El Joventut logró ventaja desde el inicio, con el control del juego y del ritmo de partido a cargo de Zisis y Prepelic y con un enorme acierto (Omic cerca del aro y Zisis y López Aróstegui desde fuera). El Granca salió sin energía y fue superado claramente (7 a 16) por un Joventut más intenso y con los sistemas mucho más claros. Katsikaris intentó dotar a su equipo de más competitividad con las rotaciones, pero el dominio de los visitantes continuó (14 a 24).
Fue Beirán (12 puntos en menos de 8 minutos de juego) el que sacó a su equipo del letargo, ayudado por Radicevic en la creación de juego. Los catalanes abusaron del tiro exterior, motivados por su buen inicio y dejaron de mover con el mismo criterio el balón, por lo que llegaron más fallos. El choque se igualó con dos triples en las últimas jugadas de un Okoye que está teniendo un inicio de temporada por debajo de lo esperado (38 a 38).
La segunda parte empezó con ambos equipos más aplicados en defensa, provocando errores en el rival. Burjanadze y Paulí contrarrestaron los dos triples que habían anotado previamente Harangody y Prepelic, con los que la Penya había intentado, de nuevo, abrir brecha en el marcador. La gran cantidad de errores de los locales no les permitía igualar el marcador, en el que el Joventut siempre se mantenía por delante (54 a 58).
Dimitrijevic tomó el liderazgo de su equipo y anotando cerca de canasta volvió a dejar en evidencia la actitud defensiva de un Herbalife que seguía deambulando por la pista. Los jugadores de Katsikaris, que tienen lagunas ofensivas evidentes, tampoco conseguían mantener un nivel defensivo al nivel que requiere esta Liga. Harper lo intentó con dos triples, pero la diferencia ya era grande, no tanto en el marcador, como en las sensaciones que dejaban los dos equipos.