San Pablo Burgos recibía en su pista a Valencia Basket, primer equipo de Euroliga que pasaba por el Coliseum Burgos y que llegaba al partido con necesidad de una victoria.

Salieron bien los locales a pesar de que les costó un poco conseguir la primera canasta, mientras Valencia ya había hecho llegar a Maurice Ndour un balón precioso para dejarle completamente sólo bajo el aro. Sin embargo, Vitor Benite tenía el punto de mira afinado y castigó desde fuera pra la primera ventaja de los burgaleses.

Los de Peñarroya habían puesto la clave en la defensa de los bases y Bruno Fitipaldo salió muy intenso en la presión sobre Van Rossom, muy activo y consiguiendo además tres tiros libres, muy valiosos en unos primeros 5 minutos con poca anotacióny con cada rebote muy disputado en ambas pinturas. Un 2+1 de Quino Colom era contestado por otra canasta con adicional de JP Tokoto y Brock Motum anotaba sobre la bocina para que el marcador reflejara un ajustadísimo 16-15 al final del primer cuarto.

Y parece que Motum le cogió el gusto a lo de anotar, porque salió como una máquina en el segundo cuarto: 5 puntos en menos de un minuto para el ala-pívot australiano. Respondió Ferrán Bassas, que sigue en estado de gracia con el tiro exterior, con dos triples muy importantes para desatascar el juego de los suyos. Bojan Dubljevic tiró de galones y comenzó a asumir situaciones de ataque, haciendo valer su físico, mandando en la pintura y construyendo el juego de Valencia Basket a partir de la zona. Valencia empezaba a mandar en el campo, imponiendo su ritmo de juego mientras a San Pablo dejaban de entrarle los triples y comenzaba a sentir la presión del marcador. Final del cuarto con 29-42 y los locales tratando de sobrevivir en el marcador.

La vuelta a cancha no hizo sino confirmar las sensaciones de la primera mitad.

Quino Colom dirigía a los suyos con muchísimo acierto y Valencia subió un punto más la defensa, con mucha intensidad mientras los árbitros permitían el contacto en la zona. Maurice Ndour se aplicó mucho en la pintura y liberó a sus compañeros, mientras San Pablo se perdió en un mar de protestas, faltas y revisiones arbitrales que terminaron por sacarles del partido. Con una mala selección y los de Ponsarnau campandoa  sus anchas en la pintura, el marcador y el partido estaban ya decantados hacia los taronja.

Poco más quedaba por ver en un partido que terminó siendo más fácil de lo que parecía para Valencia, que necesitaba una victoria balsámica y que encontró un San Pablo Burgos incapaz de seguir el ritmo de Valencia Basket y se vio superado por completo.