, resultaron importantes para acabar con las opciones de Fuenlabrada.