Deon Thompson volvía a la que fue su casa durante una temporada y media y el Coliseum Burgos le recibió con un aplauso, un homenaje… y una enorme presión sobre él y el resto de Unicaja que señalaba la importancia del partido para los aficionados burgaleses.

Y es que San Pablo Burgos quería extender su buen momento ante un rival durísimo como es siempre Unicaja y salió a cancha muy concentrado y haciendo fallar a Unicaja sus tres primeros lanzamientos del encuentro. Sin embargo, los malagueños tampoco iban a dejar puntos fáciles y los primeros minutos del partido estuvieron marcados por los fallos en el lanzamiento y las peleas por cada rebote.

Sin embargo Unicaja sacó pronto las uñas anotandod desde fuera, de la mano de Deon Thompson y Josh Adams para rebatir los primeros dos puntos de Lima mientras Joan Peñarroya amntenía en pista a JP Tokoto con dos faltas y que, además, volvía a entrar en la convocatoria.

Los locales esperaban que su referente, Earl Clark, se echara el equipo a la espalda… y así fue. El interior americano anotó un 2+1 muy esforzado y, aunque falló el adicional, colocó un tapón en la siguiente jugada para que Álex Barrera pusiera a los burgaleses por delante en el marcador (12-9).

Luis Casimiro tocó a arrebato y los suyos pasaron a presionar toda la cancha sin dejar respirar a los directores de juego azulones. Sin embargo, entre la confusión lograba anotar Oliver Stevic bajo el aro en su estreno con su nuevo equipo y McFadden anotaba sobre la bocina para dejar el primer cuarto en 17-13 a favor de San Pablo Burgos.

Tras la reanudación fue, de nuevo, Clark quien asumió la responsabilidad del lanzamiento y anotó de 3 para dejar claro que San Pablo Burgos iba a por el partido: 20-13 y Burgos con una buena ventaja sobre la que trabajar. La presión de Unicaja forzaba a San Pablo Burgos a tener que pensar rápido, a lo que respondió el protagonista del segundo cuarto: Ferran Bassas. El base no se arrugó y recogió dos rebotes bajo el aro para anotar, lanzó desde el exterior y repartió juego para acabar con 11 de valoración (7 puntos, 2 rebotes y 3 asistencias).

Unicaja movió ficha y ajustó la defensa, con Alberto Díaz muy cerca de Bassas, pero sin poder frenarlo del todo y buscando el juego interior y forzar faltas. Fue precisamente Deon Thompson quien trataban de mantener a los suyos a flote, pero las pérdidas de balón (10 al descanso) y el rebote ofensivo eran favorables a los locales. San Pablo Burgos usaba las armas de Unicaja contra ellos. Al final del cuarto, 43-27, + 16 de ventaja (máxima del partido) y unas sensaciones inmejorables.

Tras el descanso, los de Joan Peñarroya no querían ningún susto y salieron igualmente aplicados a la cancha, con Bruno Fitipaldo atrayendo mucha defensa en su penetración y liberando a Vitor Benite para anotar de 3. Máxima ventaja con los locales queriendo jugar posesiones largas. Sin embargo, Alberto Díaz y Josh Adams no daban el encuentro por perdido, con el americano forzando incluso una antideportiva sobre Augusto Lima en su esfuerzo defensivo.

Y aquí comenzó el punto clave del partido. Carlos Suárez tiraba de carácter, enfadando al Coliseum pero provocando una pequeña reacción sobre los suyos tras anotar desde la línea exterior. El español se echaba definitivamente a Unicaja a las espaldas mientras San Pablo Burgos comenzaba a ser consciente de que sería necesaria tanta inteligencia como intensidad tuvo en la primera mitad. Y en eso destacó Oliver Stevic. El nuevo fichaje de San Pablo se aplicó en la dureza y la defensa para ayudar a los suyos y se colocó de forma excelente para anotar 6/6 tiros de campo  al final del partido. El tercer cuarto terminaba 63-47 gracias a la falta de acierto en ataque de los malagueños, pero también a un triple sobre la bocina desde medio campo de Jaime Fernández.

El partido, aunque muy difícil, estaba vivo para Unicaja. El último envite cambió la alergría de los aficionados y jugadores locales por una seriedad y concentración como no se había visto hasta ahora en el Coliseum Burgos durante esta temporada. Los de Peñarroya notaban la presión pero reaccionaban a los fallos en ataque con disciplina y aplicación en el rebote. El encuentro se convirtió en una carrera de Unicaja contra el reloj en la que recortaban diferencias, pero no lo suficientemente rápido mientras los momentos puntuales de Fitipaldo o Tokoto mantenían el marcador bajo control.

Al final, 77-60 en un partido muy serio de San Pablo Burgos ante un rival de altura que se dejó ir el partido en el segundo cuarto y encontró una resistencia demasiado dura por parte de los locales.