Tres triples seguidos de Rudez marcaron el inicio de un partido tenso e importante, por la situación de ambos conjuntos en la tabla clasificatoria. El resto de jugadores no contaban con el nivel de acierto del croata y el partido estaba siendo bastante trabado, con numerosas imprecisiones y poco juego colectivo. El Granca, con más paciencia (y horribles pocentajes de tiro), a base de defensa y tiros libres, igualó el choque, pero sus errores permitiron a Murcia mantenerse por delante sin que nadie mostrara algo de desequilibrio (14 a 18).

El ataque del Murcia empezó a fluir, coincidiendo con los peores minutos de un Granca totalmente deslabazado, sin patrón ofensivo y siempre a remolque de un UCAM más concentrado y acertado. Booker, Radoncic y Oleson, con su anotación, provocaron que su equipo doblara en el marcador a su rival. En el Granca nadie aportaba en positivo (16 puntos, 4 de 21 en tiros de campo y 11 pérdidas de balón en el ecuador del segundo cuarto) y los jugadores de Víctor García no reaccionaban. Ante la mediocridad del Granca, el Murcia anotaba con facilidad y, sin grandes alardes, llegó a tener rentas por encima de la veintena (25 a 43).

La actitud del Granca después del descanso fue completamente diferente y dos triples de Rabaseda, en la misma jugada, dejaron la diferencia por debajo de la decena de puntos. El Murcia salió del bloqueo inicial y empezó a carburar con canastones de Booker, Radoncic y Doyle, mientras el Granca se encomendaba a Rabaseda y Strawberry en ataque y al dominio en el rebote de Balvin. Con un brutal parcial de 20 a 8 (37 puntos en el tercer cuarto), con Strawberry desatado y apoyado en Paulí, el Gran Canaria llegó a ponerse por delante (62 a 62).

Paulí continuó manteniendo un extraordinario nivel ofensivo y, jugando de base (por delante de Magette), siguió atancando el aro murciano sin parar, con una gran determinación y levantando al público de sus asientos. El catalán lideró un parcial de 9 a 0 (48 a 19 en 13  minutos de la segunda parte), en el inicio del último cuarto, que parecía definitivo por la deriva de ambos conjuntos y por la falta de recursos del UCAM, imitando la peor versión del Gran Canaria de la primera mitad. Murcia hizo un último intento, a base de coraje y más movimiento de balón en ataque, con Soko como referente ofensivo, pero otra vez más, Oriol Paulí apareció para sentenciar.