Partido vital para ambos conjuntos, con un Delteco GBC que necesita aferrarse a la Liga Endesa y un San Pablo Burgos en crisis de juego y resultados y que tenía este partido marcado en rojo desde hace varias jornadas. 

Y ambos conjuntos empezaron de forma similar el partido, con errores y nervios y probando al contrario. Si San Pablo Burgos repartía la responsabilidad en anotación, fue Vyacheslav Bobrov el encargado de anotar los 10 primeros puntos del conjunto vasco de forma consecutiva. Por su parte, los locales trataban de jugar rápido en un estilo que renuncia definitivamente a los sistemas y las jugadas orquestadas para dar más cabida a los movimientos individuales. 

El marcador estaba tremendamente igualado, pero un triple de Alberto Corbacho ponía por delante a los de Sergio Valdeolmillos y obligaba a Diego Epifanio a pedir tiempo muerto. La jugada salió bien, con un 2+1 de Álex López que congelaba el marcador a falta de 5 segundos… pero falló el adicional y Gaizka Maiza anotaba al contraataque para dejar las cosas igual que estaban: 18-21 y la sensación de que, por juego, Gipuzcoa Basket estaba algo por delante de un nervioso San Pablo Burgos. Por cierto, Dominique Sutton debutaba ante su afición con buenas sensaciones, 3 puntos y dos rebotes en este primer periodo. 

Si en el primer cuarto el encargado de la anotación fue Bobrov, en el segundo recogió el testigo Beqa Burganadze. El ala-pívot comenzó a pedir la bola ante la defensa de Javi Vega y a anotar una y otra vez, obligando a Epi a emparejar con él a Sutton. El americano fue uno de los protagonistas de este segundo cuarto, subiendo la bola y buscando penetraciones y tiros sin parar, con un aceptable acierto pero buscando mucho las jugadas personales. El americano fue precisamente el que finalizó una preciosa jugada digna del showtime.

Pese a la mejoría de los locales en ataque, el marcador seguía siendo propiedad del Delteco GBC. Sin perder la fe en el lanzamiento de 3, los de Epi seguían remando esperando una oportunidad… que llegó en forma de tiros libres fallados por Fede Van Lacke, que falló en dos jugadas consecutivas, perdió un balón y cometió falta en ataque, en una racha impropia de él. Este momento sirvió para que Burgos se pusiera por delante y terminara el cuarto con una gran jugada con aclarado para Ognjen Jaramaz, que apenas había tenido oportunidades, que anotó un 2+1 a pesar de fallar el adicional. El marcador: 45-39 y San Pablo Burgos respiraba por fin con cierto alivio.

El partido se decidió en el tercer cuarto. A pesar de que San Pablo Burgos salió un poco duditativo, los fallos del conjunto vasco dieron alas a Burgos… y especialmente a Vitor Benite, que ajustó el punto de mira desde el triple y disparó una y otra vez. Junto a él, Vlatko Cancar y Dominique Sutton se sumaron a la fiesta, que ni la cuarta personal de Sutton pudo parar. 

Delteco GBC se vio desbordado, a pesar de que Garrett Nevels y Alberto Corbacho intentaban meter a los suyos en el partido. Sin embargo, los locales subieron también un puntito la intensidad en defensa y recuperaron las buenas sensaciones, dejando el cuarto en 68-55 y muchos fantasmas atrás. Incluso se vio mucho mejor a un Ognjen Jaramaz que se atrevió a lanzar (aunque con escasa fortuna) y a matar en canasta, mejorando su ánimo. 

El último cuarto no tuvo demasiada emoción, pero le sirvió a Vlatko Cancar para reivindicarse como referente en ataque, a Sutton como un jugador explosivo que aportará mucho en ataque y a Goran Huskic como auténtico motor del equipo, es sorprendente la capacidad de ver y repartir el juego desde la pintura e, incluso, desde fuera. Hace mejores a sus compañeros. 

Por parte del Delteco GBC, Miquel Salvó y Garrett Nevels trataron de seguir manteniendo el nivel en ataque, pero fueron insuficientes para un equipo que fue presa del desánimo al verse por detrás. 

San Pablo Burgos obtiene así una victoria balsámica, tanto por la necesidad de seguir sumando en la tabla como por la forma en que se consiguió, jugando con mucha más fluidez que en partidos anteriores y definiendo un estilo que, aunque anárquico, parece que es a lo que jugará San Pablo Burgos hasta el final de temporada: subir la bola rápido, sin mirar atrás y buscar el tiro liberado antes de pedir jugadas o ensayar sistemas. Veremos si funciona.